La decisión judicial de intervenir la conducción nacional del Partido Justicialista desató el repudio generalizado de gobernadores y dirigentes peronistas. A través de un comunicado, los gobernadores del PJ denunciaron la “sorpresiva y arbitraria” decisión de la jueza María Servini de Cubría, quien invocó “consideraciones de neto corte político coyuntural” para desplazar a las autoridades electas y nombrar al gastronómico Luis Barrionuevo al frente de la intervención. Sin ser gobernadores, otros que se sumaron a las críticas fueron el presidente del PJ Bonaerense, Gustavo Menéndez, y el de Río Negro, Martín Soria. En cambio, el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, se desmarcó con el argumento que “el peronismo de Córdoba no participa en el PJ nacional”. 

“Se erige arbitrariamente por encima de las garantías constitucionales, poniendo en serio riesgo la institucionalidad y el proceso interno de los partidos políticos como base de nuestra democracia”, advirtieron los “gobernadores del PJ” en un comunicado, donde exhortaron al Poder Judicial a resolver la situación “de manera urgente” y “sin especulaciones políticas”.

El comunicado va en sintonía con la apelación presentada por Gioja y las autoridades partidarias desplazadas por la jueza federal con competencia electoral. “No se puede ordenar una medida de tal gravedad institucional sólo bajó la invocación de una supuesta crisis interna y efectuando consideraciones de neto corte político coyuntural, como los resultados electorales obtenidos, sin detener su análisis en el entorno jurídico de procedencia”, afirman los gobernadores peronistas, que también recordaron que el PJ cuenta con autoridades electas por los propios afiliados, mediante los mecanismos legales establecidos en su Carta Orgánica.

Schiaretti salió a desmarcarse del comunicado de sus pares. “El peronismo de Córdoba no participa en el espacio del PJ Nacional y, por lo tanto, no tengo por qué opinar sobre lo que pasa allí”, dijo el mandatario cordobés que impulsó la liga de gobernadores como interlocutor con el Gobierno nacional, con quien acordaron la reforma fiscal y provisional. 

A Schiaretti podría sumársele el salteño Juan Manuel Urtubey, el gobernador de mejor sintonía con el gobierno de Cambiemos y el peronismo dialoguista del senador Miguel Angel Pichetto. Urtubey imaginó el miércoles la intervención firmada por Servini de Cubría como “una oportunidad” para reordenar al peronismo. Ayer añadió que “no se puede desconocer un fallo judicial” y fue de los contadísimos en admitir que “hoy la cabeza del PJ está en manos de una intervención”. “Si nos amontonamos todos con visiones diferentes, el resultado está cantado. Nos va a ir peor que antes. Si nos juntamos solo para ganar una elección, la gente nos va a castigar otra vez”, añadió, en contra del proceso de unidad que se lleva adelante desde varios sectores del peronismo. 

Gustavo Menéndez, intendente de Merlo y titular del PJ Bonaerense, le apuntó a Servini de Cubría. “Me sorprendió la forma en que se dio todo, el plazo que se tomó para cumplirlo: fue un caso de justicia exprés. Los argumentos del fallo son políticos, no jurídicos. Se expresó como una militante y no como una jueza”, afirmó Menéndez, quien sostuvo que la magistrada “no tomó ninguna medida previa” antes de dictaminar la intervención. “Fue irregular. Le toca al peronismo pero le puede pasar a cualquier partido. Es un golpe contra el sistema democrático argentino”, sentenció.

Martín Soria, intendente de General Roca, asoció la decisión judicial de Servini al gobierno de Cambiemos. “Esto tiene una motivación política de la gente que venía a cambiar la Justicia y que la está manipulando de la peor manera posible”, dijo Soria, y lo puso en el marco de una situación de “degradación institucional”. “Deciden intervenir al peronismo con una jueza de bolsillo, pero no intervienen porque cantamos muy fuerte la marcha peronista, ni porque perdimos una elección como dice la jueza, la intervienen porque saben que venimos trabajando ya en la unidad”, agregó el titular del PJ rionegrino.