A partir de este lunes, a las 19.30, y durante todos los lunes de diciembre, la sala Madre Cabrini -que cumplió 25 años en estos días-, anuncia un ciclo dedicado al actor de carácter, igualmente distinguido comediante, Gregory Peck, nacido un 5 de abril de 1916 y galardonado por la Academia por su actuación memorable en el film de 1962, Matar un ruiseñor. Tras medio siglo de actuación en la pantalla grande, en films de diferentes géneros y bajo la dirección de Elia Kazan, John Huston, Alfred Hitchcock, King Vidor, William Wyler, Stanley Kramer, y hasta de Luis Puenzo en Gringo Viejo, entre tantos otros, Peck falleció el 12 de junio de 2003. A fines de los años 80, de manera risueña declaraba: "Lamentablemente ya no tengo la edad para escalar el Himalaya, pero siento que todavía puedo lanzarme a otro tipo de desafíos".

En la función de esta noche se podrá ver El mundo en sus brazos, típico film de aventuras de principios de los años 50 dirigido por Raoul Walsh en el que se juegan situaciones en mar adentro, en un espacio de confrontaciones y rivalidades.

Para el lunes 15, siempre a la misma hora, se anuncia Capitan Newman M.D., rodado en 1965. Basado en un best seller homónimo de Leo Rosten, bajo la dirección de David Miller, Gregory Peck interpreta aquí a un psiquiatra militar que se enfrenta, en los años de la Segunda Guerra Mundial, a sus superiores, rebatiendo toda forma de autoritarismo.

Tras los pasos del personaje que interpretara en Cuéntame tu vida de Alfred Hitchcock, nuevamente Peck compone en este film del 65, Espejismo -que podrá verse el lunes 22- a un personaje amnésico que se cree responsable, y por ello carga con una culpa de un crimen. Ante esto, contrata a un detective privado, rol que compone Walter Matthau. En el momento de su estreno la crítica destaco las particulares y ocurrentes situaciones visuales que van creando un clima de intriga y suspenso.

Y en el cierre de este ciclo, que se verá acompañado semana tras semana por fragmentos del documental A conversation with Gregory Peck, se podrá ver uno de sus films claves de los años 40, por el que fuera nominado por la Academia, Las llaves del reino. A partir de la novela homónima de Cronin, una de las más leídas en aquellos años, Gregory Peck compone a un hombre que tras vivir varias pérdidas decide ordenarse como sacerdote. Recién cuando acepta una misión en China descubre el dolor de los demás.