Las subas acumuladas en los servicios de luz y gas desde diciembre de 2015 promedian 1295 por ciento, y llegarían a fin de año a completar 1768 y 1519 por ciento, respectivamente. El Congreso busca ponerle un tope a los tarifazos y atarlos al comportamiento del salario, pero el peso de los servicios en el sueldo promedio se disparó varias veces frente a paritarias que no llegan a amortiguar el impacto. Un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) señala que el porcentaje destinado en los servicios de luz y gas para un salario registrado promedio de 26.637 pesos asciende al 7,7 por ciento y a fin de año se acercará al 11 por ciento, aún previendo un aumento salarial. “Los aumentos de las tarifas están subiendo muy por encima del promedio (de la inflación) y no tiene nada que ver con el movimiento del salario”, dijo a PáginaI12 el director de CEPA, Hernán Letcher. 

“Los servicios están completamente desregulados”, criticó Letcher. Los servicios en los que el Gobierno, por acción u omisión, tiene injerencia son los que muestran los incrementos más exorbitantes. Esto hace imposible detener la inercia inflacionaria sin un brutal ajuste y estancamiento de la actividad. Y el esquema oficial no se detiene. En el caso de la electricidad, en 2016 se aplicó un aumento promedio del 507 por ciento. En febrero de 2017 se hizo un nuevo ajuste de entre 61 y 148 por ciento y otro de 43 por ciento en noviembre. Este año se aplicó un 28 por ciento en febrero y se aguarda por otro aumento de 25 por ciento en los últimos meses del año. Con el gas hubo un aumento con tope de 300 por ciento, en febrero del año pasado se ajustó otro 107 por ciento y en diciembre un 58 por ciento adicional. Este año hubo un aumento desdoblado de 32 por ciento en febrero y abril, y entre octubre y noviembre próximos se espera otro 25 por ciento. 

Según el informe del CEPA, un usuario que pagaba 50 pesos en diciembre de 2015 en electricidad, sin contar descuento por ahorro ni penalización por mayor utilización del servicio –acumulación de aumentos promedio–, actualmente está pagando 747,05 pesos y a fin de año deberá desembolsar 933,81 pesos, lo que implica un aumento de 1067 por ciento acumulado hasta ahora y de 1394 a diciembre. En gas, el usuario que abonaba 150 pesos hace dos años hoy paga 1942,74 pesos y a fin de año podría llegar a recibir 2428,42 de factura. Esto representa un aumento de 1195 por ciento desde 2015 hasta la primera mitad de este año y de un 1519 por ciento a diciembre. 

Se suman al bolsillo los aumentos autorizados en los últimos dos años en prepagas (con un 97 por ciento) y peajes (un 340 por ciento) y los incrementos acumulados hasta junio de este año en combustible (110 por ciento) y colectivo (232 por ciento), según el relevamiento del CEPA. “Si se considera los aumentos de precios según la Ciudad de Buenos Aires –89 por ciento entre diciembre de 2015 y marzo último–, se percibe prácticamente todos los aumentos enunciados superan la inflación de los últimos dos años”, agrega el informe. En el caso de la nafta, la desregulación de ese mercado se tradujo en catorce ajustes de precios desde diciembre de 2015, de los cuales 12 fueron aumentos y dos leves descensos. En concreto la nafta se encareció 108,5 por ciento en sintonía con la devaluación.

Estos aumentos no guardaron ninguna correlación con las paritarias. Según el informe, en los últimos dos años la remuneración en blanco promedio mejoró 69 por ciento, también debajo de la inflación. Los sectores que lograron mejores acuerdos fueron pesca (79 por ciento), actividad inmobiliaria (76 por ciento) y construcción e intermediación (ambos 73 por ciento). El salario promedio que surge de estas actividades es de 26.637 pesos mensuales, sobre los cuales el peso de la luz y el gas representa actualmente 2,2 y 5,5 por ciento, respectivamente. 

“Estimando un aumento promedio de 15 por ciento para el conjunto de salarios registrados (a 30.632 pesos), el peso de los servicios sobre el ingreso de los trabajadores se incrementa sensiblemente”, asegura el informe de CEPA. Para el caso de la electricidad, partiendo de una factura de 50 pesos, el peso del servicio se incrementó de 0,3 por ciento en 2015 al 3 por ciento estimado a fin de 2018, aunque podría llegar a 5,3 por ciento para los rubros de menor nivel de ingresos. En el caso del gas, la factura pasó de representar el 1 por ciento del salario en 2015 a un 7,9 por ciento estimado a fin de este año, y en sectores de menores ingresos representa hasta 20,9 por ciento.