Desde el pasado viernes Netflix dispuso la segunda temporada de Glow y con ella están de vuelta los 80, la lucha libre televisada y el combate a los estereotipos femeninos. Las chicas ya consiguieron su programa, ahora será cuestión de que no lo cancelen. Según dijeron los involucrados, los diez nuevos episodios son mucho más “intensos y espectaculares” dentro y fuera del cuadrilátero. La amistad rota entre Ruth (Allison Brie) y Debbie (Betty Gilpin) sigue siendo central. Una es una actriz desempleada que encuentra su destino interpretando a una villana soviética, la otra es una mujer a punto de divorciarse, en medio de su puerperio y con ganas de demoler todo lo que tiene por delante. “Se saltaron el paso de arreglar su relación, así que veremos las repercusiones que tendrá en ellas el haber reprimido eso”, dijo Gilpin.

Aunque los personajes centrales ceden algo de su protagonismo en pos de los retratos de las otras damas del programa con piñas, derribadas y foco en sus mallas enterizas. Porque su combate contra el sexismo, paradójicamente, es con trajes que “huelen a cerveza y racismo”, como dice Beirut. Cada uno de los personajes está perfectamente delineado y es notable como sus alter egos se fusionan con sus historias, se llamen la Lobizona, Británica, Cascarita, Galletita de la Fortuna y La Reina del Bienestar.