Un nuevo esperanto recorre el mundo, de Chiapas a París: desde el primer Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan, convocado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, a una Plaza de la República colmada por los reclamos de paridad económica con el guiño cómplice del diario Libération, que el jueves pasado decidió cobrar 50 centavos de euro más por ejemplar a cada lector varón. De una Montevideo liberada por las uniones sindicales, que dieron su apoyo al paro y al candombe toda la tarde, a un altar en homenaje a las 56 niñas que murieron quemadas, hace un año, en el hogar llamado seguro de Guatemala, adonde otras jóvenes de Totonicapán llevaron este 8M sus ofrendas, velas y flores. Al versito “Manolo, esta noche la cena háztela solo” lo cantan en Madrid, ciudad que tuvo una jornada inédita por los niveles de movilización, pero lo inventaron en Barcelona y lo entendemos en todos lados. Del mismo modo, una impulsora del Ni Una Menos Bolivia, desde un departamento en Barcelona, repite en catalán unas rimas que cruzan el Atlántico para levantar los ánimos en Chile. Ahí, en Santiago, una horda de muchachas se reunió para presenciar la audiencia contra la cantante Daniela González –denunciada por injurias por dar a conocer violencias contra las mujeres en el ámbito de la música–, mientras siguen atentas el lanzamiento en Africa de Big Sisters, movimiento que busca concientizar contra la mutilación genital femenina. 

En Barcelona

La brecha internacional

El paro internacional de mujeres empuja a crear alianzas por el mundo para resistir las imposiciones del mercado, a rever las categorías de trabajo y la economía de cuidados como una necesidad global. Sobre esos puntos estuvo puesta la mira en Paraguay, que la mañana del 8 amaneció con la noticia de que la Cámara de Senadores le había otorgado media sanción al proyecto de Ley de Paridad Política, que establece que en las elecciones debe haber un 50 por ciento candidatas mujeres. En ese país, así como en muchos otros puntos del planeta, una de las mayores dificultades fue la falta de apoyo concreto de los gremios, obstáculo al que el movimiento de mujeres respondió reinventando las modalidades de la huelga. Cuenta Adriana Closs, de Articulación 8M Paraguay, que uno de los pocos sectores que pudo parar sin mayores impedimentos fue el de las periodistas, “de las pocas sindicalizadas. También lo hicieron las trabajadoras de la Administración Nacional de Electricidad, que es un gremio fuerte. Hubo una gran masa de mujeres que no tuvo las condiciones para parar y realizaron un paro simbólico”. En la mañana acercaron un documento con reivindicaciones al Ministerio de Trabajo y cerraron una de las arterias de entrada al microcentro de Asunción. “La brecha salarial, sin sumarle la variable de la etnia y la identidad de género, es muy amplia en Paraguay. Se calcula que trabajamos tres meses gratis si se tiene en cuenta la brecha y la inequidad en la distribución de las tareas del hogar. Decimos que hay discriminación legalizada sobre las trabajadoras domésticas, quienes por ley ganan el 60 por ciento del salario mínimo vigente”.

En San José, Costa Rica, el candidato a presidente evangélico Fabricio Alvarado encabeza las encuestas y es lo que por estos días está poniendo al movimiento de mujeres en alerta. En respuesta a “esta coyuntura electoral desfavorable a los derechos humanos”, relata desde esa ciudad Amanda Castro –de NUM Costa Rica–, “nuestra consigna principal este año fue: ante el fundamentalismo religioso, organización feminista”. Mientras tanto, en Brasil el 8M se tiñó con las consignas contra la agenda de ajustes de Michel Temer y la ilegalidad del proceso contra Lula, que podría dejarlo fuera de carrera electoral. Lesbianas, indígenas, negras, profesoras, trabajadoras informales, desempleadas, trabajadoras domésticas, mujeres del campo, los suburbios y las quilombas. Todas ellas integran la Articulación Feminista, “tan enorme y heterogénea como Brasil”, cuenta Analba Brazao Teixeira desde Recife. Ahí el paro tiene un importante componente antirracista. Dice Analba: “son luchas diversas pero las enlazamos en repudio de la reciente reforma laboral, por la legalización del aborto y por la precarización de nuestro trabajo. Por la democracia y contra la intervención militar y el genocidio de la población negra, moneda corriente en todos los estados”. La tarde del 8, relata Analba, más de 800 mujeres del MST ocuparon la imprenta del periódico de la cadena O Globo en Río. “Cuando decimos que hacemos al mundo temblar, es literal. ¿Qué otro movimiento consigue hoy sintonizar fuerzas alrededor en tantos países al mismo tiempo?”. 

La denuncia de la xenofobia también atravesó la marcha en Bolonia, Italia, donde el movimiento Non Una Di Meno –inspirado en Ni Una Menos autóctono– convocó en Piazza Verdi a una movilización de más de diez mil personas, donde uno de los mensajes que más se repitió fue “Ninguna instrumentalización racista de nuestros cuerpos”. Lo explica la estudiante Paloma Dulbecco: “Así como en Argentina las feministas decimos ‘no en nuestro nombre’ contra la intención de utilizarnos para aplicar más mano dura, en Italia hace un mes se vivió una situación similar. Un joven, que había sido candidato por el partido de ultraderecha Lega Nord en 2017, intentó asesinar a cuatro inmigrantes, en supuesta venganza por el femicidio de una joven. Marchamos para señalar que en un marco xenófobo las mujeres migrantes están en mayor peligro, y el patriarcado y el racismo se retroalimentan”.

En Italia

Y por casa

El paro avivó su fuerza en cada territorio poniendo en valor las consignas específicas de cada lugar, de cada colectivo: la exigencia de que se desarticulen las redes de trata en Tucumán, por ejemplo, y la condena a la invisibilidad de las indígenas en Chaco. En esa provincia, que el año pasado albergó al Encuentro Nacional de Mujeres (ENM), la huelga se empezó a foguear desde enero con reuniones en varios puntos de Resistencia. “La masividad de la marcha en parte hay que atribuirla a lo que el ENM nos dejó: 16 cuadras de gente, algo inédito por estas tierras. También es herencia directa del ENM el hecho de que haya habido tanta cantidad de pronunciamientos: un documento de más de 15 páginas. Tal vez una característica propia del movimiento de mujeres en Chaco sea la mención de nuestras originarias, sobre todo las qom”, dice la periodista Claudia Araujo, desde Resistencia. En Córdoba, estuvieron presentes las trolebuseras despedidas, las trabajadoras del Polo Integral de la Mujer, que vienen denunciando vaciamiento, y no faltó el recuerdo de Natalia "Pepa" Gaitán, asesinada en 2010 por lesbiana, y el reclamo por el cupo laboral trans. En Jujuy una de las consignas eje fue la libertad de las presas políticas.

Montevideo vivió, en palabras de la periodista uruguaya Azul Cordo, otra fiesta feminista en la calle, que además del violeta, contó con muchos pañuelos verdes “en apoyo a la Campaña por el aborto legal, seguro y gratuito de Argentina”. “De nuevo, este 8 de marzo, la ciudad tuvo unas trescientas mil mujeres atravesando la avenida principal, la 18 de Julio, con cánticos, bailes y pedidos de prender fuego el patriarcado. Hubo muchas niñas con expresiones muy claras de por qué estaban en la marcha”. En ese país la central sindical decretó la interrupción total de tareas entre las 16 y las 22 para facilitar la participación en la marcha.

En Tucumán

¿Quién hablará de nosotras?

“La repercusión en medios hegemónicos del Estado Español y también catalanes fue notable. La marea feminista fue portada en todos ellos”, dice Elena Apilánez Piniella, impulsora de NUM Bolivia y colaboradora de Vaga Feminista. Y también se pregunta: "Los lazos internacionales de hermandad que se han ido creando empujados por América Latina son profundos. En nuestras manos está generar que las concentraciones vayan más allá del día emblemático. La pregunta ahora es: ¿quién hablará de nosotras pasado el 8 de marzo?”. Desde Neuquén, donde el paro y la marcha desbordaron las expectativas de las organizadoras, las socorristas de La Revuelta, aunadas en la voz de Ruth Zurbrigger, aproximan una respuesta: “Y ahora nos queda pensar cómo hacemos para que esta acción impresionante, que suma miles y miles de movilizadas en el mundo, siga creciendo en organización y en llevar adelante los cambios que exigimos cuando decimos que queremos cambiarlo todo”. 

En Costa Rica