Los San Antonio Spurs de Emanuel Ginóbili abrirán hoy, a las 16, los playoffs de la NBA cuando visiten a los últimos campeones Golden State Warriors por el primer partido de su serie, en una reedición de las finales de Conferencia Oeste del año pasado que los californianos se llevaron por 4-0. Será la decimoquinta postemporada para el bahiense cuatro veces ganador del torneo, quien se posiciona noveno entre los jugadores que más partidos tienen en playoffs. Con 213 encuentros se ubica a tres de Shaquille O’Neal y a siete de Kobe Bryant, a quienes podría potencialmente superar en esta postemporada.

La atípica serie regular de los Spurs (45-37) –la peor desde la 1996/97 en término de victorias y derrotas– terminó con una clasificación recién asegurada en la anteúltima jornada, frente a los débiles Sacramento Kings. Es que el equipo del legendario Gregg Popovich sintió más que nunca el recambio generacional. Ya sin Tim Duncan desde hace algunas temporadas, con números de Tony Parker que son los más bajos de su carrera y con Ginóbili, el cuarentón, todavía liderando la segunda unidad con producciones sorprendentes pero lejos de sus mejores años; las turbulencias de la transición sonaban lógicas. Pero nadie esperaba que el encargado de llevarla a cabo, Kawhi Leonard, se pierda casi la totalidad de la temporada por lesión y, hasta, se vislumbre un futuro fuera del equipo.

Con tales contratiempos, San Antonio tuvo que sostenerse en el demorado pero finalmente alcanzado salto de calidad de LaMarcus Aldridge, quien a base de destacadísimas actuaciones llevó a los texanos a una nueva postemporada. Pero el séptimo puesto conseguido en una Conferencia Oeste hipercompetitiva los llevó a verse las caras con los Warriors, de también inesperada clasificación ya que terminaron segundos por detrás de Houston Rockets.

Golden State venía de ser el mejor record de la liga por tres temporadas consecutivas, que terminaron siempre con llegadas a la final y dos veces con el anillo de campeón. Pero este año, al igual que los Spurs, fueron víctima de las lesiones y llegarán al duelo con los texanos sin su máxima figura, Stephen Curry. Al base dos veces Jugador Más Valioso lo tiene a maltraer un tobillo que se lesionó, justamente, en un duelo frente a San Antonio, a principio de marzo. Y ello suena a justicia poética ya que en las finales de conferencia del año pasado, un pie del pivot georgiano Zaza Pachulia sospechosamente ubicado por debajo de Leonard, hizo que el alero pisara mal al caer y se perdiese el resto de la serie, dando inicio a un desafortunado encadenamiento de lesiones que lo marginarían hasta hoy. Aquellas serían liquidadas por los Warriors 4-0 a pesar de las grandes actuaciones de Ginóbili (17 puntos en el primer choque, 21 en el tercero, 15 en el último) en lo que muchos pensaron podía ser el último partido del bahiense en la NBA. Sin embargo, ginóbili firmó contrato por dos años en el receso y volvió para tener revancha, por lo menos, una vez más.

Pero la realidad es que Manu y compañía van de punto. Durante la temporada regular, Spurs y Warriors se enfrentaron cuatro veces y los primeros sólo se impusieron en el último duelo, cuando los de California fueron sin tres de sus máximas figuras. La apuesta de Popovich pasará, como en los últimos partidos, por sobrecargar ofensivamente a Aldridge, quien promedió 26,8 puntos frente a Golden State en la temporada. Detrás suyo, en términos de goleo, recién se ubica el alero Kyle Anderson, quien viene haciendo de dupla interior de Aldridge últimamente, con 12 puntos de promedio frente a los californianos. Manu, por su parte, promedió solamente seis puntos y no estuvo fino en sus lanzamientos: 40 por ciento en dobles, 28 por ciento en triples y 50 por ciento en tiros libres. Tampoco lo estuvieron sus

compañeros: en esos cuatro partidos, San Antonio promedió un 27 por ciento de efectividad en el tiro de tres puntos (35 por ciento en la temporada). Y en eso, ambos equipos son bien diferentes.

Popovich, un declarado “enemigo” del lanzamiento de larga distancia, tendrá enfrente al equipo que revolucionó el juego por la cantidad de triples que toman, y que anotan, por supuesto. Pero donde espera San Antonio hacer la diferencia es en el lado defensivo. Los Spurs son el equipo que menos puntos recibe por partido (99,8) en toda la liga, son terceros en eficacia defensiva (17 en ofensiva) y se caracterizan por alentizar el ritmo de juego, el quinto más lento de la NBA. Por contrario, Golden State son el de goleo más alto (113,5 por partido), el tercero en eficacia ofensiva (11 en defensiva) y el quinto en velocidad de juego. Un verdadero duelo de contrastes, en ese aspecto. Quedará por ver si Manu y compañía son capaces de frenar a los todopoderosos Warriors, esta vez liderados por Kevin Durant, Klay Thompson y Draymond Green, y cobrarse revancha.