En la última audiencia del debate por el proyecto para la interrupción voluntaria del embarazo, el ministro de Salud, Adolfo Rubinstein, brindó información sobre abortos en el sistema de salud público y dejó un mensaje claro: “La evidencia es muy robusta y sólida respecto a que la despenalización del aborto reduce la mortalidad materna, las complicaciones graves y el número de abortos totales”. El ministro celebró el debate, cuestionó la ilegalidad del aborto “que está y existe” y remarcó que en Argentina hay seis muertes maternas cada cien mil nacimientos por consecuencia de abortos clandestinos. “Los países con aborto legal en condiciones seguras prácticamente no tienen muertes por aborto”, puntualizó por último.

Lo primero que hizo Rubinstein al subir al estrado fue celebrar el debate. “Es un debate histórico que atraviesa toda la sociedad”, dijo el ministro, que festejó también que la discusión se dé alrededor del “abordaje de la salud pública como rol fundamental” en referencia a otros debates sobre el aborto como los morales o religiosos.  

El ministro pasó a presentar cuál es la información –poca e incompleta- que tiene el sistema de salud público de las muertes o consecuencias por aborto. Según las últimas cifras de egresos hospitalarios por aborto, en 2014, el último año con datos, hubo 47.000 mujeres en esta situación por todas las causales de aborto. “Tenemos enormes brechas de información, no conocemos la severidad ni las complicaciones agudas ni de largo plazo de los casos. Muchas terminaron en cuidados intensivos o casos casi fatales”, remarcó sobre estas mujeres.

“El aborto clandestino hace mucho más difícil el acceso a los servicios de salud público”, sostuvo Rubinstein, que remarcó que el hecho de que se hayan reducidos los egresos por aborto en los últimos años “son indicador de morbilidad y de las políticas de reducción de riesgos y daños y las consejerías, como el uso más extendido del misoprostol”.

Sobre las muertes por aborto, que Rubinstein reconoció como evitables, informó que representan un 17 por ciento dentro de las muertes maternas. “Cada cien mil nacidos vivos hay seis muertes por aborto. Los países con aborto legal en condiciones seguras prácticamente no tienen muertes por aborto”, remarcó.

También reconoció que las cifras son incompletas porque no contemplan el sistema de salud privada, que tiene el 50 por ciento de las camas totales del país, y porque muchos médicos codifican esas muertes con otros padecimientos por temor a represalias. “También se puede pensar que muchas otras muertes informadas como sepsis (infección) pueden ser por aborto”, dio como ejemplo.

Luego, presentó más estadísticas para dar cuenta de la disminución de la morbilidad materna y también de los abortos en los países que legalizaron la interrupción del embarazo. “Es en general el norte geográfico y económico”, resaltó el ministro, quien enfatizó que el América Latina “el aborto está y existe porque las prácticas inseguras superna el 90 por ciento de los casos”. “Claramente la proporción y la evidencia es contundente,  las muertes aumentan en los países que tienen leyes más restrictivas”, subrayó Rubinstein mientras mostraba la pronunciada caída de las prácticas en países como Francia, Rumania e Italia.  “En los países en los que tienen leyes menos restrictivas o no tienen leyes, prácticamente no tienen mortalidad por aborto respecto de los que tienen mayores restricciones”, amplió. 

El ministro afirmó que los esfuerzos de la cartera que conduce se centrarán en “reforzar la aplicación del protocolo de actuación del embarazo cuando la circunstancia así lo dice en el Código Penal”. Al referirse a la “polémica por el caso de Salta”, en referencia a la niña de 11 años violada por su padrastro que motivó el retiro del protocolo de esa provincia luego de la condena pública, detalló en un cuadro cuáles son las provincias sucriptas al protocolo: “Hay 10 adheridas, 6 con protocolos propios  (Catamarca, Chubut, Ciudad de Buenos Airess, Neuquén, Rio Negro y Buenos Aires), 4 sin adhesión pero que utilizan y 4 sin adhesión ni protocolo propio (Córdoba, Corrientes, Santiago del estero y Tucumán)

“El aborto existe y es algo que no podemos soslayar, más allá de los dilemas éticos, científicos, morales, económicos y espirituales”, dijo firme el ministro. Volvió a remarcar que el aborto “es un problema de salud pública, porque produce morbilidad evitable en población joven y sana, y un problema de equidad de género, porque sólo afecta a las mujeres y sus complicaciones afectan sobre todo a las mujeres pobres”.

“La evidencia es muy robusta y solida respecto de que la despenalización del aborto reduce la mortalidad materna, las complicaciones graves y el número de abortos totales”, finalizó Rubinstein que se retiró del estrado aplaudido de pie por los presentes.