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Jueves, 6 de marzo de 2008

CIUDAD

Allanaron un taller textil ilegal con inmigrantes extranjeros

Fue descubierto por la policía en Nuevo Alberdi. 14 ciudadanos bolivianos, entre ellos un niño, trabajaban en condiciones inhumanas en la confección de ropa para marcas rosarinas.

 Por José Maggi

La policía allanó ayer un taller textil clandestino en Nuevo Alberdi. El procedimiento se realizó en una propiedad de Caracas al 2600 donde encontraron a varios ciudadanos bolivianos indocumentados que trabajaban, comían y dormían en un mismo espacio. La fábrica funcionaba violando todas las reglamentaciones administrativas y laborales, y las 14 personas que allí trabajaban, dormían en una pieza lindante de 3 por 5 metros, con un lugar mínimo para higienizarse y comer. "Las condiciones eran inhumanas: hay escasa ventilación, todo es muy precario, hay poca iluminación, y por ejemplo los asientos son más que rudimentarios, están hechos de cajones de gaseosas cubiertos de tela", según describió una fuente policial. Además encontraron 16 máquinas de coser industriales y varios rollos de telas que se utilizaban para fabricar ropa para reconocidas marcas rosarinas. Entre los explotados había dos mujeres y un menor de 14 años, quienes quedaron a disposición del juez de Faltas Osvaldo Alzugaray, quien le dio intervención a la delegación local de Migraciones.

La Brigada de Investigaciones al frente del comisario Miguel Oliva, llegó a la zona de Bouchard al 3300 (una histórica zona afectada por el desborde del canal Ibarlucea) donde allanó el taller de costura. En el procedimiento se encontró sorpresivamente con catorce personas de nacionalidad boliviana que allí trabajaban y que no poseían documentación y lo hacían en condiciones inhumanas. El taller funcionaba en un galpón ubicado en el fondo de la casa de Caracas al 2600, donde vive un matrimonio también de bolivianos aunque documentados, propietarios del taller.

Según confió el comisario Miguel Oliva a este diario, en horas del mediodía, personal de la brigada de investigaciones de la Unidad Regional 2 y de la subcomisaría 2ª llegó al lugar por un "procedimiento administrativo", luego de que llegaran algunos comentarios de los vecinos del lugar. Cuando la policía llegó al predio, el matrimonio boliviano que vive allí desde hace 10 años, les permitió el ingreso sin resistencias.

"Procedimos a allanar el inmueble donde funcionaba un taller textil ilegal con inmigrantes extranjeros que vivían y trabajaban en el lugar. Además encontramos 16 máquinas de coser industriales y varios rollos de telas que se utilizaban para fabricar ropa", dijo Oliva. El jefe policial prefirió no referirse a las marcas que llevaban allí la confección de su ropa pero trascendió que al menos dos serían conocidas en el mercado rosarino.

En este sentido el dueño de casa, Jazimir Garnica, se justificó diciendo que estaba iniciando un microemprendimiento y ayudando a algunos de sus familiares que trabajaban en la fábrica textil y vivían en una habitación contigua. Garnica, junto con las 14 personas se encuentran detenidos en la Unidad Regional 2 a la espera de que le tomen declaraciones.

Luego, los agentes pasaron al galpón trasero donde hallaron el taller instalado con 16 maquinas de coser y 14 personas que trabajaban -entre ellos un niño y dos mujeres- en malas condiciones de salubridad y sin documentos. El jefe de la Brigada de Investigaciones aseguró que las personas dormían en un rincón y tenían un pequeño espacio en el mismo galpón para alimentarse. El policía aclaró también que las personas trabajaban en la confección de ropa para clientes que llegaban al lugar para hacer pedidos específicos. En tanto, si bien nadie creyó la cifra en su declaración frente al empleador varios aseguraron cobrar 700 pesos mensuales.

Finalmente una fuente policial reconoció que cuando se los consultó sobre cómo podían vivir en esas condiciones varios contestaron que "estaban mejor así que en su tierra natal, 'aquí tengo un techo y televisor'".

Las 14 personas indocumentadas y el matrimonio boliviano dueño del lugar quedaron a disposición del Juzgado de Faltas Nº 1 a cargo del doctor Osvaldo Alzugaray y de la oficina de Migraciones local. En la ultimas hora de la tarde de ayer la mayor parte de los trabajadores clandestinos había regresado a pernoctar a la propiedad.

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El taller funcionaba en un galpón ubicado en el fondo de la casa de Caracas al 2600. Allí vive un matrimonio boliviano, propietario del taller.
Imagen: Alberto Gentilcore
 
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