Suecia debutó en el Mundial con una victoria que se decidió en la sala del VAR, encabezada por el árbitro argentino Mauro Vigliano, y con un penal en el complemento ejecutado por Andreas Granqvist derrotó 1-0 a Corea del Sur, en un partido disputado en el Nizhny Novgorov Stadium en Moscú, que completó el Grupo F de Rusia 2018. De esta manera, el equipo de Janne Andersson consiguió el mejor arranque mundialista en 60 años, obtuvo tres puntos vitales de cara a la clasificación a octavos de final y encabeza junto a México una zona que cierran sin unidades alemanes y surcoreanos. 

Mientras Zlatan Ibrahimovic se pasea por toda Rusia totalmente convencido de que aún es la gran estrella nórdica, aun cuando Andersson le haya bajado el pulgar en la lista de 23 para la presente cita ecuménica, el fútbol que practica Suecia sin el verborrágico delantero de Los Angeles Galaxy de la Major League Soccer es un poco más asociado. Ahora las responsabilidades parecerían estar más repartidas en la selección escandinava, ya que Zlatan era un faro que lo monopolizaba todo y también representaba el destino final de casi todas las acciones de peligro en el área rival. 

Pero en Nizhny la victoria era clave no sólo para las esperanzas de los  suecos sino también de los surcoreanos, que en los análisis previos eran los seleccionados que menos chances guardaban de pasar de ronda.

Sin embargo, en su regreso mundialista tras quedar fuera de Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, Suecia –responsable de que Italia no participe en esta Copa del Mundo– se volvió un equipo demasiado previsible. Y como Marcus Berg, que agota su carrera en el Al Ain de Arabia Saudí, no es Ibrahimovic, los suecos chocaban contra la defensa coreana hasta convertir a Cho-Hyung-woo –que con el Nº 23 es el tercer arquero del plantel– en el principal protagonista de la primera etapa, sobre todo cuando a los 20 minutos le detuvo un remate a quemarropa al propio Berg.

Así, entre las atajadas de Cho y la velocidad en el cruce de Kim Young-Gwon, Corea del Sur –que se defendía en su campo con nueve jugadores y dejaba para la contra al solitario Son Heung-min– sobrevivió durante algo más de una hora. Hasta que el videoarbitraje le dio a Suecia la posibilidad de abrir el marcador.

Kim Min-woo, un defensor que había entrado por el lesionado Park Joo-hoo, le cometió una falta dentro del área a Viktor Claesson, que el árbitro salvadoreño Joel Aguilar no sancionó hasta dos minutos después, cuando fue advertido de la infracción por los responsables del VAR. Recién entonces acudió a ver la repetición de la jugada. 

Con el penal finalmente otorgado, Granqvist no falló, evitó un sofocón ante un conjunto de menor jerarquía y ofreció a su seleccionado la primera victoria en una primera jornada mundialista desde que Suecia organizara el de 1958. Sobre el final, fue el combinado nórdico el que defendía su mínima ventaja. Y pese a que los coreanos metieron un poco de presión, sus ataques fueron más voluntariosos que efectivos.