El martes por la noche, un joven de 22 años fue internado con un balazo en el pecho luego de que la policía de la Ciudad reprimió a tiros una protesta de vecinos de la Villa 31 que reclamaba, frente al Destacamento Barrial Vecinal, porque un cuatriciclo policial acababa de atropellar a una niña de 6 años durante un operativo. Durante la represión, los uniformados detuvieron a cuatro personas que ayer permanecían detenidas acusadas de “resistencia a la autoridad, lesiones y disparo de arma de fuego”, cuya liberación reclamaron por la tarde, ante la comisaría 15, organizaciones sociales y residentes del barrio, que denunciaron la violencia institucional y el accionar de la policía que “salió a cazar y detener a la marchanta”. Los familiares de Ramiro Ruiz, el joven herido, que anoche permanecía internado en estado reservado en el Hospital Fernández, aseguraron que él no se tiroteó con los efectivos porque no tenía armas de fuego. En tanto, la niña atropellada se recuperaba en el Hospital Gutiérrez.

Los hechos, según relataron los vecinos, se desencadenaron a partir de la actuación desaprensiva de un grupo de policías en tres cuatriciclos que a “toda velocidad” salieron del destacamento para dirigirse a un operativo antidrogas en la zona y, uno de ellos, atropelló a la nena que se encontraba jugando en una plaza a metros de la seccional.

Javier, el padre de la niña, que vende comida en la plaza, aseguró que pensó que su hija había muerto a raíz del impacto, ya que “voló ocho metros”, y contó que los médicos le dijeron que “está viva de milagro”.

Luego de arrollar a la nena, el policía que manejaba el cuatriciclo detuvo su carrera y dio asistencia a la niña. La cargó en el vehículo, con ayuda del padre, y la trasladaron al Hospital Fernández, desde donde fue derivada al Gutiérrez.

El arrollamiento despertó la indignación de los vecinos, quienes denunciaron que es común ver a la policía “atravesar el barrio a toda velocidad, sin cuidado por las personas”. Y, como no es la primera vez que ocurre, se movilizaron hasta el destacamento para repudiar el hecho. 

Lorenzo Martelli, Toto, integrante de los Invisibles (del Frente de Organizaciones en Lucha, FOL), una organización que articula en el barrio una cooperativa de recolección de residuos y brinda apoyo escolar, contó a PáginaI12 que “los vecinos protestaban frente al destacamento y la policía salió a reprimir. Salen a cazar a los vecinos y se producen enfrentamientos lógicos. Algunos tiraron piedras, pero los policías les respondieron con balas de plomo. A Ruiz, una bala le pegó en el pecho y otra en la oreja. En la razzia que hicieron, los policías agarraron a cualquiera y les armaron causas por resistencia a la autoridad con arma de fuego”, remarcó el referente.

Según explicó Martelli, las detenciones ocurrieron alrededor de las diez de la noche, a cuatro o cinco cuadras del destacamento, después “empezaron las versiones policiales, que fueron a la madrugada, que había policías heridos, que a Ramiro se lo llevaron por tráfico”, dijo el militante social, y remarcó que es siempre el mismo “relato para criminalizar y armar las causas”.

La madre del joven herido, Ema, explicó a un canal de televisión que su hijo, que cayó herido a 100 metros de la dependencia policial, “solamente quiso pedir justicia por la nena” y terminó baleado por un policía que “le tiró a matar porque el orificio (de entrada) lo tiene en el esternón, en el pulmón izquierdo”.

La mujer aseguró que su hijo sólo estaba “con piedras” pero que ahora “el comisario” le dijo que su hijo “estaba armado”.

“No había arma, ahora le deben haber puesto un arma en la mano a mi hijo mientras lo tuvieron tirado en la comisaría desangrándose. Ahora van a hacer desaparecer la bala cuando la saquen y van a poner la bala que ellos quieren”, denunció la madre del joven, y señaló que “la bala implica al policía que se ve en un video que se va después de tirarle a quemarropa”.

La madre detalló que a consecuencia del balazo, su hijo, “está en coma farmacológico”, y que los médicos le explicaron que la bala está alojada en el pulmón izquierdo. Y responsabilizó a los policías porque “el tiempo que dejaron que se desangre en la comisaría tirado hizo que hiciera una hemorragia”.

Una testigo de la represión policial contó que “la gente se ofendió por lo que pasó con la nena y empezó a tirar piedras y botellas a la policía y la policía empezó a tirar a quemarropa. Yo estaba con mi nena, di la vuelta y después me enteré que a Ramiro le habían dado un tiro”, afirmó.

La redada de los uniformados dejó además del joven herido, cuatro detenidos que fueron trasladados a la comisaría 15, en Suipacha 1156, porque los ánimos estaban caldeados en los alrededores de la 46, que es donde ocurrieron los hechos y la que tenía competencia.

Uno de los detenidos, según denunció el FOL, es Joe Kevin Herrera Jorge, hijo de una integrante de la organización, quien se encontraba “volviendo del colegio, a dos cuadras (a la altura del Centro de Desarrollo Emprendedor y Laboral (Cedel), que cuenta con cámaras de seguridad) de donde fueron los disturbios, con los que no tuvo nada que ver”.

Por la tarde, las distintas organizaciones que integran el FOL y vecinos del barrio se concentraron frente a la 15 para exigir la liberación de los detenidos, que serán indagados hoy. Y denunciaron a través de un comunicado que el caso es “un paso más en la aplicación de la Doctrina Chocobar, en la que somos todas y todos culpables sin poder demostrar lo contrario”.