Disturbios entre la policía y hombres enmascarados ensombrecieron las manifestaciones sindicales convocadas ayer en París por el 1 de Mayo, el Día Internacional de los Trabajadores, marcadas también por las protestas contra la política de reformas laborales del presidente Emmanuel Macron (foto).

Unas 200 personas fueron detenidas en París luego de que grupos de manifestantes se enfrentaran con la policía y causaran destrozos en el centro de la ciudad durante la manifestación del Día del Trabajador.

Las fuerzas de seguridad habían extremado las precauciones y desplegado a lo largo del trayecto de la manifestación, convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT), a 1.500 policías y militares, pero los altercados obligaron a desviar el recorrido.

Poco después del inicio de la marcha, la policía publicó en su cuenta de Twitter que había detectado a unos 1.200 individuos enmascarados y encapuchados en el puente de Austerlitz, cerca de la mitad del trayecto previsto. Miembros de esos grupos lanzaron proyectiles contra los agentes, que respondieron con gases lacrimógenos y cañones de agua.  

Un local de la cadena estadounidense McDonald’s resultó dañado, así como un concesionario de coches y mobiliario urbano. Además se incendiaron contenedores de basura como consecuencia de ataques con bombas molotov y objetos incendiarios arrojados por los manifestantes.

El ministro del Interior francés, Gérard Collomb, condenó “con firmeza” la violencia y el vandalismo, y aseguró en Twitter que se ha puesto todo a disposición para cesar “estos graves altercados al orden público y detener a los autores de esos actos incalificables”. El primer ministro, Edouard Philippe, también condenó los incidentes.

Unas 200 personas del llamado “bloque negro” fueron detenidas. 

Esta calificación abarca a activistas dispuestos a la violencia, que se presentan encapuchados y vestidos de negros en las manifestaciones.

En Francia se suceden desde hace días las huelgas y jornadas de protesta por la intención del presidente galo, Emmanuel Macro, de aplicar una reforma laboral que es rechazada por las centrales sindicales.

En conferencia de prensa, el prefecto de policía de París, Michel Delpuech, dijo que la marcha convocó dentro del cortejo sindical a 20.000 personas y a otras 14.500 calificadas como “radicales” fuera de este, dentro de las cuales estaban los 1.200 extremistas.

El año pasado, la policía contó a unas 30.000 personas en la capital, cifra en la que no hizo distinciones. La CGT, que se desmarcó de la violencia registrada, dijo en cambio haber contabilizado en esta ocasión a 55.000 personas en París, 25.000 menos que en 2017, y elevó esa cifra a unas 210.000 personas en todo el país.