Desde Moscú

La gloria está del otro lado de la puerta para Francia y Croacia. El duelo estelar del Mundial de Rusia será protagonizado por ellos, que buscarán llegar a la cima del fútbol en el estadio Luzhniki de esta ciudad. El día con el que se desvelaron muchos seleccionados llegó finalmente, y el título del mundo volverá a quedarse en poder de un europeo, como viene ocurriendo desde 2006. La historia de ambos es muy diferente: los franceses van por su segundo campeonato de la historia, después del obtenido en 1998, y disputarán su tercera final en 20 años, sumando la de 2006; mientras que los croatas animarán por primera vez un encuentro de esta magnitud, después de convertirse en Estado independiente desde 1991.

El favoritismo para quedarse con el éxito está del lado de Francia, y no sólo por los antecedentes en esta competencia, sino también por el juego que ofrecieron aquí en los seis partidos anteriores. Más allá de que no despliegan un fútbol lleno de brillantez, fueron uno de los pocos --Bélgica y Brasil también-- que exhibieron un estilo atractivo y efectivo al mismo tiempo. Croacia no lució de manera colectiva, pero algunos jugadores en particular le imprimieron el desequilibrio que se necesitaba para llegar hasta aquí.

La balanza también se vuelca a favor de los franceses en las casas de apuestas. Por cada euro que se apuesta por ellos pagan 1,48, y 2,65 para los croatas, una distancia importante en los números. Además, otro aspecto en donde sacan ventaja los franceses es en el físico: en las tres series anteriores vencieron en el tiempo reglamentario, y Croacia necesitó dos definiciones por penales, y el suplementario en la semifinal ante los ingleses.

El único antecedente que tienen ambos conjuntos en mundiales fue en 1998, y el local superó 2-1 a Croacia por una de las semifinales. Los dos goles del ganador los convirtió el ex defensor Lilian Thuram, y Davor Suker lo hizo para el perdedor. Croacia finalizó ese año en el tercer puesto, y fue la primera vez que estuvo en una Copa del Mundo. El capitán del campeón era Didier Deschamps, el actual entrenador francés, y Suker, que fue el goleador del certamen, es ahora el presidente de la Federación de Fútbol de su país. Los dos se cruzarán seguramente hoy en los pasillos del estadio, y aparecerán los  recuerdos de aquel partido.

Croacia cumplirá hoy una particularidad: es la segunda Selección que logra llegar al encuentro decisivo luego de haber jugado un repechaje para clasificarse al certamen. Los croatas tuvieron que eliminar a Grecia con un global de 4-1 (4-1 y 0-0). El primer plantel que logró instalarse en una final después de jugar una definición contra otro equipo para llegar al Mundial fue Alemania. El actual campeón jugó ese encuentro en 2002 ante Brasil, pero para participar tuvo que vencer a Ucrania con un resultado final de 5-2 (1-1 y 4-1).

Los croatas se aferran también a la coincidencia de que cada veinte años hubo un campeón inédito en las Copas del Mundo. Es decir, lo lograron por primera vez. Brasil se consagró en 1958 venciendo al local, Suecia, en la final; Argentina lo hizo en 1978 en la cancha de River, ante Holanda; y Francia en su propio país ante Brasil. De esa manera, Croacia buscará continuar hoy con esa consigna.

Francia, del otro lado, tratará de impedirlo. Y se apoya primero en repetir el desenlace con el nombre de Deschamps, ahora como entrenador. En el '98 contaba con dos jóvenes que prometían mucho: Thierry Henry y David Trezeguet, de 20 años. El equipo tiene ahora Kylian Mbappé, de 19 y medio. La comparación se hace entre Henry y Mbappé, ambos con pasado en el Mónaco. Henry había convertido tres goles en ese torneo, y Mbappé lleva la misma cantidad aquí. El centrodelantero campeón, Stéphane Guivarc'h, no convirtió goles, al igual que Olivier Giroud ahora. El trío de volantes con mayor vocación para defender lo integraron en 1998 Christian Karembeu, Deschamps y Emmanuel Petit. En este seleccionado se diseñó una línea similar que componen N'Golo Kanté, Paul Pogba y Blaise Matuidi. El otro paralelismo es entre Thuram y Benjamin Pavard: dos marcadores centrales transformados en laterales derechos. Pavard convirtió un golazo contra Argentina que recuerda a aquel doblete de Thuram contra Croacia.

La participación argentina en este partido estará a cargo del árbitro Néstor Pitana. La final que perdió Francia en 2006 fue dirigida también por un argentino: Horacio Elizondo. Ese detalle los franceses prefieren olvidarlo. 

Rusia tendrá su fiesta futbolística en Moscú. Y los zares del pasado iluminarán la noche para el que se acerque más al cielo.