El dólar cerró ayer en 28,05 pesos en el mercado al público, con un incremento de 32 centavos. Las presiones cambiarias volvieron a aparecer en la city y la subasta de 100 millones de dólares diarios dejó de ser efectiva para frenar el avance de la divisa. El mundo empezó a mostrarse más volátil, con un reverdecer de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, y una mayor salida de capitales de los países emergentes. Las acciones de la Argentina anotaron un fuerte impacto (ver aparte) y el mercado cambiario retomó la inestabilidad de las primeras semanas de junio. El clima financiero local se muestra cada vez más espeso y preocupa entre inversores. El dólar se negoció a más de 32 pesos para finales de este año en las operaciones de futuros.  

Los analistas de la city aseguran que el préstamo de 15.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional no alcanza para cerrar las cuentas este año. El rojo de la cuenta corriente de más de 9000 millones de dólares del primer trimestre dejó en claro que el desajuste macroeconómico es muy elevado y la economía no tiene dólares suficientes para sostener el déficit comercial, la salida de capitales por ahorro y turismo y el pago de los vencimientos de la deuda externa. 

La suba del tipo de cambio funciona como un mecanismo de ajuste ante una economía en la que no se generan dólares genuinos (por exportaciones e inversiones). Los consultores del mercado indican que la persistencia de las tensiones cambiarias, con una tasa de interés en pesos del 47 por ciento y una autoridad monetaria que asegura que mantendrá estos rendimientos en el tiempo, refleja esta situación de incertidumbre en la que los inversores dejaron de confiar en la capacidad del país para sostener el valor del peso, encauzar el proceso inflacionario y reducir el desequilibrio externo, monetario y fiscal. El alza del dólar de más de 30 centavos en la víspera, junto con una caída de la bolsa superior al 10 por ciento, son resultado del quiebre de las expectativas.

El mercado cambiario mayorista registró un volumen de operaciones de 696 millones de dólares, un monto 7 por ciento superior respecto de la jornada previa. La cotización con la que operan bancos y grandes inversores finalizó en 27,44 pesos, al subir 33 centavos. En el pico de la jornada llegó a negociarse en 27,50 pesos. Los operadores del mercado aseguraron que la tasa de interés en pesos ya no convence y los dólares que entraron la semana pasada para inversiones de portafolio dejaron de llegar. En las operaciones de Lebac del mercado secundario la tasa de corto plazo se ubicó en 42,7 por ciento y la de 147 días se posicionó en 39,9 por ciento.     

Los contratos de dólar futuro registraron fuertes subas y mostraron las expectativas de devaluación de los inversores para los próximos meses. El tipo de cambio mayorista para diciembre se pactó a 32 pesos, en tanto que para marzo del próximo año se ubicó en 34 pesos y para junio en casi 36. Se trata del contrato de futuro negociado a más largo plazo y adelanta que los inversores esperan una devaluación de al menos otro 30 por ciento para los próximos 12 meses. El efecto sobre los precios del mercado interno y la actividad económica de esta inestabilidad cambiaria empezó a sentirse con fuerza a partir de mayo y lo reconoció el propio Banco Central. Redujo la perspectiva de crecimiento del PBI este año a 1 por ciento, una cifra que sigue siendo optimista contra el pronóstico de recesión de los consultores privados.