Jaime Roos bendijo el conjuro. “Las voces de ustedes empastan muy bien, tendrían que hacer un dúo”, dicen ellos que les sugirió más de una vez. Transcurrían los mejores días de Banda Contraseña, la última “big band” de Roos, y Emiliano Muñoz más Freddy “El Zurdo” Bessio –ambos cantores del grupo– empezaron a tomárselo en serio. Hubo otros factores que jugaron fuerte, como una empresa dispuesta a poner los fondos (MMG), o la insistencia de otros compañeros que opinaban exactamente igual que el creador de “Cometa de la farola”. “Fue como una confabulación entre varias partes”, se ríe Muñoz. “Tanta fue la insistencia, que no tuvimos otra opción que juntarnos y armar algo: así nació este proyecto”.

Muñoz se largó a murguear allá por 1993, como parte de La Gran Siete, luego pasó por Curtidores de Hongos y el nuevo siglo lo encontró cantando no solo en Contraseña sino también en la banda solista de otro peso pesado de la música celeste: Tabaré Cardozo. Por su parte, Bessio hizo las inferiores en varias murgas montevideana –tocando el bombo para Amantes al Engrudo, cantando para Araca la Cana y Los Ocho de Momo, o fundando la Falta y Resto–, además de grabar con Canario Luna y con Roos, en la época de “Si me voy antes que vos”. 

Ambos terminaron por hacerles caso a sus amigos: se unieron, crearon canciones, armaron una banda, ensayaron duro y terminaron publicando Cantor de esquina; Va cambiando la razón y Hasta el otro carnaval, discos que el dúo mostrará hoy a las 21 en Caras y Caretas (Sarmiento 2037). “Como murguistas que somos, siempre tenemos nuestra mirada enfocada en el próximo carnaval. Es como nuestra zanahoria a alcanzar, siempre mirando hacia delante, hacia un nuevo proyecto. De eso creemos que se trata un poco la vida, es lo que mantiene nuestra llamita encendida. Este proyecto aún es joven y esperamos estar unos cuantos años más”, se entusiasma Muñoz, que confluyó con su compañero en Contraseña, en la banda solista de Tabaré Cardozo, en un proyecto llamado Cuatro En Línea y en MPU (Música Popular Uruguaya), una fuerte corriente de músicos urbanos.

–Si tuviera que trazar una elipsis entre Cantor de esquina, primer disco, y el presente, ¿dónde empezaría?

–Cantor de esquina fue un disco muy importante para nosotros, diría que primordial. Primero que nada, porque nos sirvió para saber dónde estábamos parados, dado que en ese momento (2009) era todo incertidumbre para nosotros. Por una cuestión generacional y de época, creo que hoy nos encontramos un poco distantes de ese trabajo, más que nada porque narra muchas vivencias de cuando con el Zurdo teníamos entre 25 y 30 años. Y bueno, todo va mutando, ¿no? Igual, aunque parezca paradojal, conceptualmente seguimos el mismo camino de nuestros inicios. Vamos cambiando la piel como la serpiente, pero no la esencia.

El cantor nacido en Montevideo utiliza la definición de show “más ancho que largo” para anunciar que el recital en el Caras y Caretas estará signado por piezas de los tres discos publicados a la fecha. “La idea es extraer lo mejor de cada uno de los trabajos. Creemos que es un espectáculo que tiene de todo y pasa por momentos de mucha murga, pero también pega en lo melancólico y en lo nostálgico”, anticipa Muñoz, quien profundiza en las confluencias humanas y personales con Bessio. “Con el Zurdo somos dos cantores de esquina, que hemos ido cambiando nuestra razón de vivir, pero no la costumbre de entonar pregones callejeros al canto de ‘hasta el otro carnaval’. Pero nuestra amistad nació compartiendo la banda de Jaime. Aquella fue una época espectacular,  inigualable. Nos llevábamos muy bien y no solo arriba del escenario”.

–Y con Roos como “medium”, circunstancia para nada menor.

–Obvio. En lo personal, con Jaime aprendí muchísimo. Estar once años en una banda de primer nivel no es poca cosa, claro. Traté de observar mucho cómo se desempeñaba el Jaime artista en el escenario para ir cosechando experiencia propia. Sostengo que él es un músico excepcional y de gran profesionalidad, como lo son varios en nuestro país. Hay que aprender mucho de ellos y creo que en ese viaje estamos con el Zurdo.