La selección argentina le ganó a Italia. Sin Messi ganó. Primera buena noticia. Se impuso con autoridad y merecidamente a un rival, siempre difícil y que se tomó el partido muy en serio aunque no se haya clasificado para el Mundial. No superó a un equipo de tercer orden. Segunda buena noticia. No hubo lesionados. Solo Di María salió por una pequeña molestia, y por precaución ya se lo desafectó para el partido del próximo martes contra España. Los otros diez titulares y los que entraron en el segundo tiempo terminaron enteros. Tercera buena noticia, con el Mundial a poco más de ochenta días. 

En el rendimiento colectivo hay que anotar a favor que, como lo destacó el entrenador, los jugadores mostraron muy buena técnica para manejar la pelota, a pesar de la exigencia que plantearon los rivales presionando muy arriba. Quisieron jugar siempre y consiguieron el objetivo de controlar el partido en muchos pasajes. Cuarta buena noticia.

Wilfredo Caballero cumplió una enorme actuación. En el primer tiempo no le patearon nunca, pero mostró gran ductilidad para el juego con los pies. Siempre le entregó la pelota redondita a sus compañeros sin preocuparse nunca por la cercanía de los rivales. En el segundo tiempo fue muy exigido en su tarea específica. Y ahí respondió diez puntos. Sacó con los puños, voló en un mano a mano, le puso el cuerpo a otro y dio siempre seguridad. Un solo error, compartido con Biglia (y en realidad más culpa de Biglia que de él) en una salida por abajo. Hay arquero (tercero, segundo o primero, habrá que ver) y esa es otra buena noticia, la quinta.

Manuel Lanzini hizo un golazo en una contra, estuvo a punto de marcar de cabeza, participó en mucha jugadas de ataque, juntándose con Bustos en el primer tiempo, y buscando más libre en el segundo y se mostró como el más efectivo de la mitad de la cancha, antes de la entrada de Banega. Pidió siempre la pelota, no le pesó la camiseta. Si en este partido se jugaba un pasaje al Mundial ya está adentro. Sexta buena noticia.

Los laterales jugaron correctamente. Bustos no pesó tanto en el ataque (su fuerte) pero rindió en la marca y casi nunca le tomaron las espaldas. Se lo vio un poco apurado en el arranque del segundo tiempo, como todo el equipo. Tagliafico marcó bien, atacó poco, pero en una buena maniobra colectiva, sobre el final del primer período, estuvo a punto de marcar. Los centrales se mostraron sólidos (Otamendi la rompe partido tras partido en el Manchester City y acá repitió). El desempeño de la línea de fondo permite encontrar la septima buena noticia.

Higuaín jugó bien. Falló en un mano a mano, es cierto, pero hay que considerar que tenía enfrente al enorme Buffon. Le caerán encima los que se queden solo con eso. Pero fue generoso en la búsqueda, inteligente en el pase a Lanzini en el segundo gol, y se bancó como único punta la marca rigurosa de los italianos. Di María jugó a lo que sabe, una buena, una mala, pero es de los pocos capaces de quebrar las cerradas defensas rivales con su gambeta y sus pases en profundidad (le dio uno a Higuaín a lo Messi). Fue la octava buena noticia.

Banega entró en el segundo tiempo y se hizo eje en el medio. Más allá del gol, hizo que el equipo mejorara en torno suyo. Y eso no es poco. Fue la novena buena noticia, aunque ya se sabe que Banega tiene un puesto seguro. Están en duda Paredes y Lo Celso. Paredes fue intermitente. Lo mejor, un remate de media distancia (su especialidad). Lo peor, un pase atrás que casi termina en gol de Italia y que lo dejó muy expuesto. Lo Celso, obligado a jugar de Messi, participó de la jugada del gol, pero generó poco juego y rindió más recuperando que generando juego.

La décima buena noticia no tiene que ver con este partido sino con el que viene. Parece que el martes próximo, contra España, jugará Messi.