El Correo Argentino echó a Emanuel Molla, el cartero que repartía la correspondencia en la Villa 21-24 hasta hace un año. Desde entonces, el barrio volvió a quedar aislado y sus habitantes deben concurrir a retirar sus cartas en un punto de entrega a la entrada del asentamiento. La explicación de la empresa al repartidor postal fue que su despido obedecía a una reducción de personal, pero, para el ahora ex cartero su desvinculación tuvo que ver con la pelea que dio por mantener el servicio en la villa.
Según explicó Molla, de 30 años, al portal de noticias Nueva Ciudad, él mismo fue el mensajero de su desgracia. “El telegrama llegó a mi punto de reparto. Yo mismo recibí mi mala noticia”, contó el hombre horas después de enterarse de que había sido despedido del Correo, donde prestó servicio durante los últimos cinco años.
Molla, que nació y vive en la 21-24, fue el primer cartero del barrio, que entregó puerta a puerta la correspondencia, tras una larga batalla de los vecinos para ser incluidos por el Estado y no ser discriminados.
“Hicimos una revolución ahí. La gente del barrio se sacó la mochila de tener que dar una dirección de afuera cada vez que hacía un trámite”, dijo el ex cartero, quien sostuvo que cuando un año atrás se suspendió el servicio y él fue trasladado a otra dependencia nunca dejó de reclamar: “No quiero que quede así. La gente del barrio se merece igualdad. ¿Por qué afuera entregan las cartas en cada casa y acá no? A ellos (Correo Argentino) la gente del barrio no les interesa”, sentenció.