Desde Bogotá

Los resultados de la primera vuelta del proceso electoral colombiano, el 27 de mayo, dejaron al candidato del Centro Democrático, Iván Duque Márquez, con un 39.11% de los votos en el primer lugar, seguido por el candidato, Gustavo Petro Urrego, con el 25.09%. 

Con estos datos, ambos candidatos disputarán la presidencia de la república el próximo 17 de junio. Sergio Fajardo con el 23.77%, resultó tercero en tanto que Germán Vargas Lleras, con el 7.25% quedó cuarto, seguido de Humberto de la Calle con el 2.06%.

El número de votantes que participaron en estas elecciones superó el abstencionismo característico de los procesos electorales de Colombia ya que el total de 19.628.564 de votantes, representa el 53,37%.

El candidato ganador de la primera vuelta, heredero político de Álvaro Uribe Vélez corresponde a la derecha aliada a las más oscuras prácticas de corrupción, clientelismo y alianzas espurias con las mafias. Humberto de la Calle, Sergio Fajardo y Gustavo Petro representan con distintos grados una propuesta de cambio, caracterizada por el combate a la corrupción.

Sin embargo, Petro es el único que planteó un programa integral de reorientación de la economía que permitiría el acceso a salud, educación, pensiones, créditos para el agro y lucha contra el cambio climático. Cabe aclarar que en Colombia no existe educación ni salud gratuitas.

En este país, el sistema electoral es bastante precario con riesgo de fraude en todos los niveles desde la compra de votos hasta la imposibilidad de verificar el código fuente del software que se encarga del escrutinio. En las pasadas elecciones legislativas del 11 de marzo se comprobó compra de votos, quema de tarjetones, inconsistencias entre las actas de escrutinio en las mesas con las actas de registradurías, etc. Luego de dos meses aún no se sabe con certeza cuáles fueron los senadores electos.

Durante la campaña se acusó al candidato Gustavo Petro de ser “castro-chavista” y se agitó el fantasma de convertir a Colombia en una nueva Venezuela. También se registraron amenazas hacia Petro y sus seguidores, como la protagonizada por “Popeye”, ex lugarteniente de Pablo Escobar Gaviria. Incluso, hubo un confuso episodio en la ciudad de Cúcuta, en la que dispararon contra la camioneta de Petro, hecho que fue rápidamente descalificado por la fiscalía y, por consiguiente, no fue investigado. En un país como Colombia en el cual desde Jorge Eliécer Gaitán, ha habido muchos dirigentes con respaldo popular que fueron asesinados, este dato no es un tema menor.

En Colombia el derecho a voto es de carácter voluntario y la abstención normalmente ha sido alta, tanto en las calles como en las redes sociales se puede ver la movilización de muchos ciudadanos con la esperanza de que Colombia salga del oscuro destino de violencia y desigualdad.

Evidentemente, hay mucho en juego el próximo 17 de junio, en un momento en el que en Sudamérica se evidencia una fuerte disputa entre quienes intentan volver al neoliberalismo y los que buscan opciones alternativas centradas en los derechos de los pueblos, es preciso seguir este proceso con gran atención y, desde donde se puede, hacer todo lo posible por garantizar que el pueblo colombiano pueda expresarse electoralmente sin fraude, ni violencia, buscando una salida hacia el futuro.

* Diputada del Parlasur.