El principal socio conservador de la canciller alemana, Angela Merkel, Horst Seehofer, ministro de Interior, le dio ayer un ultimátum de dos semanas para que pacte con los socios de la Unión Europea (UE) una fórmula que permita rechazar en las fronteras a refugiados que hayan pedido asilo en otro país europeo. Merkel quiere evitar a toda costa una medida unilateral capaz de provocar un efecto dominó en Europa y que pulverizaría la posición negociadora de Berlín en Bruselas.

La líder alemana comenzó ayer una serie de reuniones con los principales líderes de los países de la UE más afectados por la llegada masiva de refugiados e inmigrantes. Primero se reunió con el flamante primer ministro italiano, Giuseppe Conte, el jefe de una coalición que incluye a la fuerza de extrema derecha Liga y que rechazó la llegada del barco humanitario Aquarius.

“Para la emergencia de migrantes necesitamos soluciones europeas, sin desencadenar dinámicas bilaterales que puedan constituir el fin de Schengen” (espacio común de libre circulación de personas). Así afirmó Conte durante las declaraciones a la prensa con las cuales comenzó la cumbre entre los dos jefes de gobierno en Berlín. “Nuestras fronteras son las de Europa”, agregó el primer ministro italiano. “Italia no puede continuar sola” con respecto a los inmigrantes. A su turno Merkel le dijo: “a petición de Italia, queremos ayudar con nuestra solidaridad, la solidaridad en Europa es algo que Alemania acoge con los brazos abiertos”. Y Conte agregó: “El objetivo principal de mi gobierno es luchar contra la pobreza, ayudar a los desempleados a reingresar al mundo del trabajo”. Merkel se mostró receptiva y le respondió: “sabemos que Italia tiene problemas con el desempleo juvenil... es importante colaborar también en esto.”