“En los tiempos pasados fueron ‘Adán y Eva’ pero el presente es EVA & ADELE”, aseguran ellas haciendo foco, más que en su megalomanía, en la historia larguísima donde la célebre dupla (hetero, pecadora y castigada) dominó la Entrada y el Exit de todos los vernissages; “lo femenino” fue reducido a un kit cosmético del sexo débil o una sobre actuación de homosexuales; las artistas no figuraban en catálogo, y mucho menos en pareja. El presente es ellas: la hora de la mostra. Entiéndase mostra como algo que va un paso más allá del objeto camp que también son: construcción de una identidad que se lleva adelante de a dos. Mismo atuendo, misma coiffeur, misma sonrisa e idéntico labial, dos señoras muy aseñoradas van desde hace 25 años por el mundo (del arte y el otro) del bracete como diciendo “y ahora agarrate”. 

Es muy sencillo conseguir entrevistas y sacarles fotos. Responden a todas las preguntas sin la menor objeción y con un tono de dulce amabilidad, se diría que tranquilizador y paralizante para las inquisiciones que busquen lo freak, lo anormal o incluso lo chanta del caso. De hecho, están para eso –la mirada de los otros– desde mucho antes de la era Instagram. Al comienzo la aparición era casi sin palabras, estrictamente visual, la pareja imponía ser leída en forma de desafío a la inerca de gdúo  sin más explicaciones que los modelitos siempre recién hechos pero como salidos de un viejo closet para regocijo de los demás. “Hemos delegado la documentación de nuestras performances al público sin necesidad de ningún contrato. Recibimos muchas fotos que saca la gente y son nuestro archivo¨, explica Eva. El trabajo de la dupla se sostiene en ese intercambio con el público y en simbiosis entre la cultura de masas y la vida privada.

Lucrecia Althabe

EVA & ADELE va con mayúscula, en ese orden, con la & que las une en matrimonio, obra y show permanente. No sólo la “x” que se enfrenta al binarismo sino la “&”, es el signo de mayor osadía en tiempos líquidos: porque hay que sostener día y noche el atuendo, el make up, la performance y el romance. Su aspecto espejado es a la vez una marca publicitaria y el nombre de una identidad autopercibida: “somos las gemelas hermafroditas del futuro” dicen como contraseña para los que de a poco van entendiendo. Tal vez lo más perturbador sea la sonrisa que llevan colgada como quien pide whisky a cada rato, la alegría como una de las formas más contundentes de la provocación: “Es cierto eso –dice Adele–, esa sonrisa que ves siempre es parte de nuestro trabajo, pero nunca es falsa. Cuando no estamos con ánimos de andar sonriendo, nos quedamos en casa”. 

No revelan su edad, sus apellidos, ni sus países de origen y son ya una indiscutida obra viviente del arte contemporáneo. Si bien al comienzo no fueron muy tomadas en serio, hace años que sus dibujos son festejados por coleccionistas paga fortunas, museos, artistas como Louise Bougeoise y hasta han sido comparadas con las latas de sopa Campbell de Warhol. En cambio, la asociación que suele hacerse con la legendaria dupla de artistas británicos Gilbert and George (que también hacen performances y obras en yunta) resulta insuficiente si se tiene en cuenta el punto fundamental de este proyecto: ellas son siempre ellas las 24 horas del día. “No es que vamos y hacemos una performance, volvemos a casa y dejamos de ser EVA & ADELE”. Llevan un registro diario de cada look y en su página web apuntan sus medidas corporales como uno de los hitos de su curriculum. Tanto intimida su originalidad que la entrevista comienza con la misma pregunta con la que comienzan todas las entrevistas que les han hecho. 

¿De dónde salieron? ¿Cuándo y cómo se conocieron?

Adele: No conocimos en el futuro, en la máquina del tiempo, transitando las rutas de la cultura europea en búsqueda de Hermafrodita. Pero no lo sabíamos en esos términos entonces. El arte es más rápido y más inteligente que nosotras. En 1991, luego de una performance en la que representábamos a dos novias, oficialmente decidimos transformarnos en EVA & ADELE.

¿Cómo siguió la historia desde ese día?

Eva: Cuando terminó el rodaje continuamos juntas con la cabeza rapada y atuendos idénticos en nuestra vida real.

Adele: Sí, desde el 11 de abril de 1991 llevamos siempre la misma ropa, los mismos disfraces. Llegamos para la caída del muro. Fue una suerte de doble unificación, la de Berlín y la nuestra.

Eva: Al comienzo fue muy difícil, fueron tiempos muy difíciles.

¿Se refiere a la recepción en el mundo del arte?

Eva: En gran medida sí. Pensemos que en la mayor parte del siglo XX fue muy duro para las mujeres ser reconocidas como artistas. Recién en los 90 comenzaron a ser tomadas en serio. Por eso, debemos reconocer, también fue posible que nuestra máquina del tiempo aterrizara en esos años.

La imagen disruptiva de dos presencias femeninas que se niegan a ser leídas como mujeres habrá traído sus reacciones…

Eva: Sí. Pero como artistas tenemos la posibilidad de pensar y de vivir en otra dimensión, en la dimensión del arte y no de la naturaleza. No soy ni hombre ni mujer y Adela tampoco. Nosotras inventamos nuestro sexo. EVA & ADELE es la puta “rectificación de género” pero con arte. Si uno tiene la oportunidad de reinventarse y además de mostrarlo a la sociedad en forma de arte, creo que es inspirador para muchas personas. La idea que transmitimos no es encajar en alguna de las formas sino inventarla.

¿Recibieron reacciones violentas?

Adele: Sí, muchas veces. La más triste fue una vez en Berlín y otra en París, nos tiraron piedras, fue realmente muy triste. Pero nosotras somos muy duras, los encaramos y les dijimos “¿qué están haciendo? ¡Vengan acá, mírennos a los ojos!”. La sonrisa y la mirada son armas muy poderosas. Muy pocas personas aguantan sostener la mirada. Así es que bueno, no nos miraron y se fueron…

Por eso el título “Amor de riesgo”…

Eva: EVA & ADELE es algo asociado al riesgo. Nunca sabemos a quién tenemos delante cuando viajamos en subte, cuando salimos a comprar en el supermercado, cuando visitamos a un amigo. Es un terreno inseguro que va cambiando todo el tiempo. Tomamos un gran riesgo caminando sin ninguna protección en público.

¿Y la reacción más divertida que recuerden?

Eva: La reacción más divertida fue hace mucho tiempo, cuando un amigo nos vio por primera vez y a manera de celebración se comió una flor delante nuestro.

Adele: Esa fue una reacción casi filosófica. También me acuerdo de otra: estábamos en la Bienal de Venecia, después de un día muy largo caminando más de 10 horas con tacones, lo cual te aseguro que en ese empedrado es un trabajo físicamente agotador. Decidimos salir fuera del hotel para disfrutar un momento del silencio y en una callecita nos cruzamos con un director de orquesta mundialmente famoso –Sergio Celibidache– que al vernos pasar se quedó quieto y nos hizo una reverencia. Fue muy emocionante.

¿Qué es lo mejor de ser una obra ambulante?

Eva: Que todo gasto en cosméticos se entiende como materiales para la obra artística. Esmaltes, labiales, ropas, todo gasto en eso, cobra un legítimo sentido.

 ¿Cómo se llevan con el paso de los años? Nunca dicen qué edad tienen…

Eva: No sabemos lo que es la edad. ¿Sabés?, somos hijas de la máquina del tiempo pero no sabemos lo que quiere decir la palabra edad.

Adele: Si vos estás trabajando y estás muy activa, no te interesa la edad.

Pero ¿qué es la máquina del tiempo? ¿Qué significa esto de ser hijas de ella?

Eva: Esta máquina del tiempo es para E&A el globo entero y este globo entero trabaja con E&A. Y es un buen trabajo y creo que tal vez es algo bueno para muchas personas de este mundo.

Eva: Nos conocimos dentro de nuestra máquina del tiempo en Italia. Y esta máquina del tiempo es un cuerpo de mujer enorme, es algo muy complejo.

Un origen soñado.

Adele: Esperamos con ganas envejecer. A veces cuando ves caras muy viejas podés ver la vida entera en esa cara y nosotras amamos eso. ¡Envejecer es fantástico! Me gusta cada día más. 

Eva: Porque tenés toda una vida vivida, una concentración de vida y entonces podés dar esto como un trabajo artístico, podés transportar toda esa concentración de tu vida al arte.

Adele: Claro, pensá que tenés tantas experiencias de vida en el arte, las vas acumulando más y más y las tenés dentro tuyo. Creo que la edad es algo maravilloso, tenés las pequeñas glorias de toda tu vida acumuladas, es fantástico… ¡Es mejor que ser joven! 

¿Cómo se definen ustedes?

Adele: Eva & Adele. 

Eva: Nos conocimos y…..aquí estamos. 

Y antes… ¿qué eran? 

Adele: Antes éramos artistas.

Eva: Antes de ser E&A éramos embriones… ¡artistas embriones!

TAL PARA CUAL

Se conocieron cuando todavía eran otras, en un pasado que se ocupan de mantener difuso aunque a veces, tirándoles la lengua asoma una tremenda escena romántica en la que a la luz de la trasnoche dos seres se encuentran en sus diferencias, traspasan capas profundas de closet obligado con una mirada sin necesidad de explicaciones y mucho menos de justificar nada.

Adele: Fue en Italia. En una reunión muy convencional llena de gente muy convencional. De pronto nos cruzamos y nos pusimos a bailar. 

Eva: Cuando nos dimos cuenta de que no quedaba nadie en la pista y que hasta los músicos se habían dormido, decidimos ir al departamento de Adele. Subimos a mi motorhome, donde yo estaba viviendo entonces. Ahí me animé y le entregué una caja llena de Polaroids donde guardaba mis autorretratos en diversos roles femeninos, cambiando colores y otros elementos. Yo no tenía el espacto que tenía ahora, sino algo bastante más convencional. Le dije a Adela que abriera la caja. Cuando vi su reacción ante mis imágenes vestida  dije, es ella. 

¿Lo de las cabezas afeitadas es renuncia a las marcas de género, a la peluquería, un modo de intercambiar señales? 

Adele: Cuando nos conocimos, teníamos el pelo unos tres milímetros más largo que ahora, así que estábamos las dos de camino a afeitarnos. Mi aspecto era, como mínimo, muy bisexual. Amamos el pelo y tenemos muchísimo pelo y nos da mucho trabajo afeitarnos porque no deja de crecer, es muy fuerte. 

Eva: Decidimos afeitarnos la cabeza al comienzo de nuestro trabajo porque decidimos mostrarnos como hermafroditas, hombre y mujer en una persona, o mejor dicho, en dos personas… dos en una. 

Adele: Vemos la cabeza afeitada como un tipo de escultura. Para nosotras afeitarnos estuvo muy bien porque arriba de los vestidos solamente tenés la cabeza no tenés nada más: están los ojos y el carácter y creo que sin pelo podés expresar mejor estas dos partes.

La propuesta de matrimonio artístico la hizo Adela y Eva pidió un año de prueba. En este año se produjo la filmación de “Wedding Metropolis”, el 11 de abril de 1991, y enseguida la promesa y manifiesto: no dormir jamás una noche separadas y vestirse siempre igual, incluyendo el outfit de entre casa. La plataforma amorosa de este proyecto es una trinchera queer, apelación a los afeites de la femineidad con dos fálicas cabezas rapadas, vestidas en general con una base de rosa elegido especialmente porque rosa era el color que eligió el nazismo para marcar desviados sexuales. Como si cada cuerpo hubiera cedido ciertos indicadores de género en favor del otro para quedar en un no camino entre masculino y femenino. Comenzaron recorriendo en el motorhome rosado, que hoy es pieza de museo, prados, supermercados y rutas para irrumpir con la creación que son ellas mismas. Querían casarse pero no bajo la ley que sólo permitía casar heterosexuales. Luego salió la ley de matrimonio igualitario, pero entonces Eva comenzó su pública e implacable lucha para que la transfóbica legislación le reconociera su identidad sin la obligación de someterse a cirugías. “Decidí entrar en el proceso legal para que la ley reconociera mi identidad femenina porque queríamos casarnos pero no como una pareja de heterosexuales sino con mi identidad”. Luego de tres años de ardua y sobre todo pública lucha, se casaron como lesbianas en 2011.

¿Habrá algo en lo que nunca se pongan de acuerdo?

Adele: Bueno, por ejemplo, no estoy nunca de acuerdo en comer comida chatarra, ni tampoco cosas muy dulces.

Eva: A mí me encantan los chocolates.

No parece un gran desentendimiento.

Adele: Lo es, si tenemos en cuenta que lo que comemos y tomamos es parte de nuestro trabajo y que comemos las dos lo mismo. Queremos cuidarnos nuestra piel. No queremos hacernos ninguna cirugía estética, ni botox, ni nada por eso es muy importante cuidar qué alimentos le damos a nuestro cuerpo. Queremos mantener nuestra energía por eso comemos sano, tomamos vitaminas, hacemos gimnasia en cuanto nos levantamos, esas cosas. 

Eva: Inventar nuevos vestidos es parte de nuestro trabajo, así como decidir y llevar un plan estricto sobre lo que nos vamos a poner al día siguiente.

Lucrecia Althabe

EL FUTURO ES UNA MAQUINA LUCIDA

Si bien ahora todos son retrospectivas y reconocimientos, la web permite ir en busca del archivo y entender a qué se referían cuando hace 25 años anunciaban su origen en el futuro.  Las cr´piticas de aquellos años, no escatiman espanto hacia lo que la dupla representa para la normalidad de la vida sexual del universo y también para el arte. Hubo un tiempo en que opinar, dudar, y hasta hablar en sorna era parte del discurso aún autodefinido como progresista. La nota, en este caso publicada por el británico periódico The Independent en los años 90 decía por ejemplo esta bestialidad: “Es fácil advertir que Adela es mujer, en cambio, con Eva es más complicado. Se viste de mujer pero luce y suena como hombre. Por otro lado, parece no tener nuez de Adan, y hace todo lo posible para mantener la confusión. Cuando se le pregunta si ‘ella’ es un hombre, responde de manera oblicua que ‘Soy la primera dama – en referencia a Eva, la mujer del jardín del Edén’.” 

Eva y Adele siguen respondiendo en cuerpo y voz a aquellas manifestaciones que remataban con la pregunta horrorizada sobre si la humanidad cambiaría las pinturas por este tipo de expresiones de ambigüedad de género.

Eva: Mi nombre tiene un sentido profundo, porque en nuestra mitología cristiana, Eva, la primera mujer, nace de la costilla de Adán, el primer hombre. Ahora éste es mi nombre legal y estoy muy orgullosa de esto. 

Adele: Como dijo alguna vez Picasso, nosotras también pintamos como una manera de luchar contra la muerte.

Eva: La pintura es un medio que tiene su magia propia, tal vez porque tantos han decretado su defunción y han tratado de remplazarla. Pero siempre regresa asumiendo formas nuevas. Nosotras estimulamos la pintura hoy desde el punto de vista de la performance.