Giselle Santana es delegada de ATE en el INTI y una de las caras de la lucha por la reincorporación de los trabajadores despedidos, un conflicto que se inició el 26 de enero cuando las autoridades dejaron cesantes a 258 personas. Desde entonces sigue el reclamo, que incluye un acampe en el predio del INTI en Villa Pueyrredón. En los últimos días, los trabajadores denunciaron la militarización del predio por la llegada de efectivos de la Guardia de Infantería, la policía de la Ciudad y una empresa privada de seguridad, Murata.

Justamente, durante la última semana, hubo restricciones al acceso de los trabajadores al predio por parte de los efectivos de seguridad, en violación a un acta que establece que hasta tanto haya una definición, no hay restricciones para entrar al predio. Santana fue filmada mientras saltaba las rejas del portón para poder ingresar y ese video se pasó en un canal de noticias A24, con críticas del periodista Eduardo Feinmann. La delegada le respondió a través de una carta que difundió en las redes.

En el texto remarca que el video fue “filmado claramente por personal de la empresa de seguridad Murata”.  Dirigido al periodista, le recuerda “que dijo que los que se habían ‘descolgado’ para ingresar ‘ilegalmente’, eran Giselle Santana y su marido”, Alejandro, y que “miente, claro, porque en su propio video se ve que solo yo salto las rejas. Es más, Alejandro ni siquiera estaba allí en ese momento”.

El video fue presentado bajo el zócalo “La izquierda entró de manera ilegal al INTI: militantes provocaron graves incidentes”, en medio de críticas de Feinmann a la supuesta inacción de los jueces frente a lo que él consideró un delito.

Santana explica que saltó las rejas “porque nunca debí haber estado del otro lado” y contó que el jueves 24 se decidió la permanencia pacífica durante el fin de semana ante los siete nuevos despidos que se consumaron ese día. “Lo votamos a las 19 hs, pero algo más tarde sufrí una descompensación y me desmayé. Mis compañerxs se asustaron, llamaron varias veces a la ambulancia, pero nunca vino. El responsable de la Seguridad del INTI, Daniel Castro, jamás llamó una ambulancia, ni pidió ayuda, ni se acercó a ver qué necesitábamos. El personal de la Policía Federal que está dentro del predio, tampoco. Eso sí es un delito, y se llama abandono de persona”, narró.

Los propios compañeros de Santana le practicaron primeros auxilios y la sacaron del INTI en busca de asistencia médica. “Por eso estaba afuera la mañana del viernes. Y no había policías impidiendo el acceso, simplemente una puerta cerrada, y me trepé para entrar, es cierto”, fundamentó, dado que “con mis compañerxs habíamos decidido aguantar el frío, dormir en el piso, extrañar a la familia, para seguir luchando por lo que es justo, para defender nuestro INTI”.

No es la primera vez que Feinmann toma partido en el conflicto del INTI y que personifica en la figura de la delegada, según ella misma trajo a colación en la carta.

“Hace algunos meses usted difundió un video de una manifestación en el comedor del Instituto, donde trabajadoras y trabajadores del INTI cantaban y aplaudían contra autoridades del organismo que se encontraban allí. Y se tomó el trabajo, nuevamente, de señalar a lxs trabajadorxs con nombre y apellido. Y dijo que, entre otrxs, allí se encontraba la hermana de Giselle Santana, delegada de ATE. Y mintió, nuevamente, porque mi hermana no estaba en el comedor ese día, ni aparecía en ese vídeo. Es más, ya había aceptado la indemnización y se había dado por despedida”.

Santana añadió que no quiso aclararlo porque “¿qué diferencia había?” dado que el periodista “estaba atacando a todxs mis compañerxs, que no hacían más que manifestar la bronca por la injusticia de sus despidos” y que la actitud del conductor fue algo que “no lo hizo inocentemente”. Santana lo acusó de mentir “para poder nombrarme, porque la orden de sus jefes del Ministerio de Seguridad es acumular ‘denuncias’ contra lxs delegadxs de ATE para armar causas penales en nuestra contra”.

La delegada también recordó a Feinman, en relación a su hermana, que “calumnió a una persona que fue despedida simplemente por portación de apellido. Una persona que entró al INTI como Maestranza, que pudo terminar el secundario con mucho esfuerzo en un bachillerato popular que impulsó ATE en el INTI, que gracias a eso pasó de auxiliar a técnica de laboratorio. Que luego quiso seguir creciendo, y siguió estudiando, ahora en la universidad, pero la echaron igual, con asistencia perfecta, con evaluaciones de desempeño impecables, la echaron por llamarse Santana”.

En el cierre, Santana cuenta que “salté las rejas y ahora estoy acampando con mis compañerxs. Yo estoy del lado de los que luchan contra las injusticias y la barbarie de un sistema que no conoce otra ley más que la de la ganancia”, para cerrar con una pregunta: “Usted, Feinmann, ¿de qué lado está?”.