Tras la campaña de concientización realizada por el centro de estudiantes de Arquitectura para visibilizar situaciones de acoso y misoginia en la que fueron denunciados tres docentes de la facultad por violencia de género, el área de Derechos Humanos de la Facultad de la UNR presentó ayer en el Consejo Directivo el Procedimiento interno para la atención de situaciones de violencia sexual y discriminación basada en el género. El proyecto, que incluye la creación e inmediata implementación de un programa específico cuya coordinación será elegida por concurso. "El procedimiento será debatido por todas las fuerzas para enriquecerlo y dentro de 15 días nos pusimos como meta aprobarlo. Todos los sectores están predispuestos a acompañar", dijo a Rosario/12 la vicedecana de la casa de altos estudios, Ana Valderrama. Por su parte, los docentes e investigadores nucleados en COAD y el Centro de Investigaciones Feministas y Estudios de Género (Cifeg) exigieron que se apruebe un protocolo para la atención en casos de violencia basada en el género en la UNR.

Hace un año ingresó a la Facultad de Arquitectura un proyecto de una agrupación estudiantil para hacer un protocolo. A partir de la propuesta, se realizaron charlas debates sobre mujeres arquitectas y se constituyó una materia optativa. "Venimos trabajando con el tema de género hace tiempo, incluso acompañadas por Canela Grandi, una docente trans de nuestra facultad, y avanzamos con este procedimiento interno que presentamos hoy (por ayer)", indicó la vicedecana Valderrama.

Mientras se elaboraba el protocolo, hubo dos denuncias que llegaron a instancias de Asesoría Jurídica de la UNR que se estaban manejando con el protocolo de Violencia Institucional de la Universidad. Los casos, precisó Valderrama, están en estado de investigación sumarial. Después se sumaron varias denuncias de estudiantes en redes sociales y la vicedecana recepcionó seis denuncias anónimas contra otro profesor. El pasado lunes, los estudiantes plantearon la necesidad de hacer una campaña de visibilización en la Facultad con carteles en los que escracharon a los profesores con frases misóginas.

A través de un comunicado titulado "La Revolución de los estudiantes", las autoridades de la Facultad de Arquitectura señalaron: "Nuestras estudiantes están deconstruyendo el sentido común del patriarcado, pidiendo que se amparen sus derechos ante hechos de violencia y discriminación de género que antes eran naturalizados".

Para Valderrama, "este procedimiento nos va a permitir, como tiene perspectiva de género específica, tener un marco de convivencia en la Facultad, poder tomar algunas medidas de precaución si se considera apartar al acusado de la denunciante". Además, la vicedecana detalló que se creará una área específica, que ahora funciona en el área de Derechos Humanos, que recepcione las denuncias y que haga todo un programa de concientización, a cargo de una mujer, y que sea por concurso".

Según la vicedecana, "es evidente que todas estas reivindicaciones populares tienen que atravesar a la Facultad, desde la institución y desde los contenidos, de la mejor manera posible para que todos podamos tener un marco contemporáneo de convivencia". Valderrama agregó que se retrasaron en presentar el procedimiento porque estaban esperando que se apruebe el de la Universidad, hasta ayer que fue presentado para ser debatido. "Creemos que es importante que todas las fuerzas opinen", puntualizó.

¿Inoperancia o incumplimiento?

Los docentes universitario nucleados en COAD plantearon que hace más de un año que el Rectorado tiene en su poder el proyecto de un Protocolo para la atención de situaciones de violencia sexual y discriminación basada en el género. "El caso es que por omisión o elección de los hombres del Rectorado aún no ha sido puesto sobre la mesa para ser discutido, re‑trabajado, reformulado y todo lo que se considere necesario para ponerlo en funcionamiento", apuntaron.

"Desde ya que la puesta en funcionamiento de dicha herramienta no va a erradicar la violencia machista y misógina. Para ello tendremos que avanzar mucho más sobre los modos en los que el patriarcado condiciona nuestras vidas y nuestros modos de vivirlas. Sin embargo, es un primer gran y necesario paso para comenzar a explicitar que la UNR se declara un ámbito comprometido con la erradicación de la violencia sexista y destina recursos y presupuesto en ese sentido. En otras palabras: que no se toleraran en el ámbito de la UNR comportamientos abusivos, machistas, sexistas o cualquier otro tipo de violencia y /o discriminación basada en el género y que quien no esté dispuestx a cumplir con dichas normativas deberá afrontar las consecuencias que sus actos", agregaron.

Desde el gremio que nuclea a los docentes e investigadores de la UNR señalaron que la campaña del centro de estudiantes de la Facultad de Arquitectura "muestra sin disimulo el trato violento, misógino y machista al que fueron sometidas cuando acudían a la facultad a cursar. Las denuncias que hoy resuenan desde la Facultad de Arquitectura nos interpelan a todxs. Se trata de una reiterada conducta abusiva por parte de profesores hacia sus alumnas. Las denuncias fueron hechas el año pasado y se acompañó a las denunciantes, mujeres valientes que ante todo esperaron pacientemente y aún esperan que se den respuestas concretas".

En ese marco, se preguntaron ¿qué hará el rectorado? "No se puede evitar que un profesor acose a una alumna o a una compañera de trabajo, pero la Universidad puede y DEBE evitar que una vez que ya se formuló una denuncia, el profesor en cuestión siga poniendo en peligro a otras potenciales víctimas. Se trata simple y llanamente de garantizar derechos y eso es una cuestión que atañe de lleno a las funciones de gobierno de la Universidad".

"El tiempo es ahora"

Desde el Cifeg señalaron que "todas las manifestaciones de la violencia machista en la universidad seguirán produciéndose y reproduciéndose hasta tanto no se discuta y apruebe el protocolo de Atención de las Violencias Sexistas en la Universidad Nacional de Rosario". En ese sentido, criticaron la falta de respuestas de Rectorado "ante las reiteradas situaciones de violencia contra las mujeres, que una y otra vez ganan la tapa de la prensa local pero parecen no despertar el más mínimo interés del gobierno de la Universidad".

"El protocolo -explicaron- es un proyecto integral para el abordaje de las violencias machistas que se reproducen entre las personas pertenecientes a las facultades, colegios, oficinas y dependencias de la Universidad. Apunta a combatir las diferentes formas de violencia, acoso sexual, abuso sexual, discriminación basadas en el sexo, género y orientación sexual de lxs docentes, estudiantes, no docentes y trabajadorxs de la institución".