Un nuevo documento del Fondo Monetario Internacional ofrece un anticipo para las condicionalidades asociadas al préstamo stand-by que busca Argentina. El cuarteto de recomendaciones ofrecidas por el FMI ayer es conocido en el país: reducción del déficit fiscal, mayor apertura comercial, liberalización financiera y profundización de las reformas estructurales. El “Panorama Económico Regional para Las Américas” del Fondo fue publicado ayer apenas volvió de Washington el titular del Palacio de Hacienda, Nicolás Dujovne. El informe advierte además sobre las consecuencias que podría tener una victoria de Lula da Silva, o el PT y sus aliados, en las elecciones presidenciales de octubre en Brasil. El peligro para el FMI es el contagio: “El aumento del populismo supone riesgos para la ejecución de reformas muy necesarias en muchos países de la región”, sostiene el documento.  

Desde el FMI abrieron el paraguas para enfatizar que “el informe fue cerrado a principio de marzo” y “no refleja los últimos acontecimientos en Argentina”. De hecho, el informe advierte la “vulnerabilidad de los países que dependen del financiamiento externo cuantioso, como Argentina, a los cambios en la actitud de los inversores extranjeros”. Pero, más allá del regocijo premonitorio, el panorama regional omite señalar el respaldo ofrecido por el organismo multilateral al modelo económico y las reformas implementadas por el gobierno de Mauricio Macri desde 2015. Entre los pilares de ese proceso que fueron celebrados por el Fondo se destaca el proceso de liberalización cambiaria y financiera que agudizó la vulnerabilidad externa del país.

El economista jefe del FMI para el Hemisferio Occidental, Alejandro Werner, tenía previsto presentar el Panorama Económico Regional ayer en Lima pero finalmente permaneció en Washington para acompañar a Lagarde en el comienzo de  las negociaciones con los funcionarios argentinos. A lo largo de las 138 páginas no hay referencias a la política cambiaria del Banco Central aunque indica que la inflación no bajará al ritmo esperado por los aumentos en las tarifas de los servicios públicos.

El documento del FMI sostiene que si bien Argentina “salió de la recesión” deberá encarar una serie de ajustes y reformas:

  • Esfuerzo fiscal importante y sostenido. “La pregunta fundamental sigue girando en torno a cuál ha de ser la magnitud del ajuste que los países aun deben realizar en el futuro”, reconoce el FMI al precisar que Argentina figura en el grupo que tiene la “necesidad de un esfuerzo fiscal importante y sostenido”. En marzo cuando todavía no se había gatillado el tembladeral financiero el FMI pensaba que esa “continua reducción del déficit fiscal primario (mediante una mayor reducción del gasto primario corriente)” permitiría controlar la inflación, bajar las tasas de interés y reducir la vulnerabilidad externa.
     
  • Reformas estructurales. “Para lograr un crecimiento más vigoroso, sostenible e inclusivo, se precisará un mayor avance del programa de reformas estructurales para eliminar las distorsiones y los cuellos de botella pendientes”, sostiene el informe del Fondo. Las reformas sugeridas por el staff del organismo en diciembre que son rescatadas en este documento incluyen la apertura de la economía al comercio internacional, el desarrollo de los mercados de capitales y las regulaciones del mercado de trabajo.
     
  • Liberalización financiera y del comercio. “Los niveles de apertura comercial en ALC son bajos si se los compara con los de otras regiones, y el problema es más pronunciado en algunas de las principales economías de la región, en particular Argentina y Brasil”, sostiene el Panorama Económico Regional.

El reporte del FMI anota al calendario electoral entre los riesgos que enfrenta la región. “Este ciclo de elecciones es un aspecto importante del proceso democrático de la región, pero también podría generar incertidumbre en materia económica y de políticas. En este contexto, el aumento del populismo supone riesgos para la ejecución de reformas muy necesarias en muchos países de la región”, advierte el FMI que apunta directamente hacia las presidenciales brasileñas. “Las elecciones, el populismo creciente en algunos países y los escándalos de corrupción podrían tener una fuerte incidencia en las perspectivas económicas”, considera el Fondo.