Independiente derrotó anoche por 1-0 a Millonarios, en su segunda presentación en el Grupo 7 de la Copa Libertadores. El único gol del partido jugado en Avellaneda lo marcó Benítez, cuya presencia como titular estuvo en duda hasta último momento por una lesión.

El local necesitaba los tres puntos, le resultaban imprescindibles después de la inesperada caída por 1-0 ante Deportivo Lara, en su debut en esta edición del máximo certamen continental de clubes, en el ya lejano 1º de marzo. En su excursión al suelo venezolano, el Rojo había dejado una pálida imagen, más allá de que hubiera sido justo que volviera con un empate. Y anoche, Independiente salió decidido a mostrar su mejor cara, esa que le permitió hilvanar tres victorias seguidas en la Superliga. Y lo logró en la mayor parte del primer tiempo, asumiendo el protagonismo, aunque al ritmo intenso habitual en el once de Holan le faltaba precisión en ofensiva y eso facilitaba el trabajo del conjunto colombiano –dirigido por Hugo Gottardi, por la enfermedad de Miguel Russo–, que elegía agruparse en su campo y cuando conseguía la pelota salía rápido por las bandas.

Sobre los 20, ya con Meza destacándose en su rol de conductor, el Rey de Copas tuvo una triple chance de gol, pero ni Fernández ni Benítez pudieron vulnerar al juvenil arquero Fariñez, aquel del 1-1 entre Argentina-Venezuela en el Monumental, por las Eliminatorias a Rusia. Sin embargo, en la jugada siguiente, Bustos subió por la derecha y habilitó a Benítez, quien recibió en soledad a la entrada del área grande y colocó el 1-0 con un derechazo que dejó mirando a Fariñez. La ventaja no aminoró la intensidad desplegada por el Rojo, aunque los colombianos capitalizaron las imprecisiones del local en el manejo del balón e inquietaron a Campaña. 

En el complemento, Holan debió sustituir a Benítez. Con su salida, Meza perdió a uno de sus mejores interlocutores. Entonces las buenas ideas del volante convocado por Sampaoli a la Selección no se transformaban en chances de gol. El trámite se emparejó. Los colombianos controlaban la posesión. El Rojo optó por atrasarse y esperar agazapado la chance del contragolpe. Así cayeron en un desprolijo ida y vuelta, del que ninguno pudo sacar réditos para modificar el resultado que le permite a Independiente ver con ojos más optimistas su futuro en el grupo.