UNIVERSIDAD › ENTREVISTA CON EL RECTOR DE LA UBA, RUBEN HALLU

Las claves del segundo mandato

Tras lograr su reelección, Hallu impulsa la aplicación gradual de prácticas solidarias en las carreras, una actualización curricular y programas para evitar la deserción en el CBC. Dice que la “gran tarea” es buscar acuerdos para modificar el cogobierno.

 Por Julián Bruschtein

“Tenemos diferencias entre todos los claustros, pero hay que resolverlo y tratarlo, no puede quedar inconcluso”, aseguró el rector de la UBA, Ruben Hallu, en alusión a la reforma del estatuto universitario en sus artículos referidos al cogobierno. En diálogo con Página/12, Hallu explicó los puntos que formarán parte de su segundo mandato, que asumió hace una semana, entre los que se encuentran la actualización de programas curriculares y la intensificación de los planes para enfrentar la deserción estudiantil.

–¿Cuáles son los principales puntos que buscará imprimir a su segundo mandato?

–En el área académica intentaremos encaminar la actualización de las currículas de grado, pero entiendo que es un trabajo a realizar fundamentalmente por las unidades académicas. Hace falta un poco más de dinamismo en los cambios o en la actualización de las currículas y en las formas de cursada. También queremos ampliar y facilitar el intercambio de alumnos entre universidades. Por dar un ejemplo, en la Facultad de Ciencias Exactas ya se efectúan programas de intercambio con estudiantes de todas las facultades de Exactas del país. Por eso, estamos buscando generar un mayor intercambio con otras universidades, fundamentalmente a nivel regional. Si bien hemos crecido mucho en la cantidad de becas, comparado con el volumen de alumnos que tiene la UBA parece muy poco. Sin embargo, si uno lo compara con otras universidades, es alto el número de becas que maneja la UBA.

–La deserción estudiantil continúa siendo muy alta. ¿De qué manera abordará la problemática?

–El desafío es lograr una mayor integración con la escuela media y, para ello accedimos al programa Alfa 3, para evaluar los problemas del desgranamiento y la pérdida de alumnos. En América latina no estamos tan mal con respecto a la cantidad de personas que ingresan en la universidad, sino que se evidencia un gran problema en la pérdida de alumnos en los primeros años de cursada. Tenemos que apuntar a que la mayor cantidad de alumnos que se acercan a estudiar completen sus estudios, y esto es lo que estamos analizando. Más allá de las reformas que se le vayan a hacer al Ciclo Básico Común, que las tenemos que ver y evaluar, tenemos que ver cómo lo podemos hacer más eficiente. Y eso está ligado a la permanencia de los aspirantes, para convertirlo en un escalón eficiente hacia la vida universitaria y que la mayor cantidad de alumnos permanezca en el sistema. Además, después de la escuela secundaria agropecuaria, recientemente inaugurada, estamos avanzando en el proyecto de la escuela técnica con la que completaríamos el espectro de las escuelas medias.

–La primera propuesta que anunció y presentó en el Consejo Superior una vez repuesto en funciones es el de prácticas solidarias educativas. ¿En qué consiste?

–El proyecto de las prácticas educativas solidarias va a empezar siendo optativo y en dos años van a ser obligatorias para todos los estudiantes a partir de un determinado tramo de las carreras. Todos van a tener que cumplir con una cantidad de horas de prácticas que van a ser esencialmente formativas. La práctica se va a realizar en alguno de los proyectos que están avalados por la universidad y la idea es que sea interdisciplinaria, junto con estudiantes de otras carreras. Que vayan alumnos de Arquitectura con otros de Medicina y que se integren en un proyecto en común para que aprendan a trabajar formándose y vinculándose con la realidad de la gente. De esta forma, la universidad va a terminar modelando mejor a los alumnos y para la sociedad va a ser un impacto importante.

–La reforma del estatuto de la UBA quedó inconclusa durante su primer mandato y los artículos vinculados con el cogobierno no se tocaron. ¿Se va a completar en su segundo mandato?

–Desgraciadamente, hasta ahora no se han encontrado los consensos necesarios para realizar una reforma, ni entre la mayoría, ni entre la minoría ni entre los alumnos. Tenemos muchos proyectos, casi todos diferentes, que nos obligan a construir consensos y ésta es la gran tarea que queda. La comisión que trata el tema todavía no está funcionando este año, pero se tiene que poner en marcha rápidamente porque esto hay que resolverlo y tratarlo, no puede quedar inconcluso.

–Su gabinete contiene sectores que provienen del shuberoffismo, del que usted fue opositor...

–Este gabinete se caracteriza por la pluralidad ideológica. Mientras todo el mundo siga la política que el rector y el Consejo Superior establece democráticamente, van a poder participar todos, y el que no está de acuerdo tendrá que irse. Lo que hicimos hasta ahora fue una experiencia muy enriquecedora, porque nos permitió conformar equipos de trabajo con peronistas, radicales shuberoffistas y antishuberoffistas que, sin embargo, conviven acá trabajando en distintos proyectos. Esto es bueno, porque no todos pensamos lo mismo y existen conflictos políticos entre los grupos, pero todos trabajamos por la universidad. Podemos gobernar, trabajar para la universidad y crecer sin perder cada uno su identidad política, mientras se sigan los lineamientos generales de la vida democrática de la universidad.

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