0 Central: Ledesma (6); Gómez (6), Tobio (5),Cabezas (6), Parot (4);Lovera (4), Maxi González (5),  Carrizo (4);López Pissano (4);Zampedri (4), Ruben (5). DT: Leonardo Fernández.

0 San Pablo: Sidao (5); Arboleda (5), Caio (-), Militao (5); Regis (6), Jucilei (6), Petros (6), Liziero (6), Reinaldo (-); Nené (5), Tréllez (4). DT: Diego Aguirre.

Árbitro: Víctor Carrillo (Perú).

Cambios: PT: 18m Fernándes (5) por Reinaldo (SP). ST: 21m Alves por Regis (SP), 27m Herrera por Ruben y Pereyra por  Lovera (C), 30m Valdivia por Tréllez (SP) y 38m Fernández por Maxi González (C).

Cancha: Central

Expulsados: PT: 37m Caio (SP) por roja directa. ST: 36m expulsado Carrizo (C) por doble amarilla.

 

 

Una noche de fútbol sin inspiración dejó a Central comprometido en su aspiración de pasar a segunda fase de Copa Sudamericana. El canaya quedó atrapado en los problemas de generación de juego que acusa de un tiempo a esta parte y no logró superar a San Pablo. Los brasileños jugaron gran parte del partido con un hombre menos y así tampoco el canaya inclinó la cancha en el Gigante. La desesperación mostró sobre el final a Federico Carrizo con la roja y con el equipo tirando la pelota al área rival solo con pelotazos. El auriazul ahora deberá ganar en la revancha o al menos obtener un empate con goles para pasar llegar a nueva instancia en el certamen internacional.

Central y San Pablo protagonizaron un duelo donde la paridad fue el dominador común. El canaya no encontró cómo llevar juego a sus delanteros y se apoyó en pelotas detenidas, ante algunas dudas que presentó el fondo rival. Los paulistas, cuando se animaron a tener más tiempo la pelota, se mostraron peligrosos en ataque, con Nené más inquieto que Tréllez.

 El canaya tampoco no pudo dictar el ritmo de juego. San Pablo discutió cada infracción y le quitó velocidad al juego. Carrizo no generó avances y López Pissano carece de capacidad para asumirse como conductor, rol que le delega Leo Fernández en cancha. Y sin jugadas bien armadas, Ruben probó al arco en las dos pelotas que recibió, sin mayor precisión, y Zampedri no tuvo peso en el área.

  Lovera se frustró en todos los intentos pero el juvenil Gómez, con proyecciones, fue una buena opción ofensiva para abrir caminos. Pero San Pablo nunca se vio comprometido y al promediar el primer tiempo se sintió cómodo en cancha. Incluso puso cerca de Ledesma pelotas de peligro, aunque Cabezas estuvo atento.

  San Pablo frenó su ambición cuando Caio vio la roja por un golpe a Ruben. El árbitro constató que el delantero tenía sangre en el rostro y decidió expulsar al mejor defensor brasileño. Pero esa diferencia numérica en el campo de juego no modificó la paridad en cancha, incluso en el segundo tiempo.

  En la última media hora del partido los equipos se liberaron del rigor táctico y apostaron un poco más por el triunfo. Sin tener juego fluido, Ruben lo tuvo en un centro pero su cabezazo fue contendido por Sidao. El auriazul necesitaba de más apariciones de Lovera. El público se animó en el Gigante para empujar al equipo pero el que despertó fue San Pablo.

  Por eso Central abusó de las faltas para interrumpir los avances paulistas y aparecieron amarillas para Ruben, Maxi González,  Parot y Zampedri, y roja para Carrizo. La visita lo intentó ganar con uno menos hasta los 20 minutos, cuando Aguirre decidió el ingreso del defensor Alves por el volante Regis. A la visita le sonrió al empate luego de que Cabezas evitó el tanto visitante con un cierre a tiempo y el travesaño le negó el gol a Nené.

  Fernández se desesperó pero sus dirigidos no encontraron nunca los caminos al área brasileña. El canaya no tiene un conductor en su juego y fue previsible cada vez que abrió la cancha para jugar con Gómez. En el final la ansiedad atrapó a todos y ya nada de lucidez quedó en Arroyito. Lo que no hizo ayer Central lo deberá ahora lograr en Brasil el mes que viene en el Morumbí.