Aclamados por fanáticos, ex jugadores del seleccionado argentino campeón en México 1986 llegaron a la provincia de Jujuy con el trofeo de la Copa del Mundo de la FIFA, que se pondrá en juego en Rusia 2018, para cumplir con una promesa realizada a la Virgen de Punta Corral. Invitados por dos patrocinadores del campeonato mundial que se disputará en el mes de junio, los ex seleccionados José Luis Brown, Nery Pumpido, Oscar Alfredo Garré, Carlos Daniel Tapia, Héctor Enrique, Julio Olarticoechea, Sergio Batista y Ricardo Giusti arribaron al aeropuerto jujeño Horacio Guzmán para trasladarse a la localidad quebradeña de Tilcara.
“Emociona el recibimiento de los jujeños”, dijo el Checho Batista en un breve encuentro con la prensa local, al tiempo que indicó: “Grabaremos un documental publicitario con todo lo que hemos pasado en los 15 días de entrenamiento que realizamos en la Quebrada de Humahuaca”, previo al Mundial de México 1986. Por su parte, el Chino Tapia reseñó: “Hicimos un gran sacrificio para ser campeones del mundo, por eso volver hoy con la Copa del Mundo a Tilcara es una alegría”.
Más tarde arribó también el ex director técnico del seleccionado nacional campeón del mundo, Carlos Salvador Bilardo, que ideó antes de aquel torneo prácticas en Tilcara para que sus dirigidos sintieran los efectos de la altura, ya que esa población jujeña se sitúa a 2465 metros sobre nivel del mar, una altitud similar a la que después jugarían en el Distrito Federal.
La llegada de los campeones de México ‘86 se realiza en el marco de una campaña publicitaria de una reconocida marca de gaseosas, por lo que se filmará un pequeño partido de fútbol en la cancha del Club Belgrano y se presentará la Copa obtenida hace 32 años a los pobladores quebradeños.
Antes de conseguir el título mundial, según los pobladores de Tilcara, algunos jugadores visitaron a la Virgen de Copacabana del Abra de Punta Corral y –en aquel momento– habrían prometido que, si salían campeones del mundo, regresarían a Jujuy. A 78 días del inicio de Rusia 2018, y tras la paliza que España le dio a la Argentina, habrá que creer en milagros.