“Ofrecen auténticas piezas de autor”

Gustavo Mario Fontana: Para alguien como yo, que leo Página/12 desde que está en la calle, es fundamental garantizar que el diario se siga publicando. Por eso me suscribí, en parte como una forma de autodefensa, y también como una expresión de solidaridad hacia uno de los pocos medios que hoy informan, opinan y debaten con otra mirada entre los medios concentrados que nos abruman. Más allá de las posibles coincidencias ideológicas, muchos de los columnistas de Página ofrecen auténticas piezas periodísticas de autor. Eso no es fácil de encontrar en el periodismo argentino, donde pulula el discurso panfletario. Como lector, se los agradezco. Otra característica que aprecio está en el diseño de las tapas, donde (casi) nunca falta el humor para hacernos más soportable la realidad. Y ya que lo menciono, los humoristas del diario son de lo mejor. Después de tantos años es difícil rescatar una anécdota. Pero puedo recordar cuando en más de una oportunidad fui al kiosco del barrio y Página “se agotó”... Superada la bronca inicial, me brota una sonrisa al sentir que somos muchos los que nos identificamos con esta forma de hacer periodismo, con esta “mirada”.

“Leo ‘Página’ desde su nacimiento”

Cecilia Canevari: Me suscribí porque estoy esperando hace tiempo encontrar la manera de apoyar al diario. Además que me gusta la idea de verlo tal como viene el de papel. Vivo en la ciudad de Santiago del Estero y el página llega aquí a la tarde, lo recibí mucho tiempo, aun en una época en que nos llegaba al día siguiente. Pero luego de que los tiempos y las noticias se inmediatizaron, leer el diario del día anterior no era la mejor alternativa. Sé de las crisis económicas de los diarios, y también valoro especialmente leer un diario que tiene una mirada crítica y opositora al gobierno. Leo Página desde su nacimiento, sus tapas siempre elocuentes y sugerentes, luego me río con Rudy y Paz, me quedo pensando con Rep y los pirulos de tapa. Así comienza mi lectura. Luego me interesa Mario Wainfield, Mariana Carbajal, Marta Dillon y tantas personas más. Pagina/12 es para mí una imprescindible compañía cotidiana. Les agradezco el enorme trabajo que hacen y celebro tener la posibilidad de apoyar aunque sea un poco.

“Un gran aporte a la cultura y la reflexión”

Adriana Grane: Creo que Página/12 y sus colecciones son de un gran aporte a la cultura, a la reflexión, al pensamiento crítico, a una mirada más pluralista y democrática de la sociedad, que concientiza al lector de la importancia que tiene la defensa de los derechos humanos. Es un medio que permanentemente denuncia los atropellos y violaciones a los derechos de las personas y sus garantías constitucionales. Rompe con la mirada o transmisión de la información que reproduce un modelo hegemónico, antidemocrático, individualista y neoliberal, el que sistematiza una información basada en la mentira, la difamación, en las verdades absolutas sin cuestionamientos. En este período democrático actual, en donde el Poder Ejecutivo gobierna por decretos, en donde no pudo ponerse en práctica una Ley de Medios que democratizaba la información permitiendo el pluralismo de voces y en donde hay un blindaje mediático que no informa la realidad de lo que sucede en la sociedad, silenciando, tapando y encubriendo con información “basura” las medidas del gobierno, creo que PáginaI12 es uno de los pocos medios gráficos que trata de dar a conocer y denunciar la trama de consecuencias trágicas que el neoliberalismo está produciendo en la vida cotidiana de todos los argentinos.

“Información de calidad en la adversidad”

Damián Craiem: Desde hace tiempo estoy esperando la oportunidad de suscribirme a Página/12 y por eso no dudé un segundo en hacerlo. Para colaborar con el diario empecé a comprar la edición dominical en papel pero la opción digital me resulta más práctica. Soy un lector fiel de toda la vida y aprecio mucho el esfuerzo que realizan por brindar información de calidad en medio de la adversidad. Creo que para que un medio se mantenga independiente, no puede sustentarse solo de la publicidad privada o pública, porque finalmente terminan condicionándolo. La opción de financiarse (al menos en parte) con sus lectores, brindando algunos beneficios a cambio, me parece entonces razonable. Idealmente el derecho a la información debe estar garantizado por el Estado. Para ello, debería haber una oferta adecuada de medios y de opiniones heterogéneas. Regulación estatal para asegurar diversidad de voces. Evidentemente, la situación en nuestro país nunca fue esa. Peor aún, los valiosos y frustrados intentos por democratizar los medios sufrieron retrocesos importantes en los últimos años. La derogación parcial de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual por decreto es un claro ejemplo. La asfixia informativa que sufre una parte importante de la ciudadanía me impulsa a colaborar para que Página/12 siga existiendo. Desde ya creo que el desafío que tienen es inmenso. Espero que esta nueva suscripción logre motivar a otros lectores y puedan así invertir para crecer. Les deseo que tengan éxito con esta nueva apuesta. La calidad de vida de muchos de nosotros depende de ello.

“Es como encontrarse en el café con amigos”

Carlos Inza: Leer Página/12 es como encontrarse todos los días en el café con un grupo de amigos con los cuales se ha vivido casi la vida entera. Con algunos militaste, con otros estudiaste, con alguno compartiste el exilio. Pero con todos, absolutamente con todos, compartiste hermosas utopías y no te resignás a que te las quiten por decreto o te metan dentro de algún miserable operativo comercial en el cual te adjudican cierto valor monetario. Así que quiero seguir yendo al café todos los días para encontrarme con mis amigos, escucharlos y discutir las noticias. Y que todos vayan sabiendo que tenemos el vicio de la resistencia.

 

“No al silencio de lo diferente”

Guillermo Pérez Silva (suscriptor número 1): Nací en 1962 y soy hijo de dos villas diferentes. Villa del Parque por parte de mi madre de familia acomodada, conservadora y religiosa y Villa Soldati por parte de mi padre, hijo de inmigrantes españoles socialistas que vinieron escapando del hambre y la persecución. Tuve la suerte, por así decirlo, de crecer escuchando e intentado entender dos visiones diferentes de un país de dos personas que me inculcaron el respeto por la opinión diferente, aunque esta opinión fuera totalmente en contra de mis pensamientos. Viví y sufrí la dictadura militar viendo y escuchando una versión siniestra de periodistas que relataban un discurso único. No había dos opiniones o rápidamente eran calladas. Parece que la historia a veces se empecina en repetir algunas cosas; ya voy por casi treinta años de matrimonio con una mujer que tiene una visión diferente a la mía de nuestro país pero ambos hemos criado a nuestros hijos en la diversidad de pensamientos, ideas y culto. Yo, al igual que muchos, necesito nutrirme de una visión que no sea la oficial, cómplice y vil, y que permita ver el lado opuesto, la otra visión de una noticia, de un país, de una lucha. Espero que todos los lectores que pensamos diferente, y que no necesariamente coincidamos con la opinión del columnista, estemos a la altura de esta situación y podamos colaborar. No al silencio, no al silencio de lo diferente. Para eso ya existe un lema que nos identifica: ¡NUNCA MÁS!