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El Congreso Ordinario de la FUBA realizado la semana pasada marcará un nuevo rumbo del movimiento estudiantil. La crisis de representación, expresada en la sociedad argentina con el 50 por ciento de abstención electoral en las últimas elecciones nacionales, se manifestó en la Universidad de Buenos Aires con el crecimiento de las agrupaciones independientes y de izquierda. Esto permitió constituir un frente que arrebató la FUBA a la Franja Morada luego de 18 años de conducción.
Este contexto coloca a la Franja Morada ante nuevos desafíos en la conducción de la FUA. A nivel nacional la agrupación radical perdió en universidades importantes como Rosario y La Plata, sin embargo, en otras regionales, como Córdoba o Río Cuarto, mantuvo su caudal e, incluso, en muchas aumentó, como en Jujuy, Formosa o Santiago del Estero. Eso sería suficiente para retener la presidencia de la FUA en marzo del 2002. Sin embargo, su conducción tendrá que darse una nueva estrategia ante esta nueva realidad. El trabajo más arduo lo tendrá en la universidad, para recuperar su alianza con el MNR y el Frente Grande y lograr acuerdos políticos con las agrupaciones de izquierda e independientes. Debe tener la capacidad de preservar la unidad del movimiento estudiantil en la construcción de una nueva educación superior. Para eso, será necesario construir otro modelo de universidad, que se contraponga a la propuesta de los organismos internacionales. Deberá rediseñar el modelo de gestión de los centros y federaciones. En este sentido, el presupuesto participativo, como mecanismo de control de las políticas de gestión, permitiría la apertura a la participación estudiantil y sería una forma de legitimar la conducción en la representación estudiantil. Logrando esto, y frente a una ofensiva neoliberal que continúa, la FUA deberá reforzar su alianza con la CTA en el ámbito del Frente Nacional contra la Pobreza, además de tomar nuevos temas en su agenda. Su participación en Attac contra la especulación financiera o en encuentros como el Foro Social Mundial de Porto Alegre resultan un buen paso en ese sentido. Estos son los ejes principales que pueden lograr una convergencia del movimiento estudiantil en defensa de la universidad pública.

* Politólogo especializado en educación superior. Asesor de la FUAOclae.