“No sé qué va a pasar ni cuánto va a valer el dólar”. Con esta frase cargada de humor, Alfredo Zaiat inició el ciclo de charlas de periodistas de Página/12 con los lectores que se asociaron en apoyo del diario. El periodista económico habló en Caras y Caretas San Telmo y dio su mirada sobre la Argentina de Mauricio Macri, marcada por el endeudamiento, el tarifazo y la inflación. Francisco Meritello, director del Grupo Octubre, dio la bienvenida. “Es importante tener socios para no depender de nadie”, dijo sobre la iniciativa que lanzó el diario, en la que los lectores pueden unirse como socios desde https://www.pagina12.com.ar/apps/membresias/ y acceder a la edición del día en PDF, hacer contribuciones a las notas y asistir a eventos como el realizado ayer, entre otros beneficios.

“Si vemos la historia, se aprecian cosas que no deberían sorprender, más allá del marketing del cambio que proclaman”, lanzó Zaiat para describir lo que definió como “un gobierno de y para las élites”. En ese sentido, estimó que no es diferente a  otras etapas de élites ligadas al rentismo y la fuga de capitales “y que miran al imperio dominante de su época”. La diferencia actual pasa, a su juicio, en que Cambiemos “no está mediado por los partidos, sino que es la burguesía que llega por los votos”. Lo cual permite implementar desde el gobierno “un plan de negocios”.

La gran pregunta, según el periodista, es si el plan de negocios implementado, ligado a esa tradición de renta y fuga de capitales (mencionó el caso de los Panamá Papers) es sustentable en el tiempo. “Si vemos la historia, modelos así son insustentables y se genera resistencia social. Lo hemos visto hace pocos días en el Obelisco, el 25 de mayo”, consideró. El punto clave pasa por la movilización de la clase media. “El umbral de resistencia al ajuste pasa por los sectores medios, ya se vio en 2001 con el Corralito”.

Para Zaiat, el modelo es insustentable a nivel financiero y se ve en que no hay acceso ilimitado al dólar y por ende escasea la divisa. Ya se notaba antes de 2015 que no había superávit y la respuesta kirchnerista había sido el cepo cambiario. “La receta de Macri fue el endeudamiento y el endeudamiento, al punto tal que en dos años de gobierno hay más deuda que en toda la dictadura”, graficó, al tiempo que describió la sucesión de etapas  que culminan en el regreso al FMI.

“Ahora nos endeudamos en dólares para cubrir el gasto en pesos a través del Tesoro y y el Banco Central. Los pesos los prestan a través de las Lebac, una estrategia que genera una deuda fenomenal de 13, billones de pesos a una tasa del 40 por ciento, que es explosiva”, describió el autor de Economía a contramano.

Todo el escenario termina, explicó, en que el Gobierno apunte a un único causal de todos los problemas: el déficit fiscal. “Pasa a ser el núcleo central, y según la ortodoxia, así habrá mayor confianza en el inversor y hay más capitales para equilibrar el sector externo”. Por ese camino, apuntó, se va rumbo a un escenario peor, dado que “se genera un círculo vicioso de ajuste y recesión”.

Con todo, considero que “hay sectores en disputa y hay que ver cuáles sectores se benefician” y que eso se vio en la corrida del dólar. “Con la devaluación hay grupos que salen ganando y otros que no, hay diferencias al seno de los grupos que confluyen en Cambiemos”.

A la hora de las preguntas sobre posibles frenos a Cambiemos, Zaiat puntualizó que “las élites tienen una vieja fantasía, que es creer que pueden hacer desaparecer al peronismo y a la idea de igualitarismo”. Marcó que “quieren que seamos como Chile, Perú o Colombia, toman esos modelos, y la Argentina no es como esos países”. Recordó que hubo una etapa muy fuerte de industrialización que arrancó en el primer peronismo “que cambió al país y no se dio en otros países”. De allí ideas como la “meritocracia” y la “revolución cultural”.

También hizo un contrapunto al remarcar que “las élites no tienen políticas de desarrollo”, dado que “son algo rentístico” y por eso ponderan el período que va de 1880 a 1930 “cuando había subordinación” y no estaba su discurso en disputa.

Consultado sobre la inflación, planteó que hay tres variables en la suba de precios: la cotización del dólar, las tarifas “y una tercera, que es la que tienen controlada: los salarios”. Respecto de las tarifas, opinó que “llega un punto en que la tarifa es tan alta en los comercios, que iguala al alquiler del local y no se puede trasladar a precios, lo que lleva a la caída de la actividad económica”. Y aseguró que, tras la devaluación que implicó la suba del dólar “hay una inflación contenida que en algún momento puede aparecer”.  Además de considerar que “somos deficitarios en divisas y hay más importaciones”.

Para finalizar, y de cara al futuro, advirtió que “el fin de Cambiemos no implica que vuelva un gobierno nacional y popular, ¿y si viene algo más autoritario que el gobierno de Macri?”. Estimó que para desandar el camino de los últimos dos años y medio “se precisan alianzas políticas y sociales muy fuertes, además de eso que podría ser una burguesía nacional”. De momento, y aun con sus tensiones internas, hay un enemigo que unifica a los sectores alrededor de Macri: “El enemigo es el populismo, más allá de discusiones respecto de si devaluar o dolarizar”, dijo y señaló la necesidad de construir un modelo alternativo “con un sostén muy fuerte, no sólo a nivel nacional, sino también regional. Soluciones mágicas no hay”.