En medio de los calurosos festejos del bicampeonato de Boca, anteanoche en la Bombonera, llamó la atención la calma y el ánimo reconcentrado de Guillermo Barros Schelotto. Lejos de la electricidad con la que vive los partidos, el técnico xeneize se tomó su tiempo para observar y grabar las tribunas fervorosas y para saludar con calidez a cada uno de los familiares de sus jugadores. Sentían él, su hermano mellizo Gustavo y su asistente Ariel Pereyra, la satisfacción por el objetivo cumplido. Pero también tenía Guillermo la convicción de que la fiesta en un estadio con clima y color dominguero, era simplemente un primer plato sabroso. El menú principal se servirá el miércoles venidero cuando se reciba a Alianza Lima y esté en juego la clasificación para los octavos de final de la Copa Libertadores: la gran obsesión de todo el llamado “Mundo Boca”.

Más que nadie, Guillermo sabe que el futuro inmediato depende de lo que suceda ante los peruanos. Si pasa la fase de grupos y se mete en los octavos de final de la Copa que habrán de jugarse luego del Mundial de Rusia o si queda eliminado, en Boca, sí o sí, habrá renovación. En el despacho del presidente Daniel Angelici ya hay ofertas por varios de los jugadores, y el Mellizo sabe que deberá desprenderse de algunos o varios de los pilares de la campaña que lo llevó al título. Y que en función de las altas y las bajas, habrá que salir al mercado de pases. Aunque los refuerzos de jerarquía ya están en la institución: Fernando Gago y Darío Benedetto volverán al equipo titular para las competencias del segundo semestre. 

Tanto Angelici como los Barros Schelotto saben que será difícil retener a Cristian Pavón, acaso el jugador insignia de este momento boquense. Con una cláusula de rescisión de 36 millones de euros y seguro integrante del seleccionado argentino que irá al Mundial de Rusia, el delantero cordobés está en el radar de los más importantes equipos europeos y en el momento justo para ser transferido. “Hemos hecho por él todo lo que podíamos hacer”, dijo Angelici el miércoles en La Plata. Señal más que clara de que Boca no volverá a elevarle la cláusula ni le mejorará el contrato para intentar que se quede hasta el final de la Copa. Dependerá de la voluntad de Pavón y de su representante Fernando Hidalgo si permanece seis meses más en el club, o se va tras la Copa del Mundo. Hoy por hoy, esto parece más seguro que aquello.

Angelici rechazó ayer una primera oferta por nueve millones de dólares. Pero si el Ajax de Amsterdam se acerca a los 12 millones que pretende el presidente, Lisandro Magallán también se irá de Boca y se esperan propuestas concretas por los colombianos Frank Fabra y Wilmer Barrios, y el uruguayo Nahitan Nández, tres que irán al Mundial. En cuanto a Edwin Cardona, su situación será considerada por Angelici y los Barros Schelotto tras el partido con los peruanos. Su préstamo del Monterrey de México vence el 30 de junio y su opción de compra es prohibitiva: 15 millones de dólares. Lo más probable es que se les ofrezca a los mexicanos un nuevo préstamo por seis meses o un año, aunque hay algunos dirigentes cercanos a Angelici que sugieren dar de baja al jugador.

Por último, está la situación puntual de Carlos Tevez, de quien se dice que podría emigrar a la MLS de los Estados Unidos. “Quiero ganar la Copa y retirarme con esta camiseta”, señaló el delantero mientras celebraba el 26° título de su extraordinaria carrera futbolística. Pero pocos creen en su palabra tras su abrupta ida a China. Todo dependerá de lo que pase ante Alianza y de la continuidad o no en la Copa. El futuro del flamante bicampeón del fútbol argentino se jugará en esos estrechos 90 minutos.