Un tribunal aceptó ayer el apartamiento del juez Ismael Manfrín en la causa de la banda de Los Monos, en resguardo de la garantía de imparcialidad para los imputados en el expediente. El magistrado presidió el tribunal oral que condenó a los integrantes del clan y hasta que el fallo quede firme en la Cámara Penal debía intervenir en diferentes incidentes presentados por la defensa, en relación al cumplimiento de la pena. La decisión del juez se conoció la semana pasada, luego de que fueran baleadas dos casas en las que vivió; y del ataque a tiros en viviendas de familiares del juez Juan Carlos Vienna, quien instruyó la causa contra la misma banda. Para decidir la aceptación del apartamiento, debió conformarse un tribunal especial, integrado por la jueza María Isabel Mas Varela -quien también fue parte del tribunal de juicio‑, Rodolfo Zvala y Silvia Castelli. Esta última intervendrá desde ahora, en lugar de Manfrín.

Los atentados a las casas donde vivió el magistrado ocurrieron dos días después de la presentación de un recurso presentado por la defensa de Ariel "Guille" Cantero y Emanuel Chamorro, condenados como jefe y miembro de la banda, para evitar que fueran trasladados a una prisión afuera de la provincia, ya que también tienen ordenada prisión en la causa abierta en la Justicia Federal, por venta de estupefacientes. Sin embargo, Manfrín no resolvió esa cuestión, ya que era decisión del Juzgado Federal Nº 3. El traslado, finalmente fue ordenado por ese fuero, a Resistencia y Rawson, y seguidamente ocurrieron las balaceras contra el frente de una vivienda en la que Manfrín vivió hasta hacía casi dos meses; y otra que habitó hace 14 años.

Apenas tres semanas después, ataques similares se dieron contra el frente de las viviendas de la ex esposa y el padre del juez Vienna, quien está de licencia médica, pero actuó durante los primeros años en la investigación de la banda, que fue condenada en abril pasado por asociación ilícita y homicidios.

Cuando fundamentó su pedido de apartamiento, Manfrín planteó que los medios de comunicación relacionaron los ataques con su participación en el juicio a la banda. Pero, por aquellos días, las propias autoridades provinciales y nacionales de Seguridad vincularon el hecho con el reciente traslado de los imputados. 

Según expresa la resolución conocida ayer, con la que finalmente Manfrín quedó afuera de la causa, la jueza Más Varela constituyó un tribunal colegiado para resolver la excusación. "Entiendo que se han configurado motivos suficientes para que las partes puedan temer que en la toma de futuras decisiones se vea afectada la objetividad de este magistrado", escribió Manfrín en su excusación.

Así, el tribunal tomó los fundamentos y aceptó el apartamiento. "El Código (artículo 50) establece el deber del juez de inhibirse de conocer en la causa en cuanto advierta la existencia de cualquier circunstancia que, por su objetiva gravedad, pudiera considerarse que afecta su imparcialidad, aunque hubiera tomado intervención antes". Y agregaron: "A criterio de este tribunal, a partir de los fundamentos esgrimidos por Manfrín, debe aceptarse su excusación por existir riesgo de que las futuras decisiones que pudiera tomar ese juzgador se vean afectadas por una merma en su neutralidad".

La resolución apuntó que "no escapa del conocimiento de este tribunal que las causales subjetivas de inhibición deben ser siempre sopesadas frente a la obligación --inherente a su labor-- que tiene el juez de mantenerse sereno e imparcial, sobre todo frente a aquellas situaciones de tensión a las que se encuentra sometido constantemente por la naturaleza de sus funciones. Sin embargo, la gravedad objetiva de la situación vivenciada no puede ser pasada por alto, y es innegable que reviste entidad suficiente para conmover de tal modo el ánimo de Manfrín que su objetividad para decidir en la causa". Por el contrario, "insistir en la intervención del juez durante el trámite del proceso significaría colocar a las partes en una situación de absoluta desconfianza hacia el juzgador", expresó el tribunal.