El llamado sucede minutos después de la votación del jueves en el Congreso de la Nación. Liliana Herrero está en Córdoba, preparando la presentación que dará esa noche. "He estado siguiendo los debates muy fragmentariamente, pero me llamó Horacio (González), que había ido a la espera, y me señaló que hay una multitud impresionante, una especie de gritos y aullidos interminable, que era magnífico lo que veía", le dice Liliana Herrero a Rosario/12. La cantante, que se presenta esta noche a las 21.30 en Teatro Lavardén (Sarmiento 1201), hace patente su agradecimiento al Ministerio de Innovación y Cultura de la provincia y el ciclo "Música con Todos", "agradezco ir a Lavardén, porque yo diría que ahí, en Rosario, empezó todo".

-‑Menos mal que están las mujeres, de lo contrario el clima de angustia sería peor.

-‑Sí, sería ya insoportable. Escuché el discurso de (Nicolás) Massot y me pareció penoso. Si un señor habla en plural y le espeta a Juan Cabandié: "estás libre, por lo menos los dejamos en libertad", involucrándose él, es gravísimo. Cuando termine este debate habría que integrar a este señor a uno de los juicios que se están haciendo desde los organismos de derechos humanos y la justicia, para que explique qué es lo que sabe. ¿Cómo sabe que los dejaban libres? Mientras tanto, las abuelas siguen buscando miles de nietos.

-‑Hay un contexto que parecería legitimar cualquier argumento.

-‑Algo que viene pasando desde que está este gobierno tan deshistorizado, sin ninguna presencia en la densidad de la historia de los pueblos; al contrario, es más bien querer sacarse de encima ese paquete, que sería pensar un país en sus luchas internas, sus festejos, en sus celebraciones. Eso lo que tiene que reponer la política opositora y lo tiene que reponer el arte.

-‑Ahí es donde, me parece, entra de manera pertinente su tarea musical.

-‑Me refiero al arte en general. Sacar las cosas de un lugar y ponerlas en otra, pero con memoria, y al mismo tiempo siendo críticos respecto de los procesos históricos en Argentina. Me parece que ésa es una tarea también de la vida artística, y en ese sentido hasta me atrevería a decir que la vida política tiene bastante que aprender del arte, aunque apenas movamos el amperímetro (risas).

-‑Igualmente, ese "apenas" siempre está y se renueva con cada encuentro, allí su recital. Un "apenas" que nos recuerda.

-‑Y nos piensa. Piensa un territorio, piensa un tiempo. Si el arte tiene una tarea, es la de que no se puede cantar como si estuvieses en cualquier lugar, no se puede. En ese sentido, la música tiene un territorio, un conglomerado de memoria, de combate dormido, de celebraciones, de fiestas. Este acontecimiento (se refiere a la media sanción en Diputados) tal vez será recordado como una celebración, porque todo esto de alguna manera se canta, aunque el escenario no sea el de la tribuna política. Porque desde el escenario no voy a arengar, ahí un acto absolutamente testimonial y un acto arengador es un acorde bien hecho. Las actividades de las personas tienen especificidades que son magníficas. Hay que conocerlas, hay que estudiar, hay que escuchar, hay que saber qué nos pasó, que hicimos, quién era Yupanqui, quién era el Cuchi, quién era Luis, podría nombrarte miles de músicos que han trazado un horizonte sonoro extraordinario en la Argentina.

-‑¿Qué particularidades tendrá la presentación en Lavardén?

-‑Voy a hacer unos temas del último disco, Imposible, y viejos temas que tengo ganas de volver a cantar, porque creo que cantar también es pensarse a sí misma, en el sentido de revisar lo que uno ha hecho. Y voy a hacer dos o tres temas de Fito Páez, que serán parte del nuevo disco que estoy preparando, un disco que habla menos de Fito y más de lo que fue mi vida en Rosario; un pensamiento sobre mí, en realidad.

-‑¿Cómo surge este disco?

-‑Son canciones de Fito que me tomé el trabajo de estudiar. Elegí el arco que va de Del 63, de 1984, a Rey Sol que es del 2001. Yo estuve muy cerca en todos esos años, sigo estando muy cerca, pero musicalmente lo estuvimos mucho más, interviniendo uno en las cosas del otro.

-‑Recuerdo la presentación de Circo Beat en Rosario, cuando Fito Páez la presentó como "mi mamá", desde un lugar muy afectivo.

-‑Bueno, había sucedido la tragedia de la familia de Fito. Si bien él estaba viviendo en Buenos Aires, cuando viajaba a Rosario estaba en casa, en la calle Corrientes y Urquiza, donde vivíamos nosotros, así que tenemos una relación familiar muy intensa. Pero más allá de eso, aunque yo no conociera a Fito Páez y nunca lo hubiera visto en mi vida, haría un disco con canciones suyas, que serán intervenidas e interrogadas como he hecho siempre con cualquier otro legado, porque eso ya es un legado de él.

-‑Me gusta muchísimo esa expresión: "intervenida e interrogada". Usted se apropia y renueva las canciones.

-‑Tal vez las renueve, pero apropiármelas seguro. Yo soy una intérprete y creo que mi tarea es elegir bien, cosa que aprendí de Mercedes (Sosa). Elegir lo que uno sea capaz de cantar, que realmente te guste, para entrar en una especie de conversación atemporal con la obra original, y tener claro también que lo que uno produce no es mejor que el original, es simplemente una fortaleza que tiene la obra, que permite una multiplicidad de visitas, de conversaciones y de interrogaciones. Es una mirada particular que me permite a mí cantarla con libertad, pero sabiendo que esa obra está, esa es la paradoja más extraordinaria del legado.

Liliana Herrero será acompañada por Mariano Agustoni en teclados, Pedro Rossi en guitarra de siete cuerdas, y Ariel Naón en contrabajo. "Hace un tiempo que vengo haciendo conciertos sin percusión, porque se produce otro sonido, más de cámara. El disco que voy a hacer sobre Fito sí la va a tener, por supuesto. Pero va a ser un disco breve, como a mí me gusta hacerlos".