El dólar sigue siendo la principal preocupación del mercado. El Banco Central volvió a intervenir ayer en la plaza cambiaria para evitar otra suba de la cotización. Sacrificó 187,5 millones de dólares de las reservas, al realizar su séptima intervención en dos semanas. El dólar minorista finalizó la jornada sin cambios, en 20,55 pesos, pero el mayorista, pese a los intentos del Central, anotó una suba de 1 centavo, al cerrar en 20,22 pesos. Existen distintos elementos para explicar las presiones. Fondos de inversión empezaron a dolarizar carteras para disminuir la exposición al riesgo argentino. La floja cosecha sube la expectativa de devaluación e incentiva a inversores locales a ahorrar en divisas. El problema es el impacto en los precios. Los consultores del mercado ponen la meta de inflación del 15 por ciento como una utopía oficial. 

El Banco Central modificó su política cambiaria. En los primeros dos años de gestión mantuvo un discurso a favor del tipo de cambio flotante, es decir promocionó la idea de una cotización del dólar definida por el mercado sin intervenciones ni regulaciones. El funcionario aseguraba que este era el mecanismo indicado para evitar que los shocks externos impacten en la economía local e incluso llegó a decir que era la mejor manera de permitir disociar la evolución del dólar del proceso inflacionario. Pero este año no pudo mantener este discurso. El Central se vio obligado a intervenir, tras las fuertes subas de precios observadas en diciembre, enero y febrero, lo cual estuvo relacionado en forma directa con la volatilidad cambiaria. 

“En los últimos tres meses el tipo de cambio se movió en forma significativa, pero no hay perspectiva de que se mueva en el resto del año”, aseguró anteayer Sturzenegger y dejó en claro que el Central ahora fija el precio de la divisa. La entidad comenzó a hacer lo mismo que se le criticó a la gestión anterior durante años: vender reservas para darle estabilidad a la cotización del dólar. El titular del Central explicó que la venta de divisas, que ya acumula 1124 millones de dólares en dos semanas, apunta a domar las expectativas de los inversores. “Existe una brecha de percepción muy fuerte en los últimos tres meses, pero el tipo de cambio nominal que lee el mercado no es el correcto, ya que la nominalidad va a estar mucho más controlada”, indicó.

Uno de los elementos que altera al mercado es la importante carga de vencimientos de Lebac de marzo. La autoridad monetaria deberá renovar esta semana más de 500 mil millones de pesos (ver aparte). Si estos pesos quedan dando vuelta, agregarán presión a la divisa, lo cual retroalimenta las expectativas de devaluación. Otros factores que en los últimos meses vienen incrementando la perspectiva de ajuste cambiario se vinculan a los problemas estructurales de la economía. 

Los informes de consultores de la city detallan la dependencia del país con el complejo agropecuario para generar divisas. La sequía de este año es la más elevada en 70 años y compromete la llegada de dólares al mercado interno. El principal problema es que esta reducción de las exportaciones del campo agrava el rojo comercial de la economía, que según estimaciones de LatinFocus, cerraría este año en torno a 10 mil millones de dólares. Esta desequilibrio se suma al déficit del turismo (11 mil millones de dólares el año pasado) y a la fuga de moneda externa por ahorro (22 mil millones de dólares). En 2018 se irán de la economía unos 45 mil millones de dólares por estos rubros, y salvo la deuda externa no hay mecanismos genuinos de generación de divisas para compensar.

El país enfrenta en el mercado cambiario un problema que también se observa en la bolsa porteña. El MerVal, tras un avance espectacular el año pasado, registra una fuerte volatilidad este año. Ayer marcó un rojo de 2,5 por ciento, en donde se destacaron las caídas de Central Costanera (-3,6 por ciento), de Grupo Financiero Galicia (-3,4 por ciento) y Petrobras (-3,3 por ciento). La bolsa porteña acumula este año una caída de más de 2 por ciento en moneda extranjera, cuando otras bolsas de la región como Brasil y México siguen de racha.