Nico (Dujovne) y Toto (Caputo), dos de los ministros más ricos del “mejor equipo” de los últimos cincuenta (y dos años medio) se sentaron frente a los periodistas y a las cámaras para decir, de manera técnica y definitivamente incomprensible para la mayoría, que los argentinos tenemos que seguir ajustándonos pero que, al mismo tiempo, no hay ningún motivo para preocuparnos porque esto es lo mejor que puede pasarnos. Pese a lo que opinen los “populistas” y “demagogos” que persisten en su tozudez y falta de sentido común al intentar ponerle “palos en la rueda” al aumento de las tarifas, a la inflación y, apenas como daño colateral, a la pérdida de calidad de vida de gran parte de la población.

A pesar de que Nico y Toto hablaron en la Argentina, ocupando el lugar institucional de miembros del gabinete, ambos no buscaron calmar la preocupación de quienes hoy están afligidos porque su salario no alcanza y, que como bien lo dijo el jefe de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, Fabián Perrone, se ven obligados a robar para poder comer. En primer lugar porque tanto para Nico como para Toto, como también para Pato (Bullrich), la pobreza en la Argentina bajó y todos los indicadores económicos son positivos. Porque esos son los datos que “el mejor equipo” maneja, toda vez que Mariu (Vidal) tampoco les puede contar lo que sucede en gran parte del conurbano de Buenos Aires dado que ella solo hace timbreos selectivos, donde sabe de antemano que hay personas dispuestas a sonreírle y a sacarse fotos con la gobernadora.

Nico y Toto le hablaron “a los mercados”, un personaje tan anónimo como abstracto, pero que se corporiza a través del manejo de capitales internacionales y de operaciones que van más allá del poder político de los pueblos y de las naciones. Nico y Toto se han codeado (y lo siguen haciendo) con los interlocutores de “los mercados” porque, fundamentalmente, han sido parte y siguen perteneciendo a ese mundo. Y les hablaron a ellos porque, de alguna manera, se sienten incomprendidos. “Los mercados” no aceptaron las reglas de juego de la “gradualidad”. Son voraces, quieren más. Y Nico y Toto, en nombre de Mauri (Macri) decidieron darle más. Más ajuste y de manera más acelerada.

Eso sí, que nadie piense que Nico y Toto se sorprendieron por lo que está pasando. “Es un movimiento que podía venir, no nos tomó por sorpresa y estábamos preparados para resolverlo sin inconvenientes”. En todo caso, aquellos que siguen sin estar preparados son la mayoría de los argentinos que sí tienen inconvenientes a la hora de pagar las tarifas con salarios que, como ratificaron Nico y Toto, no tendrán actualizaciones por encima del 15 por ciento porque, aunque los precios que aparecen en las góndolas digan lo contrario, los ministros insisten en que la meta de inflación seguirá siendo también del 15 por ciento. Lo explicó Nico: “La meta actúa como una organizadora de nuestro programa económico”. ¡Quién puede dudarlo! Seguramente los “populistas” (muchos que  sobreviven y persisten y otros que hasta hace tiempo no lo eran y ocasionalmente se suman) que solo piensan en medidas “demagógicas” que intentan ponerle freno al “cambio” impulsando “proyectos irresponsables que pretenden modificar nuestra política tarifaria”. Si insisten, el veto siempre estará a la orden. Porque, ante todo y a cualquier precio, hay que cumplir con la meta.

 No es menos cierto que Nico y Toto, también Mauri, Marquitos (Peña) y todo el resto del “mejor equipo”, pueden manejarse así hasta el momento porque son los únicos que juegan en la cancha, no tienen oponentes de fuste. Los hay que gritan y patalean, pero hasta ahora de manera por demás inorgánica y, en consecuencia, poco eficaz. Y otros tantos no le quitan la mira a su GPS de oportunismo político y no se cansan recalcular para estar siempre alineados con el poder. Y no importa si ayer defendieron una bandera y hoy la contraria. La política casi todo lo permite y lo habilita. Y además existen siempre paraguas denominados “institucionalidad”, “razonabilidad”, “prudencia”, que sirven para cobijarse de la lluvia. Los que se mojan siguen siendo los de siempre: los pobres que no usan paraguas, sencillamente porque no los tienen.

Nico y Toto dejaron en claro esta semana que, actuando en nombre y por indicación de Mauri y del “mejor equipo”, están dispuestos a cumplir hasta las últimas consecuencias la tarea para la que llegaron: dejar conforme a quienes fueron sus mandantes de ayer y lo siguen siendo de hoy. ¿Quiénes son? “Los mercados”. Actores que no tienen nombre ni rostro, pero a los que Nico y Toto conocen desde siempre, porque han jugado y juegan en el mismo equipo y se calzan la misma camiseta.