No, no, Lula no fue el mas importante presidente de toda la historia de Brasil, que era el país mas desigual del continente mas desigual del mundo, pero que ha salido por primera vez del Mapa del Hambre de Naciones Unidas, ha disminuido significativamente las desigualdades, la exclusión social, el hambre, la pobreza y la miseria. El ha fundado un partido para asaltar al Estado brasileño, que no es por lo tanto un partido, sino una pandilla cuya práctica es la corrupción generalizada.  

Lula no nació en la región más pobre de Brasil, ni tampoco ha sido el dirigente sindical que ha dirigido la huelga mas importante en contra de la dictadura militar, ni el fundador del más importante partido político de Brasil. Menos todavía ha sido el presidente de más prestigio y éxito en toda la historia del país.

Cristina, a su vez, no fue, junto con Néstor, los que han recuperado Argentina de la peor crisis de su historia, sin hacer que el peso de esa recuperación recayera sobre los mas pobres. Tampoco ha hecho disminuir las desigualdades impuestas por décadas de políticas antipopulares, ni ha recuperado al Estado argentino, dilapidado por tantos gobiernos oligárquicos. Simplemente ha puesto en práctica políticas populistas, que habrán mejorado la vida de algunos, según dicen.

Rafael Correa no ha sido un gran economista. No ha conducido la oposición ciudadana a más de un gobierno neoliberal en Ecuador. Tampoco ha mejorado sustancialmente las condiciones de vida de los ecuatorianos, ni tampoco ha rescatado la legitimidad de un Estado destruido a lo largo de tantos gobiernos  neoliberales. Tampoco ha sido el presidente más popular y de más prestigio internacional, por las obras de su gobierno en la educación, en la infraestructura, en los procesos de integración regional.

No. Lula, Cristina y Correa han sido simplemente malechores, que se han apropiado del Estado bajo promesas demagógicas, y que apenas han logrado mejorías para un gran numero de personas en el continente mas desigual del mundo. Pero mejorías que mal pueden resistir a un buen ajuste fiscal que les saque los derechos, los empleos y las esperanzas.

No hay como comparar a sus gobiernos con los de sus sucesores, porque su populismo ha dejado marcas en la conciencia y en la memoria de la gente. La única forma de ponerlo en su debido lugar es transformarlos en malhechores, en practicantes de irregularidades administrativas, para su provecho personal. Son jueces que hacen de las leyes instrumentos de persecución política, que judicializan a la política, para tratar de borrar todo lo que se ha hecho en esos gobiernos, para que desaparezca de la cabeza y de los corazones de las personas.

Lula está preso y condenado por un proceso sin crimen y sin pruebas. Intentan impedir que sea candidato por todos los daños que habría hecho al país y a pueblo brasileño. Y sobre todo porque insiste en liderar todas las encuestas, demostrando cómo los males que ha hecho a tantos ha dejado huellas imborrables en la conciencia de tanta gente.

Cristina responde a procesos por lo que ha hecho como gobierno y por lo que dicen que habría hecho. Pretenden mantener siempre una aura de sospechas, porque la única forma que creen en que pueden derrotarla, es mantener niveles de rechazo. Por acusaciones sin pruebas, por calumnias sin fundamentos.

Rafael Correa acaba de tener su prisión preventiva decretada. Es criminalizado porque no pueden destruir su imagen en la memoria del pueblo.

Todos esos líderes populares son víctimas de las más burdas campañas de calumnias, para buscar destruir reputaciones construidas con políticas populares, nacionales, democráticas, defendiendo a sus países y a sus pueblos.

Hay que borrar todo lo que los países latinoamericanos han vivido en este siglo y la única manera es criminalizar a sus líderes.  Jueces tratan de quitar al pueblo el derecho de decidir democráticamente los destinos de sus países. ¡Imaginen a Lula candidato a la presidencia de Brasil! ¡Imaginen al pueblo argentino decidiendo si prefiere lo que ha sido el gobierno de Cristina o lo que es el gobierno del FMI! ¡Imaginen al pueblo ecuatoriano juzgando lo que Rafael Correa ha hecho por Ecuador y lo que hacen quienes lo acusan de forma burda.

Lula, Cristina y Rafael Correa son víctimas de persecuciones políticas promovidas por los medios, por jueces arbitrarios, en contra de la voluntad de sus pueblos. Para ello tienen que destruir la democracia, judicializándola, si no saben que los pueblos de esos países dirán que  bajo los gobiernos de esos lideres han vivido los momentos mas virtuosos de sus vidas. Y que desean retomar ese camino de solidaridad, de justicia y de dignidad.