El fin de la Copa del Mundo en Rusia aparecía hace unos meses como una bisagra para el tiempo de la política electoral. Así lo habían esbozado algunos aspirantes a lanzar candidaturas a principio de este año. Pero la brevedad de la copa para la Argentina puede que haya acelerado los tiempos, pero no tanto como la debacle política del gobierno de Mauricio Macri, que obligó a atrasar los relojes a los propios a la vez que puso en marcha otras maquinarias que hasta entonces empezaban a pensarse como repuestos o piezas de desarmadero. En la provincia de Santa Fe esto se ve con absoluta nitidez; mientras los referentes del PRO -especialmente- y de Cambiemos esperaban el final de la participación del equipo de Sampaoli -aunque no tan abrupta y penosamente- para anunciar sus candidaturas, en el Frente Progresista continuaban las especulaciones en torno a una eventual reforma Constitucional que permitiera competir por otro turno en la Casa Gris a quien aparecía casi como la única opción de terciar en la disputa. En efecto, Miguel Lifschitz creía convencidamente que podría obtener otro mandato. Probablemente no haya sido el único que lo pensó, aunque no lo reconocerán jamás, los opositores prefieren enfrentar a otro candidato del oficialismo antes que al gobernador en funciones. Ese fue uno -pero no el único- de los motivos que impidieron sancionar una ley que propiciara la reforma, de la cual pareció despedirse Lifschitz en su carta de viernes, con la elegante propuesta de tratar esa Ley aún sin la reelección.

Con este panorama, previsible desde el punto de vista de la exclusión de ML, los opositores se disponían a salir a escena después del mundial. En más de un reportaje a este cronista se lo escuchó decir a aspirantes que en estos momentos no han ratificado esa condición, pero tampoco se “bajaron”. Es que entre los más ansiosos están los de Cambiemos, pero la corrida bancaria y la recurrencia al FMI sumado al irresponsable lanzamiento del debate en torno a la Ley de aborto seguro -copyright Macri/Durán Barba- produjo un cambio de escenario que había comenzado a delinearse con la sanción de la Reforma Previsional sobre final del año pasado. La salida de algunos históricos del “mejor equipo de los últimos 50 años” no alcanzó para evitar un desmoronamiento que no se detiene y una caída de imagen que no tiene fondo (o sí, el de Christine Lagarde). El repliegue estratégico, la demora en los lanzamientos, el silencio mediático, y hasta la ausencia de los lugares que solían frecuentar es una muestra del impacto de la crisis. Tanto que en algunos despachos de la Casa Rosada, si bien no descartan por ahora a los “tradicionales” dirigentes como José Corral, Mario Barletta o Federico Angelini, hablan de “una interna amplia y con participación de otros sectores”. Es ahí donde comienza a tallar el modelo de los empresarios/políticos, a la cordobesa, como cuando fue senador Roberto Urquía en la grilla del oficialismo de entonces pero en nombre de la aceitera General Deheza. Ese modelo tiene en el titular de Terminal Puerto Rosario, Gustavo Nardelli, una réplica que como tal tiene sus diferencias, aunque comparado con otros posibles nombres que circularon entre el empresariado Pro-Pro corre con cierta ventaja. Una de las alternativas era el titular de la Bolsa de Comercio de Rosario, Alberto Padoan -quien consiguió no solo sacar de carrera por el Ministerio de la Producción a Emiliano Pietropaolo cuando lo propuso públicamente para reemplazar a Luis Contigiani, sino que ahora la joven esperanza de Vicentin está fuera del gobierno. Esta información que circula desde hace unas semanas, no fue desmentida y menos potenciada por el ala política del Pro que se mantiene en silencio, ya sea por prudencia (no hacer olas) o por instrucciones precisas.

 

Andres Macera
Perotti sigue siendo el peronista con más consenso en Santa Fe.

 

El efecto contrario se vislumbra en el Frente Progresista. No sólo por la cantidad de pre-candidatos a la sucesión en Rosario -como ejemplo más notorio- sino por el cambio de humor que se verifica en las encuestas: El “oficialismo” en baja es el nacional en Santa Fe y se observa una recuperación de imagen de la gestión del FP. “Es como en el chinchón que venía uno ganando cómodamente y estos se “engancharon”, cortaron con menos diez y ahora están en el partido”, dice un dirigente que utiliza el popular juego de naipes para graficar una situación fácilmente comprensible. Es que la crisis económica ha empujado inclusive a los votantes del Pro (recordemos que ganó para concejales en todas las seccionales de Rosario) a la salud pública en miles de consultas, al pedido de medicamentos, a comer en los centros barriales, y otras situaciones que la contención del estado municipal y provincial ofrecen como respuesta. Y en Rosario, que es donde más se nota esta situación es donde la recuperación de imagen de los referentes del FP se registra más lentamente. Fuera de esta ciudad, donde la problemática de la narcocriminalidad opaca situaciones destacables, la imagen positiva del gobernador Lifschitz supera holgadamente a la de cualquier otro dirigente. Esto lo reconocen los opositores, con diferentes rangos, y si se compara con la del presidente Macri es inversamente proporcional. Para decirlo más claro; la poderación positiva (entre buena y regular buena) de Lifschitz llega a los dos tercios. Esa es la proporción de la negativa de Macri (entre mala y regular mala).

A partir de esto, es que la determinación de los nombres, vía primaria principalmente, ha comenzado a elaborarse. Salvo en Cambiemos, por el drástico cambio de escenario, que aparecen variantes incluso extrapolíticas, tanto el Frente Progresista como el peronismo empiezan a diseñar estrategias. Algo ya se ha esbozado en esta nota del oficialismo. En el peronismo la figura de Omar Perotti se recorta claramente sobre la de sus otros compañeros con aspiraciones. La estrategia del senador, que tendrá que definirse en breve sobre la ley de aborto, es dejar correr el tiempo. Eso tiene sus riesgos, además de las ventajas que calcula el rafaelino. Basta ver lo que ha ocurrido después del tratamiento en Diputados con algunos de los legisladores por Santa Fe para cuyas carreras el debate marcó un antes y un después; Luis Contigiani y Alejandra Rodenas.

En el caso de otras candidaturas anunciadas, daría la sensación de que Marcos Cleri, Claudia Giacone por citar algunas, si bien van a disputar tienen por objeto sumar en el peronismo. No se sabe qué hará María Eugenia Bielsa, alguno de los dirigentes antes nombrados dicen que “ni ella sabe”, pero esperan que no compita por fuera del PJ.

Se terminó el mundial 2018 y ya vimos lo que pasó con los “favoritos”.