El debate por el aborto legal, seguro y gratuito se instaló en la agenda pública, a fuerza de una militancia de años y de la presencia en las calles del movimiento de mujeres que, desde Ni Una Menos, se convirtió en un fenómeno de masas. En este mes de marea verde, la revista Caras y Caretas destaca esta larga marcha, con un número dedicado a la historia y el presente de la conquista de los derechos de las mujeres.

Felipe Pigna dedica la nota de tapa a grandes mujeres de la Argentina que la historia oficial se encargó de tapar o de reducir a la mera anécdota. Entre ellas están Mariquita Sánchez, Manuela Pedraza, Macacha Güemes, María Remedios del Valle, Juana Azurduy, Juana Manso, Virginia Bolten, Julieta Lanteri, Alfonsina Storni, Salvadora Medina Onrubia, Victoria Ocampo, Eva Perón y las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.

Araceli Bellotta reseña la historia del voto femenino, sancionado el 23 de septiembre de 1947. “Se coronaba una lucha que en la Argentina había nacido con el siglo XX, impulsada por las primeras profesionales agrupadas en la Asociación Universitarias Argentinas, fundada por las doctoras Cecilia Grierson, Julieta Lanteri, Ernestina López y  Elvira Rawson, entre otras, y por las socialistas Alicia Moreau, Sara Justo y las hermanas Mariana, Fenia y Adela Chertcoff.”

Martina Noailles escribe sobre el coraje de las Madres: “‘¿Sabés lo que pasa?’ –me dijo alguna vez Taty Almeida–. ‘Para una mujer perder un hijo es el dolor más brutal que existe. Se habla de huérfanos o de viudos, pero no vas a encontrar una palabra que signifique la pérdida de un hijo.’ Sin palabra para nombrarse pero con un grito saliendo de las entrañas, las ausencias de sus hijos se hicieron carne en sus cuerpos. Y así, con tanto dolor como amor cabe en un pecho, se parieron. Era abril de 1977. Nacían las Madres de la Plaza de Mayo”.

Marta Dillon reconstruye la larga lucha por el aborto legal: “En este 2018 que será recordado también por las corridas cambiarias, el feminismo le expropió al dólar su color; el verde ya no es sólo especulación financiera, el verde ahora es aborto legal y esas dos palabras se dicen con orgullo, con certeza de estar demandando por un derecho, con la seguridad de que a la clandestinidad y a la vergüenza, pase lo que pase en el Senado, no se vuelve nunca más”. 

María Florencia Alcaraz reseña la historia del poderoso movimiento argentino en contra de la violencia machista: “Ni Una Menos fue una advertencia. Cuando promediaba el final del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, el grito masivo contra los femicidios marcó las elecciones de ese año y abrió, a la fuerza, una conversación nueva en la política. La historia de los feminismos, con los Encuentros Nacionales de Mujeres como columna vertebral, se hacía visible para quienes la habían subestimado”. 

María Rachid pone el foco sobre las leyes igualitarias que durante el kirchnerismo fueron una conquista política que sorprendió a la sociedad. “La revolución de las mujeres es ‘el hecho maldito’ imparable, usina que sigue produciendo contenidos y logros políticos desde los movimientos sociales, en las leyes de identidad de género y matrimonio igualitario, en las articulaciones del colectivo Lgttbi, las tomas de escuelas secundarias, los debates por paridad legislativa y laboral, la deconstrucción de cuerpos y binarismos”, señala Roxana Sandá.

Telma Luzzani escribe sobre los movimientos de mujeres en América latina. Olga Viglieca rescata las historias de mujeres cuya obra ha quedado opacada detrás de las figuras de sus notables compañeros de vida. María Seoane escribe en su editorial sobre la increíble historia de Blanca Luz Brum, sobre cuya vida se estrenará próximamente el documental No viajaré escondida, de Pablo Zubizarreta: “La historia la llamó varias veces para protagonizar escándalos y revoluciones”. 

Fernando Amato, por su parte, rescata a la primera periodista argentina que trabajó profesionalmente desde una perspectiva de género: Adelia Di Carlo, que escribió en Caras y Caretas y puso en duda el carácter accidental de la muerte de la feminista Julieta Lanteri. Y Ricardo Ragendorfer escribe sobre la vengadora de Rosa Luxemburgo. El número se completa con una entrevista con la militante y especialista en cuestiones de género Dora Barrancos, realizada por Pablo Taranto. Un número imprescindible, con las ilustraciones y los diseños artesanales que caracterizan a Caras y Caretas desde su fundación a fines del siglo XIX hasta la modernidad del siglo XXI.