Siete temas que son álbum y goce compartido. Jazz intenso, lúdico, sofisticado. "Ya es hora" se lee en la tapa del disco editado por el sello municipal, y es una suerte de expresión justa, que sitúa al saxofonista Leonardo Piantino como protagonista, compositor, y líder de una agrupación notable. Ya es hora se presentará el miércoles próximo, a las 21.30, en el Teatro Príncipe de Asturias de Parque de España (Sarmiento y el río).

"El título es a propósito pero también es el nombre de uno de los temas, que debo haber hecho a principios de 2010, y entonces teníamás o menos el mismo significado. En ese tema me animaba a hacer cosas que hacía mucho tiempo postergaba: musicales, técnicas, que tienen que ver con improvisar sobre una métrica que no fuera la usual en el jazz, o incluir secciones con una improvisación más libre;una tendencia dentro del jazz moderno que veía que mucha gente hacía. Así que cuando saco el disco, que contiene todas composiciones más antiguas, en el estudio uno de mis compañeros me dice: 'Che, ya tengo el nombre', y sí, es el mismo en el que yo estaba pensando, era obvio que ese tema iba a dar título al disco entero", le cuenta Leonardo Piantino a Rosario/12.

El grupo que acompañó las dos jornadas de grabación, y estará presente en la noche del miércoles, reúne los talentos de Leo Genovese (piano), Juan Bayón (contrabajo), Sebastián Mamet (batería), Mariano Loiácono (trompeta), Julio Kobryn (saxo tenor) y Franco Espíndola (trombón), junto al saxo alto de Piantino. "A cada uno de ellos los iría a ver si tocaran solos, y acá, de repente están todos juntos", señala. El hecho no es menor, sino que dice de manera referencial sobre el lugar ganado por el saxofonista, quien además de haber estudiado en la prestigiosa Berklee College of Music (Boston) ‑con Shannon Le Claire y Bill Scism‑, ha asistido a clínicas y clases magistrales dictadas por Joe Lovano, David Liebman y George Garzone. El venadense Leo Genovese ‑quien integra actualmente la formación de Residente‑ "es uno de los pianistas más importantes del mundo, ha tocado con Wayne Shorter, Joe Lovano, Jack De Johnette. Y Mariano Loiácono es uno de los trompetistas de jazz más importantes de la Argentina, una referencia para todo músico del país. Y así con cada uno".

-‑ ¿Qué tuvo que ocurrir para dar este paso y llegar al disco?

-‑ Es un proceso largo. Durante mucho tiempo renegué de sacar discos, me inventaba una excusa intelectual para explicar por qué yo no sacaba discos, cuando veía que muchos de mis compañeros y colegas lo hacían intensamente. ¿Para qué sacan discos, si el mundo está lleno de discos y no sirve, para qué?, me decía. Yo estuve más de tres años trabajando intensamente con el grupo Las Ratas Calientes, haciendo música de Frank Zappa, y en algún momento me cansé de tocar música de otro y quise volver a hacer mis temas. Ahí me encontré con estas composiciones que nunca había grabado, así que tomé la decisión de cerrar una etapa y comenzar otra, y eso los músicos lo hacemos grabando discos, registrando una evolución.

-‑ Pensar y organizar el disco debió significarte algo especial.

-‑ Es como tener un hijo, son cosas que hasta que no las vivís no te das cuenta. El proceso de composición del disco es algo que va más allá de la composición de una canción. Exige un montón de dedicación, de pensamiento y de control sobre un montón de variables, que hay que experimentar. Esa experiencia claramente te diferencia de alguien que por más que tenga justificaciones intelectuales (risas) nunca lo hizo. Yo tengo discos con formaciones grupales, en donde no soy líder sino parte de un colectivo, pero al momento de decidir hacer un disco, donde todo está a mi cargo ‑las cuentas también (risas)‑, te coloca en otro lugar; es una etapa de crecimiento, dura pero necesaria.

Sobre el proceso de grabación, que ocupó dos jornadas, Piantino señala que "en general fue todo bastante fácil, alrededor de dos tomas de cada tema, con los músicos tocando juntos". Esta "facilidad" es algo que el músico justifica de la manera siguiente: "El grupo que elegí cumple con dos condiciones. Primero, los elegí porque los considero referentes del jazz, tanto en Rosario como a nivel nacional ‑como es el caso de Loiácono y Bayón‑ e internacional ‑como lo significa Genovese‑. El segundo parámetro que tomé en cuenta fue que fueran amigos míos, son personas con quienes tengo una historia compartida. Todos ellos han tocado en algún momento alguno de esos temas conmigo, ya los conocían de antes". Si de amigos se trata, Ya es hora ofrece suficientes influencias como para hacer de Piantino el anfitrión de honor en una familia de nombres como los de Tony Williams, Kenny Garret, George Garzone, Tim Berne, Ron Miller, Dave Douglas. "Muchos músicos que me han influenciado notablemente", destaca.

Leonardo Piantino entiende que el ambiente de jazz ha crecido muchísimo en la ciudad durante los últimos diez o quince años. "Es impresionante lo que cambió, hay un montón de músicos jóvenes ‑con dos o tres generaciones de músicos nuevos que estudiaron‑ que están haciendo montones de música, hay un montón de bigbands, orquestas de jazz. En cuanto a la parte musical, la ciudad está en un momento de ir hacia arriba muy importante. Cómo se hace para sostenerlo económicamente y poder vivir de la música, eso ya es algo más complicado, y no estamos en el mejor momento. En lo particular, con este disco tuve suerte, gané dos premios ‑Programa de Coproducciones de la Editorial Municipal y Fondo Nacional de las Artes‑, lo que hizo que no haya perdido plata sino que la haya ganado, pero todo el tiempo tenés que estar invirtiendo. En estas presentaciones invierto mucho dinero, le pago el pasaje a Genovese desde Nueva York, contraté publicidad, la idea es recuperarlo con las entradas, pero es difícil, porque los números mucho no dan y aspiro a salir derecho. El Estado tiene mecanismos como para ayudar, lo que pasa es que es mínimo lo que puede hacer en relación a la cantidad de músicos y cantidad de propuestas artísticas, lo difícil es sostenerlo desde lo privado, como negocio. El músico siempre está en una situación de desventaja, y lo que hacemos es necesario, porque mueve mucho dinero. Pero nosotros siempre estamos del lado del que parece que lo hace como un favor. O sea, hay mucha gente que gana plata con la música, pero no son los músicos. Somos la parte más débil de la cadena alimentaria y sin embargo somos los que sostenemos todo".