El Gobierno entró en modo control de daños luego de la sesión en la que los opositores estuvieron a un voto de conseguir iniciar la sesión especial en la que se proponían modificar el aumento de las tarifas. El presidente Mauricio Macri se había mostrado intransigente (“No soy mago ni estafador”, advirtió en un acto sobre el costo de las tarifas), pero hacia la noche en Balcarce 50 ya trabajaban en una “propuesta de alivio”. Buscan que salga del Ejecutivo y no del Congreso. Convocaron a la Rosada a los jefes de bloque para hoy. Se trata de un tema que, al igual que el recorte a los aumentos de los jubilados, tiene un potencial de golpearlos en las encuestas y en el oficialismo lo saben. En tanto, ayer hubo cacerolazos en todo el país contra el aumento de tarifas y hoy las CTA junto al sector de Hugo Moyano protagonizará una Marcha de las Velas contra la política de incremento de tarifas que el oficialismo busca no cambiar, pero sí maquillar. 

La sesión especial que había convocado el Frente para la Victoria, el Frente de Izquierda, Movimiento Evita y Libres del Sur, junto con el Frente Renovador y a la que se sumaron otros bloques habitualmente más dóciles al oficialismo, como el Justicialista, estuvo a un voto de iniciarse. Cayó luego de una movida del diputado macrista Javier Pretto, quien se acercó al diputado Alfredo Olmedo, le dijo algo y luego Olmedo se levantó (ver página 4). En el medio, hubo cruces entre el presidente de la Cámara baja, el macrista Emilio Monzó, y la massista Graciela Camaño, quien lo cuestionó por no esperar a otros diputados que estaban cerca de llegar. Monzó les dio ocho minutos antes de que se levantara la sesión.

No obstante, la cercanía a lograr masa crítica en un reclamo altamente sensible como los aumentos de tarifas de gas, luz, agua y transporte prendió las luces de alarma en el oficialismo. Las iniciativas iban desde retrotraerlos a diciembre hasta congelarlos. No bastó con que el jefe de Gabinete, Marcos Peña, calificara de demagógica la postura de los kirchneristas. Los radicales y, sobre todo, Elisa Carrió también están hace días cuestionando la intransigencia del Gobierno.

Carrió tuvo dos conversaciones sobre las tarifas con Marcos Peña: una el martes a la noche y otra el miércoles a la mañana, antes de la sesión. Allí la líder de la Coalición Cívica tuiteó: “Ni demagogia ni intransigencia: en materia de tarifas hay que encontrar una tercera salida, que no sea la posición inflexible del Gobierno ni la demagogia de sectores del PJ que han vaciado la Nación durante el kirchnerismo”, escribió. Y dejó en claro lo que había hablado con el jefe de Gabinete: “Mi recomendación es abrir una instancia de negociación entre la Cámara de Diputados y el Poder Ejecutivo, sobre la base de soluciones alternativas”.

Hacia la tarde, cuando la sesión se había caído y desde la Rosada lanzaron una convocatoria de emergencia a la mesa chica de Cambiemos, Carrió salió a festejar: “Gracias a Dios se abre una instancia de negociación, motivo por el cual se posterga la sesión para la semana que viene, y es de resaltar la actitud del señor Marcos Peña para lograr ello”, dijo. “Así funciona un gobierno con alianza electoral, pluralismo, diálogo y racionalidad. Aunque en la práctica parezca doble agente”, tipeó y cerró con un emoticón de guiño de ojo, como los que suele hacer en vivo. 

Recalculando

No obstante, la reunión de la mesa chica de Cambiemos que iba a ser ayer a las 16 se postergó para hoy a las 11 y Carrió no será de la partida. Enviará como emisario al diputado Juan Manuel López. En el encuentro estarán Peña, Monzó, el jefe del bloque PRO Nicolás Massot y el del radicalismo, Mario Negri. Los correligionarios vienen de días agitados: el gobernador de Mendoza y titular de la UCR nacional, Alfredo Cornejo, se cansó y comenzó a plantear en público lo que antes decía en privado: la semana pasada aseguró que el ministro de Energía, Juan José Aranguren, “le hizo meter la pata muchas veces” a Macri. Y cuestionó que no se los consulte más. 

Ayer Cornejo hizo trascender que le envió un proyecto al Gobierno en el que  propone una tarifa plana para evitar los picos en las boletas. El proyecto no cuestiona el aumento, pero propone morigerarlo, prorrateando la tarifa para que no se sientan tanto los aumentos sobre todo en el invierno, cuyo pago sería repartido en una tarifa plana que impactaría en el verano. El 50 por ciento del aumento proponen pasarlo para después de las elecciones de 2019. 

De esto seguramente hablarán en el cónclave de hoy. No obstante, si bien los macristas buscan mostrarse abiertos al diálogo, no parece haber mucho espíritu de cambiar la política de fondo. “Estamos dispuestos a escuchar cualquier alternativa sin desconocer que lo que tenemos que hacer es resolver el déficit fiscal. Lo que hagamos más lento por un lado tendrá que ser más rápido por el otro. Las propuestas tienen que tener madurez y sensatez fiscal”, afirmó el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, en un almuerzo con empresarios en la Bolsa de Comercio de Córdoba. El funcionario también les respondió a Carrió y los radicales: “Nuestros socios políticos sabían nuestra política tarifaria, se las explicamos a ellos y en las audiencias públicas. Lo que pasa ahora con los precios no hace más que responder a la fórmula establecida y a la escalera de quita de subsidios planteada”, dijo Quintana, quien comentó que él también había conversado con Carrió el martes por la noche. “Su preocupación es genuina por el impacto en los sectores medios y medio bajos de las facturas. No es una fractura ni una quiebra”, aseguró. 

En la mayoría de los despachos de la Rosada se repetía lo mismo: cualquier cambio tiene que tener costo fiscal neutro. O en otras palabras: el ajuste fiscal no se modificará. En una de las oficinas donde se cocina la rosca política de Balcarce 50, indicaban: “No se vienen cambios en la política tarifaria. Sí, tal vez, en la forma de pago”. A esto en el Gobierno le llaman “propuesta de alivio”. La idea es comunicar a los jefes de bloque que ese planteo saldrá del Ejecutivo y no del Congreso. 

Macri, por su parte, no se mostró muy concesivo: “No soy mago, me encantaría porque la verdad es que tengo admiración por los magos, pero no me sale eso. Y tampoco soy estafador”, dijo sobre las tarifas durante un acto que encabezó en Tucumán.”Nada de lo que les prometan que sea regalado puede ser verdad”, afirmó.

Ruido de fondo

Mientras en los despachos hacen cuentas, ayer distintas ciudades se llenaron con ruidos de cacerolas. Fue por la convocatoria del ruidazo que hizo al Multisectorial contra el Tarifazo, que reúne a organizaciones sociales, sindicales y políticas. Hoy a las 19 marcharán desde el Congreso hasta el Obelisco en rechazo a los aumentos en lo que denominaron la Marcha de las Velas (ver página 5). “Las velas son lo que tienen que encender en muchas casas donde en este momento las cuentas de luz no se pueden pagar”, sostuvo el titular de una de las CTA, Hugo Yasky. “Las familias más humildes son las que más están sufriendo el tarifazo; los clubes, las sociedades de fomento. Por eso me comprometo, como vicepresidente del PJ bonaerense, a que los intendentes acompañen esta movilización”, sostuvo el dirigente de Camioneros Pablo Moyano. 

La movilización volverá a juntar en la calle a las dos CTA, a los camioneros de Moyano, y también a los bancarios, que tiene a la cabeza a Sergio Palazzo. A la movilización se volverán a sumar representantes de Pymes, clubes de barrios y organizaciones de defensa del consumidor, que cuestionan los aumentos.

Télam
La oposición quedó a un diputado de arrancar la sesión especial.