Pese a los esfuerzos del gobierno de Cambiemos para que la Argentina sea aceptada en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), su incorporación aún se encuentra condicionada a un nuevo recetario de ajuste, desregulación financiera y flexibilización laboral. En el primer encuentro de ministros de Finanzas y banqueros centrales del G20, que comenzó ayer y finalizará hoy en Buenos Aires, la OCDE dejó en claro a través de un documento que la Argentina tiene problemas estructurales que está lejos de resolver y que lo alejan de la posibilidad de ser parte de este grupo de países de impronta neoliberal. Había mucha expectativa por parte del equipo económico de Cambiemos respecto de esta cumbre, principalmente por la posibilidad de unificar criterios ante el mayor proteccionismo de los Estados Unidos (ver aparte). Sin avances sobre este tema, la esperanza se centró en mostrar las reformas que aplicó el Congreso en diciembre último y que van en línea con las recomendaciones de la OCDE para poder ser parte. No obstante, la aceleración de reformas estructurales, con fuerte impacto en los sectores más vulnerables, como la previsional y tributaria, no lo acercan a los estándares exigidos por el organismo.

“La brecha del PIB per cápita en relación con los principales países de la OCDE es considerable y no se ha reducido en los últimos años, lo cual es un reflejo tanto de la escasa productividad como del bajo nivel de empleo. El crecimiento de las inversiones está estancado y existe una importante carencia de infraestructura que debe resolverse”, es el diagnóstico del organismo, que ofrece coordinar las políticas económicas y sociales pero que engulle a los países en desarrollo con recetas centradas en la valorización financiera y la apertura comercial.

Angel Gurría, titular de la OCDE, entregó ayer en mano al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, el informe sobre Reformas de la Política Económica (ver aparte), en el que se realiza una semblanza poco prometedora para la Argentina, aunque se destaque la “valentía” para aplicar medidas que requieren, según dijo el funcionario, “gasto político”. De esta manera, celebra la aplicación de medidas impopulares por parte de Cambiemos para adaptarse a los requisitos que define el mainstream. A dos años de la primera tanda de reformas, el organismo advierte que “los niveles de pobreza y desigualdad se mantienen altos, lo que contribuye, junto con la escasa calidad de la educación, a una baja movilidad social”. “Debe darse prioridad a garantizar que se implementen en su totalidad las diversas iniciativas de reforma emprendidas recientemente”, agrega el documento, preocupado en la resistencia que pueda haber en la población por la aplicación de las reformas aprobadas en diciembre.

Para avanzar en la agenda propuesta que llevaría al país supuestamente a un estadio de crecimiento sustentable, la entidad vuelve a la carga con un nuevo listado de cinco objetivos. La modalidad de trabajo de la OCDE es definir una lista de cinco objetivos y al año siguiente analizar el grado de avance sobre esos puntos y delinear otro top five. En el caso argentino algunas consideraciones se repiten.

Respecto de la carga regulatoria, la entidad recomienda que disminuyan las barreras al comercio, “flexibilizando la legislación de protección del empleo”. El objetivo de una pauperización de las condiciones laborales, tal como promete el macrismo, es lograr un funcionamiento más fluido del mercado de trabajo, lo que se traduce como la posibilidad de despedir personal sin impedimentos legales.

También solicita una mayor “eficacia del sistema tributario”, para lo que aconseja eliminar impuestos distorsivos “como los basados en los ingresos provinciales y sobre transacciones financieras y ampliando la base imponible del impuesto sobre la renta de las personas”. Además, promueve que se siga desfinanciando el sistema previsional: “Seguir reduciendo las retenciones de impuestos sobre las nóminas de las personas que acceden al mercado laboral, con el fin de fomentar la formalización del empleo”. Hace hincapié además en la necesidad de mejorar la infraestructura y reducir las disparidades entre regiones realizando proyectos que promuevan la conectividad y el comercio intrarregional en el país. Para ello, resalta la importancia de los acuerdos con Participación Público-Privada (PPP), la gran apuesta de Cambiemos para la obra pública en un escenario de sequía de inversiones. De hecho, el documento destaca las asociaciones de este tipo que ya están en marcha en el sector de la energía y para la construcción de una terminal aeroportuaria.

Otro punto versa sobre la inversión en Educación, especialmente en los primeros años de la infancia, y el “refuerzo de los vínculos entre la educación terciaria y el mercado laboral”. Por último, aboga por facilitar la participación de las mujeres en el mercado laboral, por medio del refuerzo de las políticas activas de empleo, para mejorar las competencias y promover oportunidades.