El Boeing 737 que ayer cayó tras despegar del aeropuerto de La Habana con 110 personas a bordo era un avión alquilado por Cubana de Aviación a la compañía aérea mexicana Global Air. “Aparentemente sufrió una falla”, consignaron sin más precisiones las autoridades de México y aseguraron que la aeronave había pasado su última revisión en noviembre de 2017.

Sólo tres personas fueron rescatadas en estado crítico de los restos del avión. El resto murieron en el accidente, entre ellos Dora Beatriz Cifuentes y Oscar Hugo Almaras, una pareja de argentinos que visitaba Cuba como turistas.

El avión cayó tras decolar del aeropuerto José Martí con rumbo a la ciudad de Holguín. La  investigación del accidente está a cargo del Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba, con la colaboración del Ministerio del Interior de ese país. La hipótesis que se bajara es que el piloto habría querido regresar de emergencia al aeropuerto y que al girar se precipitó y chocó con cables de electricidad, según contaron testigos al diario Granma. La información registrada en las llamadas cajas negras aportarán datos sobre el funcionamiento de los motores y también de la incidencia de la meteorología, dos elementos que también podrían haber incidido en el siniestro.

La Dirección General de Aeronáutica Civil de México mandó a la isla a un equipo de especialistas para colaborar. En las investigaciones también participará personal de la empresa Boeing.

Global Air es una empresa perteneciente al grupo Damojh. Entre los cubanos son frecuentes las quejas por los retrasos y las cancelaciones de sus vuelos.