HITS

 


 

Christine and the Queens: “Girlfriend”

La trovatriz francesa Héloïse Letissier regresa después de dos años de ausencia con un hit innegable, de groove y coreo que Michael Jackson avalaría e imaginario enchongado a caballo de un rascacielos en construcción. La letra es un paseo por las imágenes que de (más) joven Letissier registraba del amor heterosexual: chicos y chicas en los habituales y cansados roles protagónicos. Esta nueva era incluye transmutación identitaria desde el título del disco por venir, que reivindica a “Chris” como parte y como unidad nueva desprendida del nombre con el que hasta ahora conocíamos a la artista. Es más: su colaborador en este track, el músico Dâm-Funk, así la presenta en la intro. La versión en francés, “Damn, dis-moi”, mantiene desde luego la magia.

 


 

Julia Michaels: “Jump”

Quienes dediquen su melomanía al pop masivo seguro conozcan este nombre, aunque no tanto por sus propias canciones sino principalmente por las que viene firmando hace un lustro para los más notorios nombres, de esos que yacen vitalicios en ránkings. Michaels es corresponsable, junto a su amigo y colega de larga data Justin Tranter, de superéxitos del calibre de “Sorry” de Justin Bieber, “Hands to myself” de Selena Gomez o, más cerca en el tiempo, de la sensual “Make me feel” de Janelle Monae. Michaels es prodigia: su EP “Nervous system”, de 2017, incluyó no sólo la conmovedora balada emo “Issues” sino también “Make it up to you”, alhajita bajo perfil. En este caso hay otra lenta, de las buenas -y lentas buenas hay cada vez menos-, compuesta junto a Tranter (obvio) y producida por Nick Monson, que firmó la mayoría de “Artpop” de Lady Gaga (cada quien sabrá en qué convertir este dato). Bonus play de primas melanco: “Safe”, de Daya, y “Deep end”, de Lykke Li.


 

Jessica 6: “Get Loaded”

“Cuando escuché uno de los tracks que ELIOT me envió, comencé a fantasear y escribir desde la perspectiva de alguien que ve las relaciones como una manera de elevar su status socioeconómico. ¿Qué pasaría si en lugar de tratar a los hombres como compañeros y amantes los tratara como inversiones o cajeros automáticos?”. Estos dilemas intenta despejar Nomi Ruiz, vozarrón del trío Jessica 6 que regresa a las pistas sin permiso pedido. Con producción de ELIOT, como la cita indica, el beat pulsante arrastra y comanda. Además, ¿cómo resistir el influjo de la letra que entona, reiterada: “Las chicas hermosas del mundo / Lo merecen todo”?


Ariana Grande feat. Nicki Minaj: “The Light is Coming”

Es hoy una de las apuestas más osadas dentro del pop comercial. Con producción del inagotable Pharrell Williams, fue confeccionada para el próximo disco de La Grande, que se editará en agosto. Funciona como una mitad de las colaboraciones entre ella y La Minaj: cada quien participa en un tema del álbum de la otra (en el caso inverso, Grande es 'feature' de Nicki en la mimosa “Bed”). Para Ariana es un riesgo puesto que “No tears left to cry”, el primer adelanto del álbum por venir, se ubicó sin esfuerzo como uno de los temazos del año. Un hit es mérito; dos hits seguidos, milagro. Pharrell, por su parte, sigue poseyendo el supremo don de saber ubicar el pulso sónico urbano allí donde otrxs productorxs no se animan a husmear. Aquí casi todo es desconcierto, bien lejos del bombeo cansino y pegoteante que Pharrell le fabricara a Camila Cabello para otro buen tema, “Sangria wine”, sucesor digno de la inextinguible “Havana”.


NO HITS

 

Natalia Oreiro: “United by Love”

Antes que cualquier otra cosa, hay que decir que el gesto de la Oreiro al promocionar esta canción en los medios rusos usando un sweater con la bandera del orgullo es sin dudas comendable y apreciado entre quienes no solamente condenamos los crímenes de odio y las políticas represivas hacia la comunidad lgtbiq en el país que hoy anfitriona el Mundial sino que, además, permanecemos indiferentes a cualquier resultado en el mismo, con o sin goleadas. Estamos frente a un himno inclusivo y rioplatense: suena a candombe, crece en ritmo, se agitan banderas en su videoclip, la letra se canta en español, inglés y ruso. Sería injusto endilgarle a Oreiro este olvidable traspié de aquí a fin de año, después de tanto bueno ya hecho. Es que, ¿quién podría nombrar una canción mundialista realmente brillante?. 


 

Paulina Rubio feat. Nacho: “Desire (Me tienes loquita)”

Cualquiera que se atreva a decir que el reggaetón es “todo igual” tendría amplia razón si este pretendido nuevo hit de Paulina y secuaz fuese ejemplo. Es que en su esquematicidad rítmica, sonora y lírica, el reggaetón bien trabajado puede (y de hecho, es) yacimiento de exploraciones, de voces que emergen a cuchilladas de rap o gritos de guerra y perreo. También puede ser apuesta estable para figuras consagradas que se animan a pisar la pista después de quién sabe cuánto. Hela aquí entonces a Paulina: la producción más elemental se combina con la letra peor rimada, el feature menos necesario y un video que habrá de perseguirla por veranos. Que tome nota y ponga quinta porque sus coterráneas Gloria Trevi y Thalía acaban de robarle siete vueltas de pista con sendos reggaetonazos flamantes.


Louisa Johnson: “Yes”

Ya lleva tres meses editada y fue, de hecho, una de las primera candidatas del mercado británico a lograr ser un “sleeper hit”, esto es, un tema buenísimo pero que no produce estruendo inmediato al ser lanzado. Un ejemplo: “Poker face”, de Lady Gaga, que no fue un éxito sino hasta el año siguiente a su edición. Como sea, Louisa es egresada del reality X Factor de su país versión '15 y ostenta cierto prontuario de buenos temas, aunque aquí pisa torcido con un intento electro pop que combina de modo misteriosamente frustrado elementos que en teoría deberían garantizar un himno: guiños a “Dirrty” de Christina Aguilera más el tono general heredado de la era “Blackout” de Britney. 


Rita Ora y gran elenco: “Girls”

Habrá que ver cuánto tendrá que pasar para que el tiempo nos encuentre reclamando justicia para esta canción, malnacida a su pesar, y quizás incluso a nuestro propio pesar. Ora viene posponiendo el que debería ser su segundo disco hace ya dos años o más, testeando aguas con temas sueltos propios o de invitada en ajenos, pero nunca dando el zarpazo. Para “Girls” construyó una formación que podría haber funcionado como la versión 2018 (o sea: es lo que hay) de las chicas de Lady Marmalade (¿se acuerdan?), con la menospreciada (y sobreestimada a la vez) Charli XCX, Bebe Rexha (¿quién?) y la peor rapera del momento, Cardi B. Más, no. El estribillo del tema, tardío émulo del de “We can't stop” de Miley, es épico y autoadhesivo pero la letra lo mancha todo, y mucho, con observaciones poco felices (las chicas se animan a besar chicas cuando toman vino). No bastó con que en esa misma letra y además en las disculpas posteriores Ora se ratificase como bisexual; tampoco hubo intenciones de Ora de niciar una conversación sobre el tema. Es este el destino de un temón atravesado por un faux pas irremontable: volverse de culto, su existencia borroneada.