Cerca de la mitad de los 630 migrantes del buque humanitario “Aquarius”, desembarcados el domingo en España, tiene la intención de pedir asilo en Francia, anunció ayer el gobierno español.

“Casi la mitad de los migrantes manifestó su deseo de solicitar asilo en Francia, país que se ofreció a acoger a parte de las personas que viajaban en la embarcación”, indicó en un comunicado el gobierno de Pedro Sánchez un día después de acoger a los migrantes en Valencia.

Procedentes en su mayoría de países africanos, recibieron un permiso de 45 días para permanecer en España mientras se estudia su situación migratoria.

El desembarco marcó el fin de una travesía de 1500 km por el Mediterráneo luego de que Italia cerrara sus puertas al “Aquarius” –fletado por dos ONG para rescatar migrantes del mar–, en un caso que provocó una sacudida diplomática en la Unión Europea por la migración.

España espera que para cuando venzan los 45 días del permiso inicial, los migrantes rescatados frente a Libia por el “Aquarius” –541 hombres, 88 mujeres y un bebé recién nacido–, tengan definido “el estatus jurídico que le corresponda”, indicó la vicepresidenta del gobierno, Carmen Calvo, a la radio Cadena SER.

París examinará las situaciones “caso por caso”, señaló el domingo el portavoz del gobierno francés, Benjamin Griveaux. Un equipo de la oficina francesa de protección de refugiados (Ofpra) llegará en los próximos días a Valencia, anunció su director general, Pascal Brice.

En Francia, la falta de iniciativa del gobierno para acoger al “Aquarius”, que pasó cerca de la isla francesa de Córcega, fue criticado por una parte de la población, miembros de la izquierda e incluso del propio partido de Macron.

Pero según un sondeo de OpinionWay divulgado ayer, el 56% de los franceses estimó que el gobierno hizo lo correcto, mientras que un 42% piensa lo contrario.

En España, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) se congratuló  de que se autorizara la entrada a todos los migrantes del “Aquarius”.

“No se inició ningún expediente de devolución” ni ningún migrante fue enviado a un centro de internamiento, muy criticados por las Ongs, remarcó en rueda de prensa Paloma Favieres, de la CEAR.

En momentos en que en muchos países de Europa los ciudadanos y los gobiernos se inclinan por posiciones más duras frente a la llegada masiva de migrantes, Pedro Sánchez ha mostrado una postura abierta, en contraposición con su antecesor, el conservador Mariano Rajoy.

Sánchez lo que “ha hecho ha sido interpretar lo que está en el ambiente mayoritario en este país”, dijo la vicepresidenta Calvo.

En octubre de 2017, según el eurobarómetro de la Comisión Europea, España era de los países más tolerante en cuanto a la inmigración. Un 26% de sus ciudadanos consideraba la inmigración de fuera de Europa “más bien un problema”, por debajo de la media del 38% en la UE.

En 2015, en el punto álgido de la crisis migratoria, alcaldías de varias ciudades como Barcelona o Madrid pidieron la acogida de refugiados y criticaron la pasividad de Rajoy.

El gesto de Sánchez de recibir a los migrantes del “Aquarius” es “una oportunidad fantástica para que España lidere unas nuevas políticas en esta Europa que está cada vez más desenfocada en las políticas de acogida”, señaló Estrella Galán, secretaria general de la CEAR.

La derecha española teme una ola migratoria, como lo puso de manifiesto el domingo el diario conservador ABC titulando en portada “España afronta una avalancha de inmigrantes por el efecto llamada” del caso “Aquarius”.

Los guardacostas de España, la tercera vía marítima de entrada de inmigrantes irregulares a la UE por detrás de Italia y Grecia, rescató desde el viernes a más de 1.400 migrantes que intentaban llegar a sus costas.