La historia del teatro está plagada de leyendas, supersticiones y misterios nunca descifrados que son la materia con la que se tejen los grandes relatos y las construcciones de enigmas que todavía nos siguen interpelando. Ninguno de esos tópicos supera la maldición de una de las tragedias más tenebrosas: Macbeth, una obra cuya sola representación evocaba los fantasmas de la destrucción y las desgracias que se producían con solo intentar nombrarla.

Después de haberse internado hace algunos años en las profundidades de otro autor que llegó a los abismos de los sueños como Franz Kafka, en la recordada y perturbadora Protocolo ProTzess K, el director local Carlos Romagnoli va tras las pesadillas del mundo de Shakespeare en una nueva apuesta teatral: MKB, la trama escocesa.

-- ¿De Kafka a Shakespeare, volvés a bucear en la oscuridad?

-- Después de veintitantos años de teatro, me parecía ya el momento de llevar adelante a un autor de tal tamaño con una de las obras más emblemáticas y también más poderosamente "peligrosas" de su escritura, ya que hablar de Macbeth es hablar de misterios, de oscuridades, de ambición desmedida --, responde Romagnoli a Rosario/12.

El director de Argentina de golpe, ruidos de rotas cadenas, entre tantas obras de alto contenido político, define a "Macbeth" como un cuento de brujas y demonios, de ambición y deseo, pero sostiene que en su proceso de investigación descubrió que se trataba de la sugestión.

"Primero la sugestión pasó por nosotros al encarar este proyecto con tamaña maldición en el teatro, por eso lo primero fue escaparle al nombre y con la reescritura cambiar los conjuros mágicos que aparecían y que se cree que eran verdaderos de la época", explicó.

En esas condiciones el grupo trató de exorcizar la obra y la propia sugestión que se apoderaba a cada paso en los encuentros y la presencia cada vez más fuerte de las enigmáticas brujas que tiñen la escena shakesperiana.

"Empezamos a ver cómo estas brujas sugestionan tanto a Mkb como a su mujer lady Mkb, sobre su destino monárquico; ser rey era el anuncio y debían hacer todo para conseguirlo, de una manera muy cruel y desmedida, de esta trama surge este armado y el desafío era cómo mostrar lo sangriento, lo siniestro", agregó Romagnoli.

El director destaca el enriquecedor tiempo de los ensayos que los llevó a entender el lenguaje de un autor siempre presente y un riguroso entrenamiento para llevar adelante una obra que necesita ‑según sus palabras‑ "cuerpos afinados y de gran disposición", muchas idas y vueltas, aunque el desafío era que la obra que no se puede nombrar, tácitamente aparezca, se nombre y circule.

"Cinco actores, Marcela Espíndola Galante, Nacho Farías, Germán Geminale, Nicolás Jaworski y Marcelo Pucheta y un gran trabajo que en cierto modo es la profundización de lo que comenzó con la primera obra de este grupo: Protocolo Protsezz K", dice el director aludiendo a una de las obras que integra esta nueva etapa en su trayectoria donde su poética marca un antes y un después.

Para el creador del grupo y la sala La Escalera esta búsqueda implica la profundización del trabajo actoral, para sorprender a un público que según su experiencia, cada vez se vuelve más exigente.

"MKB, tanto como su autor, como por su trama, no es solamente una obra, es una catedral dramática, que los actores tuvieron que construir desde sus cimientos", remarca Romagnoli.

-- Una vez más aparece en tu estética la conexión entre lo trágico y lo absurdo.

-- Lo trágico se muestra por sí solo en toda la obra, lo absurdo fue lo que buscamos y las brujas fueron quienes lo tomaron, hombres que son mujeres y son lo que son, las que arman y desarman el rompecabezas con dos enormes espejos que no solo reflejan sus acciones sino también observan --, explica este dúctil actor, dramaturgo, docente y director teatral.

MKB, la trama escocesa, adaptación de Macbeth de William Shakespeare, es según sus responsables, "un espectáculo, dinámico, activo, atrayente y estimulante a los ojos del espectador; basada en "La obra innombrable" de   Shakespeare": "Nada ni nadie auguran lo que va a venir, solo se pude sugestionar al hombre y a la mujer para que su conducta clame el destino que les han otorgado. ¿Podrían cambiarlo? ¿Podría ser otro? Tal vez sí, solo que la sugestión es más fuerte, invade todo, desde la razón, hasta el amor".

La obra que se podrá ver todos los sábados de abril en La Escalera (9 de Julio 324) contó en su parte técnica con el aporte de Germán Geminale y Lorena y Fenoglio en el diseño y composición de vestuario; Marcela Espíndola Galante en maquillaje, Marcelo Pucheta en creación e intervención de objetos; Carlos Romagnoli en escenografía, dirección y puesta en escena, Mafer Weber y Sol Díaz Puig en diseño de luces, Nacho Farías en asistencia de dirección y La Escalera en la producción general.

"Quisimos con esta obra dejar todo lo mejor de nosotros, sostenidos en la idea de que el teatro todavía sigue siendo la expresión de comunicación más viva y genuina que nos puede dar el arte, todo esto para llevar adelante un espectáculo que consideramos sólido en cada uno de los rasgos fundamentales, que creemos debe tener un espectáculo vivo, teatral", concluyó su director.