A Charly Bustos, que recuerda y canta

 

"Quiero gastarte a pasos. Quiero ser el fantasma de tus calles". Por las calles inhóspitas de la dictadura andábamos, yo con un cuaderno espiralado de 21 x 30 de tapa flexible y una birome en mi mochila teñida y cosida a mano por mí misma; Charly, con su guitarra. Sabíamos que el sol era necesario. Yo tuve un padre que creía en San Francisco de Asís y en Le Corbusier, esos dos devotos de la luz en más de un sentido; el suyo le enseñó a cantar folklore. Serotonina, supe después que se llamaba esa alegría que surgía en la intemperie diurna. La vida podía ser simple como la de una planta, con solo salir al sol.

Ya no sé si alguna vez sabré quién me dictó aquella canción que escribí de un tirón en cuartetas que llenaron dos páginas del cuaderno en mi letra legible de cuarto o quinto año de la escuela secundaria. Sé que Charly le puso música y que su hermana Graciela, especializada en tangos desde niña, le puso voz para el video que grabaron en la radio Planeta Cabezón. Pongo en el buscador el título de la canción, Para arreglar las cuentas con Rosario, y me reencuentro en You Tube con aquella balada que tiene algo de Franþois Villon, algo de vals triste, bastante de la Trova, y mucho de lo que después sería su vida.

Yo escribía y escribo para olvidar, pero Charly Bustos canta para recordar. "Saldré a buscarme por entre tus calles, / a remontar el humo de tu sangre, / saldré a gastar mis pies en tus baldosas, / a respirar mi libertad errante, / saldré a llenar mis ojos en tu cielo, / a quemarme la piel de soledades", anoté en 1981, y me olvidé. Pero él nunca se olvidó de esa canción, y la canción nunca se olvidó de él.

Y él cumplió: salió. No es que estuviéramos presos, sino que todo el país por entonces era una cárcel. Una vez lo detuvo la policía por cantar la canción en un recital en el patio de la parroquia San Francisco Solano. Otra vez que nos encontramos de casualidad me la dictó y la anoté en una pila de servilletas del Café de la Flor; no nos cobraron la pizza. Otra vez me encontré por calle Laprida con alguien que después me dio una hoja de cuaderno, con la canción. Estaba escrita con mi letra, porque parece ser que yo andaba regalando copias manuscritas, de modo que sobrevivieran mis propios textos a mi incapacidad de conservar papeles. La canción de la ciudad me persigue por este laberinto de calles del que no puedo escapar. Otras canciones más armaron su equipaje: las que él escribió y cantó en un gran teatro cuyo nombre también olvidé, en una noche de gloria y aplausos como lluvia sobre un techo de chapa. Un puñado de canciones es todo su tesoro y para quienes lo escuchamos sigue siendo un tesoro tan grande.

Desde el 2 y hasta este viernes existe un interior que alberga, siquiera en efigie, a pájaros humanos urbanos como él. De 10 a 19, en la Sala de las Miradas de Plataforma Lavardén (Sarmiento y Mendoza, la mismísima esquina en cuyas escalinatas él suele sentarse) hay una guitarra y muchos papeles más, con dibujos en grafito, y hay clips de video: breves documentales que no duran más que una canción y arman el mosaico de un documental sobre los músicos callejeros de Rosario.

La muestra se llama Líneas contrapuestas; sus dibujantes son Hover Madrid (un artista con mucha calle y guitarras) y Juan Manuel Madrid. La idea es que esas líneas sean como el hilo de Ariadna del que uno tire para empezar a transitar un laberinto de calles que ahora tiene mapa. La idea se llama "Canción de la ciudad" y constituye un universo narrativo transmedia, al que pertenecen la muestra de dibujos y también los movisodios (episodios para teléfono móvil) que se pueden ver en http://www.cancionciudad.com. Canción de la ciudad construye un mapa abierto al que se van sumando nuevas obras, como esta contratapa.

Cualquiera puede suscribirse en You Tube al canal Canción de la Ciudad y empezar a recorrer un mapa sonoro de rutas invisibles en la intemperie urbana. Acordeonista, bandoneonista, cellista, violinista, cada músico/a tiene su esquina y todas están en el mapa. La idea fue de David Paternina, lo mismo que el guión transmedia; completan el equipo técnico Patricio Irisarri (dirección y entrevistas), Giancarlo Luna (entrevistas y producción), Andrés Aseguinolaza (fotografía y montaje), Agustín Pagliuca (sonido), Juan Ignacio Porta (cámara), Martín Pérez (cámara y posproducción de video), Fernando Gómez Hernández (foto fija) y Jeimi Castillo (desarrollo web e identidad gráfica).

Detrás de este proyecto está la Maestría y Especialización en Comunicación Digital Interactiva de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario (http://www.unrinteractiva.com.ar), que colabora con la Cátedra Latinoamericana de Narrativas Transmedia del Instituto de Cooperación Latinoamericana de la UNR (Córdoba 1814, segundo piso, oficina 120, [email protected], http://www.catedratransmedia.com.ar).

Desde allí se piensan y producen contenidos virtuales y a la vez territoriales para y desde los nuevos ecosistemas mediáticos. También desde lo estatal, a nivel provincial, el proyecto recibió apoyo del programa Espacio Santafesino; a nivel municipal, de Soy Arte en Calle (relevamiento de arte callejero realizado en 2009 desde una oficina dependiente de la Dirección General de Programación Cultural de la Secretaría de Cultura local). Además lo bancan Wasabi Producciones y La Facultad Libre de Rosario. Bienvenidos al laberinto de los pájaros.

 

La muestra puede visitarse hasta el viernes 30 en planta baja de Plataforma Lavardén.