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En Irak nadie cree en la paz

Al menos 56 personas murieron hoy en Bagdad en una ola de atentados con bombas que tuvo como blanco principal a mezquitas chiitas y que, según la policía, fue una represalia de Al Qaeda por la muerte de sus dos máximos líderes.

Ocho personas más murieron en otra serie de explosiones en una ciudad sunnita del oeste del país, en la jornada más sangrienta en Irak en varias semanas. Más de 150 personas resultaron heridas en los ataques en Bagdad, cometidos con ocho bombas o coches bomba en dos mercados y frente a tres mezquitas a la hora de las plegarias del viernes, el día consagrado a Dios por los musulmanes.

El atentado con más víctimas ocurrió frente a las oficinas del clérigo radical chiita anti estadounidense Muqtada Al-Sadr, una de cuyas dependencias es usada también como mezquita, en el barrio Sadr City, en el noreste de la capital. Al menos 25 personas murieron y unas 150 resultaron heridas en ese ataque, perpetrado con dos coches bomba y una bomba.

Otro coche bomba mató a 14 personas cerca de una mezquita en el este Bagdad, un coche bomba más dejó otras ocho víctimas fatales frente a una mezquita en Al-Hurriyah, en el noroeste capitalino, y otra bomba mató a una persona en el sudeste capitalino.

Más temprano, otras dos personas murieron por el estallido de una bomba en un mercado en la zona de Rahmania, en el norte de Bagdad, mientras que otra bomba mató a una persona en un segundo mercado en el sureño barrio de Dora, informó también la policía.

Las autoridades iraquíes estimaron que los ataques fueron una venganza de la rama iraquí de la red islamista Al Qaeda por la muerte de sus dos máximos jefes en un operativo militar conjunto iraquí y estadounidense realizado el domingo en el norte de Irak.

"Atacar a fieles en estos lugares es una venganza por las pérdidas sufridas por Al Qaeda", dijo el vocero de las operaciones de seguridad en Bagdad, el general iraquí Qassim al-Moussawi. El general calificó los atentados de "reacción histérica de Al Qaeda en respuesta por los gigantescos golpes que les dieron recientemente las fuerzas de seguridad".

Horas antes de los ataques en Bagdad, siete miembros de una misma familia murieron por la explosión de al menos seis bombas colocadas en distintos lugares de la ciudad de mayoría sunnita de Al Jalidiya, 80 kilómetros al oeste de Bagdad, dijo la policía. Un agente policial que trató de desactivar uno de los explosivos murió en el intento.

Los seis artefactos estallaron cerca de las casas de dos empresarios, un juez y patrullas de policía. Los siete civiles muertos eran un empresario, su esposa y sus cinco hijos.

Al Jalidiya está ubicada en la provincia de Al Anbar, que hasta hace tres años fue el principal bastión de la insurgencia sunnita iraquí.

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Hubo ataques frente a tres mezquitas a la hora de las plegarias del viernes, el día consagrado a Dios por los musulmanes.
 
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