Policías y paramilitares nicaragüenses bombardearon ayer durante siete horas la ciudad de Masaya donde murieron al menos tres personas:una mujer, un menor y un policía. El barrio indígena Monimbó, en la ciudad de Masaya, considerada el bastión de resistencia a la violencia perpetrada por la fuerza policial del gobierno del presidente Daniel Ortega, fue el foco de ataque. 

El operativo comenzó a las 07.00 hora local (10.00 Argentina), cuando mas de 1500 efectivos policiales bloquearon los accesos a la ciudad de Masaya, a 25 kilómetros de Managua, la capital que el fin de semana fue el centro de más ataques y donde murieron dos jóvenes a manos de fuerzas parapoliciales. La represión al pueblo de Masaya comenzó en abril, cuando unos ancianos fueron atacados por la policía mientras se manifestaban en contra de la reforma de Seguridad social. Desde el momento, la ciudad está colmada de barricadas y muros construidos con adoquines, para hacer frente a los escuadrones policiales. 

Según testigos habitantes de la ciudad en conflicto, esta mañana las campanas de las iglesias sonaron desde temprano para alertar a la población, después de que varios francotiradores habían tomado posiciones en algunos edificios públicos. “Nos están atacando por varios puntos aquí en Monimbó”, dijo el líder del movimiento estudiantil en Masaya, Cristian Fajardo, que a través de las redes sociales pidió a la población del país que levantara barricadas y abrieran zanjas para seguir la protesta. 

“¡Atacan Monimbó! Las balas están llegando hasta la parroquia María Magdalena, en donde está refugiado el sacerdote. ¡Que Daniel Ortega detenga la masacre! ¡A la gente de Monimbó les ruego, salven sus vidas!” tuiteó Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua. Por su parte, el cardenal Leopoldo Brenes, presidente de la Conferencia Episcopal, exhortó por Facebook al pueblo de Masaya a “resguardarse en sus hogares o lugares seguros para evitar una muerte más”, y a los fieles los instó a mantenerse en oración permanente. Al estar bloqueados los accesos, la poca información que se hace pública es por medio de redes sociales. 

La presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez, acusó al presidente  Ortega de provocar un genocidio. “Daniel Ortega está librando una guerra criminal en contra de un pueblo completamente desarmado. Las fuerzas paramilitares actúan como un ejército invasor decidido a exterminar al pueblo”, afirmó la presidenta del Cenidh ayer en una entrevista televisiva.

La ofensiva del gobierno ocurrió un día  después de que el jefe de la “Operación Limpieza” en Masaya, Ramón Avellán, afirmara que cumplirían las órdenes de Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, “al costo que sea” y que así removerían todos los todos los retenes y barricadas instalados por manifestantes que protestan contra el presidente Daniel Ortega. 

Murillo, declaró que intervendrían en pos de restaurar la paz.”Estamos empeñados en restaurar el bien, la paz, la seguridad, el trabajo, la vida, independientemente de esos pocos que siembran guerra y quieren seguir sembrando guerra y odio en nuestro país”, declaró Murillo. 

Ayer, tras siete horas de enfrentamientos en la comunidad indígena de Monimbó, el gobierno tomó la ciudad y al terminar el día la Asociación Nicaragüense pro Derechos Humanos (Anpdh) confirmó la muerte de al menos tres personas durante el ataque. La asociación difundió también que el número de víctimas podría ser mayor pero aun la ciudad permanece cercada por las “fuerzas combinadas” del gobierno de Ortega, paramilitares y grupos afines al presidente, fuertemente armados. 

“El pueblo de Monimbó y Masaya han sido masacrados, todo está en silencio, los chavalos debieron abandonar las trincheras y huir, las armas de ellos eran demasiado pesadas”, dijo una estudiante universitaria integrante del Movimiento 19 de Abril. 

La represión en la ciudad erigida en símbolo de la resistencia al presidente Ortega, desencadenó, nuevamente, una condena inmediata de las Naciones Unidas (ONU), de la Unión Europea (UE) y de Estados Unidos. La alta representante de política exterior de UE, Federica Mogherini, condenó la violencia en el país centroamericano y mostró la disposición del bloque europeo a “acompañar y apoyar” el diálogo nacional para superar el conflicto. Asimismo afirmó que espera el fin inmediato de la violencia. La ONU también criticó el accionar del gobierno nicaragüense en los sucesos de Masaya ayer, y exigió que se garantice el derecho a la vida y la seguridad de la población. Por su parte, el embajador estadounidense ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Carlos Trujillo, calificó de “genodicio” lo que está ocurriendo en el país centroamericano.