“Carlos Arturo Juárez 50 años dominó / no hay nada que agradecerle, ya olvidémoslo”, canta Peteco en Los Santiagueños, el track que cierra el disco uno de su nuevo álbum. Pero la bronca con el ex gobernador de la provincia no sólo se hace música. Entre abril del 2004 y marzo del 2005, estuvo un año como secretario de Cultura de la provincia, durante la intervención federal que sucedió al desbarranque de los Juárez. Y también trató de hacer algo: “Los primeros tres meses iba a la Casa de Gobierno, me quedaba esperando en una oficina y nadie me daba bolilla. ¿A quién le iba a protestar? Era imposible generar leyes... Lo más importante era mi presencia”, evoca. Después, la cosa cambió. “Cuando asumí, en la provincia nadie sabía que existía una Dirección de Cultura. Sólo recibía un 3 por ciento del presupuesto. Cuando me fui, dejé iniciativas con plena incidencia en la diaria del pueblo. Hoy, los artistas tienen un lugar.”

–¿No lo volvieron a convocar?

–No, ahora me contratan para tocar. Pero es muy difícil que vuelva a participar de la cosa política.

–Lo curaron de espanto...

–(Risas.) Claro... a veces tenés que callar con cosas con las que no estás de acuerdo. Hay mucha mugre política.

–Muchos músicos pasaron por la experiencia... Litto Nebbia, Rubén Goldín, Emilio del Guercio. Y tampoco les fue bien.

–He visto a muchos desgastarse y envejecer en un año. Yo acepté porque era una intervención, pero no tenía aspiraciones de más. Valió más mi presencia que lo que podría llegar a hacer concretamente en tan poco tiempo.