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Viernes, 12 de octubre de 2007

SANTA FE › MAS DE 3000 PERSONAS DESBORDARON ANOCHE EL ESTADIO REGATAS

Cristina, en el centro de la escena

El accidente del avión que traía a Cristina demoró el acto, pero el malestar por la espera se convirtió en entusiasmo cuando llegó.

 Por Juan Carlos Tizziani

La candidata presidencial Cristina Fernández de Kirchner superó ayer el despiste del avión que la llevó a Santa Fe -y quedó semitumbado en el aeropuerto de Sauce Viejo- con una entereza y un espíritu que contagió a sus seguidores. "Está exultante", dijo Jorge Obeid, quien dedicó una parte de su discurso en el acto del Frente para la Victoria a relatar un incidente que "hubiera podido ser muy doloroso". El gobernador esperaba en el aeropuerto a Cristina cuando el avión derrapó, salió de pista y quedó "prácticamente volcado en el barro. Esos segundos hasta que llegamos al avión fueron los más duros y de mayor ansiedad de mi vida -confesó Obeid-. Pero cuando se abrió la portezuela y vi bajar a Cristina me di cuenta que el que estaba asustado era yo, que ella estaba más entera que nunca. No hubo un gesto de temor. Y lo único que dijo fue: 'Vamos rápido que tenemos que llegar a tiempo al acto'. ¡Esa es la candidata que proponemos como presidenta!", dijo Obeid. Y la gente explotó en alegría y aplausos.

Más de 3.000 personas desbordaron anoche el estadio cerrado del club Regatas, en la costanera santafesina. El accidente demoró el acto, pero el malestar por la espera se convirtió en entusiasmo. Y Cristina tuvo mucho que ver. Ella fue el centro de la escena: repartió abrazos y besos, bailó, habló con la gente y hasta se permitió una broma sobre el despiste. "Fue un día especial, pero no pasó nada", dijo.

El acto había comenzado con la presentación de los candidatos a diputados nacionales de Santa Fe y Entre Ríos. Y siguió el ingreso de quienes compartieron el estrado con Cristina: a su derecha, Obeid y los santafesinos Rafael Bielsa, Agustín Rossi y el intendente Martín Balbarrey. A la izquierda, el gobernador Jorge Busti y el resto de los entrerrianos. Llamó la atención la ausencia de Carlos Reutemann, pero nadie lo mencionó ni explicó razones del faltazo.

Busti abrió la tribuna con un pronóstico. "Vamos a tener una victoria contundente en las elecciones de octubre", le prometió a Cristina. Obeid no se quedó atrás. Pero el gobernador de Santa Fe, no pudo pasar por alto el despiste del avión. Pero lo hizo de a poco, con una introducción. "Conozco a Cristina desde hace muchos años. Es una mujer de coraje, inteligente", dijo Obeid. Repasó la crisis de 2001, cuando los tres -Cristina, Obeid y Busti- eran diputados nacionales. "Y en todo momento, ella brillaba con proyectos claros y aportes a la discusión política. Por eso digo que el país va a estar en manos de una persona que no sólo lo va a saber conducir porque se ha preparado, tiene experiencia de gobierno, sino también porque tiene el coraje suficiente para hacerlo", agregó.

Fue allí cuando Obeid relató el incidente del aeropuerto. "En buena medida, la demora en llegar de Cristina obedeció a un hecho que terminó bien, pero que podría haber sido doloroso. Estábamos en el aeropuerto de Sauce Viejo, esperando la llegada del avión. Llovía, la pista estaba mojada. Cuando el avión tomó contacto con la pista, ocurrió una maniobra inesperada, el avión derrapó, despistó y se fue afuera de la pista sobre la zona de tierra", relató Obeid. El estadio enmudeció.

"Fueron momentos muy duros, muy difíciles", siguió Obeid. "Esos pocos segundos desde que llegamos con el auto hasta el avión que estaba prácticamente volcado a 20 o 30 metros de la pista sobre el barro fueron para mi uno de los momentos más duros y de mayor ansiedad de mi vida". La gente explotó en un aplauso de alegría. Obeid pidió paciencia. "Llegamos al avión, y cuando se abrió la portezuela y vi bajar a Cristina me di cuenta que el que estaba asustado era yo, pero que ella estaba más entera que nunca. No hubo un gesto de temor. Y lo único que dijo fue: 'Vamos rápido que tenemos que llegar a tiempo al acto'. ¡Esa es la candidata que proponemos como presidenta de la República!", agitó Obeid. La gente explotó en un aplauso cerrado.

Después del discurso de Obeid se apagaron las luces y un video repasó la vida de Cristina mientras Paticia Sosa cantaba "Alas de libertad". El estadio volvió a enmudecer y algunos ojos se nublaron. La candidata agradeció después los cánticos. "Hoy fue un día muy especial", dijo.

-Un día peronista -le gritaron desde la tribuna.

-Tenía razón, Jorge. No sé si es un día peronista o no, pero por lo menos no pasó nada -bromeó Cristina- Es un día argentino -se corrigió después.

Otro aplauso le permitió esos segundos necesarios para retomar el hilo de su discurso. "Frente a las cosas que nos pasaron a los argentinos, tal vez la actitud más importante que puede ofrecer hoy un dirigente, cualquiera sea el partido, pero más nosotros que tenemos una historia de compromisos con el pueblo, con las convicciones. Tal vez nosotros, más que ningún otro, estemos obligados a ser los más humildes y a pensar, con el resto de los argentinos, que fue lo que durante tanto tiempo nos alejó del camino del trabajo, del esfuerzo, de la producción".

"Es hora que los argentinos nos miremos los unos a los otros, sin reproches, sin ofensas, sin agravios, pero con la claridad de qué hicimos bien y qué hicimos mal para no volver a cometer los mismos errores. Entonces, cuando uno piensa en eso. Cuando uno piensa en las ideas que le metieron a tantísimos dirigentes en la cabeza acerca de que se podía crecer mientras el pueblo se caía. Y que estar en el primer mundo era eso. Y entonces, preguntamos que tenemos que hacer nosotros para que este camino de producción, de trabajo, de dignidad personal, de creer en nuestras ideas, en nosotros mismos. En definitiva, creer en lo que todos y cada uno de nosotros podemos aportar. Por eso, es que impulsamos el acuerdo social. Por que no puede ser que cada elección presidencial sea un drama en la Argentina, si gana uno vamos para un lado y si gana otro, vamos para el otro. Porque cuando eso sucede, compatriotas, las cosas nos terminan yendo mal exactamente a todos", agregó.

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Cristina Fernández repartió abrazos y besos, bailó y habló con la gente. Hasta se permitió una broma sobre el despiste. "Fue un día especial, pero no pasó nada".
 
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