Economistas consultados por este diario afirmaron que la salida del ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, será aprovechada por el Gobierno para acelerar el ajuste del gasto público. A su vez, indicaron que la división del ministerio provocará problemas de coordinación para hacer política económica y generará debilidad para los funcionarios que quedaron al frente de la gestión. 

“Hubo un proceso de desgaste con Prat-Gay en los últimos meses. Las cosas no fueron bien y ahora ponen a alguien para que profundice las líneas de recorte fiscal que no se hicieron hasta el momento. Se viene probablemente un recorte del gasto más fuerte”, dijo a PáginaI12 el director de la carrera de economía Umet, Arnaldo Bocco. El ex director del Banco Central planteó que el recambio es promercado, con el objetivo de asegurar que el nuevo ministro de Hacienda trabajará en buena sintonía junto al directorio del Central para atacar el proceso inflacionario de forma más activa. 

“El próximo año se verá posiblemente una eliminación más fuerte de los subsidios y aumento de tarifas, una pérdida de capacidad de compra de los trabajadores estatales y jubilados con ingresos que subirán por debajo de la inflación. La obra pública, si se consigue deuda externa, se mantendrá. Hubo más de 300 licitaciones que ya se hicieron para arrancar en 2017”, aseguró Bocco. Durante la gestión de Prat-Gay el PBI cayó 4 por ciento, la inflación se ubicó por encima del 40 por ciento y el desempleo subió a tasas de casi dos dígitos. Bocco mencionó además que la fragmentación del ministerio debilita la capacidad de gestión de los nuevos ministros y provoca problemas para el día a día del armado de la política económica.  

“Mientras el presidente Macri está de vacaciones, despide a Prat-Gay, el ministro del súper endeudamiento externo para pagarle a los fondos buitre lo que éstos exigían y para financiar el déficit fiscal. El mismo que el año pasado, en campaña, dijo que el dólar ilegal de 16 pesos ya estaba incorporado a los precios, y quien posteriormente pronosticó una inflación de hasta 25 por ciento para el 2016, cuando estamos terminando el año por encima del 40 por ciento”, dijo el diputado del Partido Solidario, Carlos Heller. Luego agregó que “Nicolás Dujovne, flamante ministro de Hacienda, ha dejado bien en claro su preocupación por el elevado déficit fiscal, que propuso reducir para el próximo año, así como la necesidad de bajar los costos laborales y eventualmente acceder al financiamiento del FMI ya que las condiciones que impondría el organismo serían pasablemente laxas para el Gobierno”. Señaló que los nuevos funcionarios parecen elegidos para llevar el ajuste a un escalón más profundo. “Argentina seguirá en un esquema económico en el que pierden las pymes, los trabajadores, los jubilados, y el pueblo en general. Eso es lo que Macri ofrece para el futuro”, cerró.

Aldo Pignanelli, el ex presidente del Central, indicó a PáginaI12 que este año fue muy malo en términos macroeconómicos. “Ahora llega un funcionario más ortodoxo con la promesa de mayor ajuste fiscal. Prat Gay implicaba el gradualismo”, mencionó. Luego indicó que “la salida del ministro es una lastima porque es una persona muy capaz y honesta pero que no logró buenos resultados de gestión. Parece que están usando a Prat Gay como chivo expiatorio”. El economista jefe de la consultora Ecolatina, Lorenzo Sigaut Gravina, criticó la decisión del Gobierno de dividir en dos el ministerio de Hacienda y Finanzas. “En la actualidad son muchas las áreas las que tienen repartida la gestión, circunstancia que redundará en ardua y compleja coordinación del equipo económico”, advirtió. Destacó la gestión de Prat-Gay en materia de eliminación de los controles cambiarios y el pago a los buitres para regresar a tomar deuda a un costo relativamente bajo, pero aseguró que no se pudieron resolver los desequilibrios fiscales, generando ruido para 2017. Una de las principales preocupaciones entre consultores del mercado este año ha sido el incremento del rojo presupuestario, que cerrará 2016 en 5 puntos del producto interno, por encima del déficit anotado en 2015.